La crisis del 737 MAX ya tiene la primera factura. Boeing ha indicado este jueves que prevé un impacto después de impuestos de 4.900 millones de dólares (más de 4.345 millones de euros) por la crisis del modelo 737 MAX, en tierra desde el pasado mes de marzo tras los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines que dejaron 346 víctimas mortales.
La compañía, que anunciará el próximo día 24 los resultados correspondientes al segundo trimestre del año, ha indicado que provisionará 4.900 millones de dólares después de impuestos (8,74 dólares por acción) para cubrir gastos derivados de las potenciales concesiones y otras consideraciones sobre clientes por las alteraciones relacionadas con el hecho de haber dejado en tierra los 737 MAX y los retrasos en las entregas asociadas.
Este cargo supondrán una reducción de los beneficios antes de impuestos de 5.600 millones de dólares, algo más de 4.966 millones de euros, en la cuenta de resultados de ese trimestre.
Adicionalmente, los costes estimados por Boeing para producir este modelo se han incrementado en 1.700 millones de dólares (1.507 millones de euros) en el segundo trimestre, principalmente debido a los mayores costes asociados a una reducción más prolongada de lo esperado en la tasa de producción.
De este modo, anticipa que los incrementados costes de programa del 737 reduzcan el margen del programa del 737 en el segundo trimestre y trimestres futuros.
En un comunicado, la compañía con sede en Chicago ha aclarado que, si bien la cantidad estimada total se reconocerá como un cargo en el segundo trimestre, espera que se otorguen posibles concesiones u otras consideraciones a lo largo de varios años y tomen varias formas de valor económico.
En el primer trimestre del año, el fabricante norteamericano ya redujo un 13% su beneficio neto, que se situó en 2.149 millones de dólares (1.917 millones de euros) debido a la crisis del 737 MAX.
Vuelta prevista para finales de 2019
La compañía presidida por Dennis Muilenburg estima que el modelo 737 MAX pueda volver a volar en el último trimestre de 2019 y ha indicado que continúa trabajando para garantizar un retorno seguro al servicio de este modelo con las autoridades de aviación civil, que serán las que determinen la fecha de regreso al servicio.
Esta fecha supone la previsión más optimista, ha aclarado el fabricante estadounidense, que ha aclarado que a los efectos contables para el segundo trimestre tanto la aprobación regulatoria de retorno al servicio como otras jurisdicciones comenzarán a principios del cuarto trimestre del año.
En este contexto, la compañía prevé un aumento gradual en la tasa de producción del modelo 737 MAX de 42 a 57 mensuales en 2020 y que los aviones producidos durante la prohibición de volar e incluidos en el inventario se entregarán durante varios trimestres después de la devolución al servicio.
"Seguimos enfocados en devolver de manera segura el 737 MAX al servicio", ha indicado el presidente y consejero ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg, que ha señalado que "nada es más importante" para la empresa que "la seguridad de los tripulantes y los pasajeros" que vuelan en sus aviones
"El hecho de haber dejado en tierra supone un inconveniente y el impacto financiero reconocido en este trimestre refleja los desafíos actuales y ayuda a abordar futuros riesgos financieros", ha apostillado.
Por su parte, el director Financiero y vicepresidente Ejecutivo de Desempeño Empresarial y Estrategia de Boeing, Greg Smith, ha recalcado que el fabricante aeronáutico está tomando "las medidas adecuadas" para administrar su liquidez y aumentar la flexibilidad del balance de cuentas "de la mejor manera posible".
"Nuestros esfuerzos de varios años "en la gestión disciplinada de efectivo y el mantenimiento de un sólido balance, además de nuestra amplia y sólida oferta de cartera, nos ayudan a navegar en el entorno actual", ha indicado.