Era el pasado 12 de abril cuando entraba en vigor el registro obligatorio de jornada. Una norma con la que el Gobierno -de la mano de los sindicatos- buscaba controlar que se cumplieran los horarios laborales; es decir, evitar las horas de más. El resultado, sin embargo, parece haber sido el contrario al buscado. Entre abril y junio los ocupados españoles hicieron algo más de seis millones de horas extra a la semana, un 6%más que el trimestre anterior.
Se trata de datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en los que se puede comprobar cómo el 48% de todas esas horas no son remuneradas. Destaca también que en estos tres primeros meses desde la puesta en marcha del registro horario, son ya 764.000 los trabajadores que reconocen 'currar' más de la cuenta. Esto supone casi 30.000 ocupados más que el trimestre anterior.
Algo más de 329.000 personas no cobran nada por las horas extra, lo que supone 8.000 más que tres meses antes. Según los datos, la mayor parte de los trabajadores hace entre cuatro y seis horas de más a la semana. En concreto hablamos de 216.000 personas. Le siguen otras 137.000 que tienen que 'echar' entre una y tres horas a la semana.
Quizá tres meses para evaluar el registro de jornada es poco, pero parece evidente que todavía no ha dado los resultados esperados. No hay que olvidar que aún hay multitud de empresas que no han instalado el sistema para el registro horario.
La adaptación empresarial
Margarita Fernández, socia de Backer McKenzie, destaca que las empresas que no lo han instaurado todavía no es por falta de voluntad. "Existe compromiso para ajustarse a la norma", explica. Ahora bien, reconoce que "la cosa va lenta en determinadas empresas, en parte porque queriendo cumplir y estando negociando están a la espera a ver qué hace el sector para ir todos en la misma dirección".
La abogada pide a las empresas que no se relajen. "Ya hay inspecciones en torno a este tema, pero todavía no hay sanciones. Empezarán a hacerlo en septiembre, que es tiempo razonable ya que llevan desde marzo" para adaptarse.
¿Por qué tanto tiempo? Pues básicamente porque "es una reforma que tiene calado e impacto en la forma de trabajar de la gente", afirma la abogada.