Iberdrola rescindió el contrato con el consorcio integrado por Acciona, Mota-Engil y Edivisa, responsable por la construcción de la presa y la central hidroeléctrica del Alto Tâmega luso, por "divergencias" relacionadas con "incumplimientos" y "retrasos".
La compañía confirmó este miércoles a Efe que la rescisión se produjo este mes pero que no tuvo relación con la suspensión de las obras en el Alto Tâmega, donde los trabajos se interrumpieron parcialmente en marzo tras identificar condiciones geológicas no previstas durante la fase de estudio.
La presa y la central del Alto Tâmega forman parte del Sistema Electroproductor del Tâmega que Iberdrola está construyendo en el norte de Portugal y que tiene prevista su finalización en 2023.
Aunque las obras en el Alto Tâmega se suspendieron parcialmente en marzo, actualmente se están realizando "trabajos complementarios que permitan cumplir con los plazos previstos en la concesión", señaló Iberdrola.
Las obras en las otras dos presas y sus correspondientes centrales del complejo hidroeléctrico, Daivões y Gouvães, continúan en marcha "con normalidad".
Acción judicial del consorcio
El diario portugués Público informó este miércoles de que el consorcio integrado por la española Acciona y las portuguesas Mota-Engil y Edivisa había interpuesto una acción judicial contra Iberdrola para impedir que la empresa energética accionase las garantías bancarias que presentó cuando se firmó el contrato en caso de rescisión.
El Sistema Electroproductor del Tâmega incluye la construcción de tres nuevas presas y centrales hidroeléctricas en los ríos Tâmega y Torno y supone una inversión que supera los 1.500 millones de euros.
El complejo incrementará en un 6% la potencia instalada en Portugal, en 1.158 megavatios (MW), lo que podría abastecer a unos 440.000 hogares.
A cambio de la construcción de este complejo, el Estado portugués otorgó a Iberdrola una concesión de 70 años para explotar la central.