Bruselas

Una delegación encabezada por presidente Ximo Puig, la consellera de Agricultira, Mireia Mollà y la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez Piñero, mantuvo este miércoles un encuentro con la directora general para la Salud y la Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Sandra Gallina. La cita, en la que también estuvo representado el conjunto del sector citrícola de la autonomía, tenía un único propósito: presionar para que se imponga a Sudáfrica la aplicación del tratamiento en frío a las importaciones desde Sudáfrica a la UE.

Se trata de "una reunión clave que abre la puerta para que la Comisión Europea aplique el tratamiento en frío a los cítricos, protocolo que nuestros exportadores ya han implantado en la mayoría de los países a los que exportan", según expuso la Generalitat. El presidente valenciano salió moderadamente optimista. "Es un primer paso. La directora general sale más convencida de esta reunión de lo que estaba hasta ahora", manifestó.

La competencia de los cítricos sudafricanos es una de las mayores preocupaciones del sector, el más importante de la agricultura valenciana -la gran productora española de naranjas y mandarinas-. Pese a que la exportación en frío es una imposición para los productores españoles con la práctica totalidad de sus mercados, las importaciones desde Sudáfrica a Europa no cuentan con esta exigencia en el tratado vigente. "Simplemente, estamos pidiendo reciprocidad", subrayó Puig.

La situación actual implica dos problemas para el producto nacional. Por un lado, el peligro de la importación de peligrosas plagas del país, como el denominado 'cotonet' o la 'falsa polilla'. Esta última está considerada la tercera plaga más peligrosa del mundo, según destacaron los agricultores y "pone en riesgo 100.000 puestos de trabajo en España".

Según expusieron los asistentes, la reclamación española en materia de sanidad vegetal cuenta con el respaldo de todos los países del arco mediterráneo y con el relevante apoyo de Francia. En cambio, se muestran reacios Países Bajos, Bélgica o Alemania, que carecen de producción citrícola y priorizan la importación de fruta barata. La obligación de exportar en frío a Europa encarecería entre 4 y 5 céntimos por kilo sus cítricos, según cifraron los importes aportados a la CE.

Ventaja competitiva

Y ese es el segundo problema que trata de resolver la exigencia a Sudáfrica. El país, cuya producción citrícola ha crecido de forma exponencial en los últimos años, cuenta con una ventaja competitiva actualmente al carecer del coste de exportar en frío, un gasto que sí tienen que afrontar los productores españoles. Hasta hace unos años importaba menos la diferencia de precio, porque cada país produce en un hemisferio del planeta y, originalmente, los cítricos de ambos países no coincidían en el mercado.

Pero la evolución de los cultivos, en particular el gran avance de Sudáfrica en la agricultura de cítricos, provoca en la actualidad que las variedades tardías de este país coincidan en los lineales del supermercado con las tempranas producidas en España -y viceversa-.

Comitiva valenciana para la reunión en Bruselas. EE

Por ello resulta urgente que ambas naciones "compitan en igualdad de condiciones", según subrayó Cristóbal Aguado, presidente de la asociación de agricultores AVA-Asaja. El dirigente, además, destacó que en la actualidad se produce "el absurdo" de que Sudáfrica sí exporta en frío a EEUU, pero prescinde de esta garantía sanitaria cuando envía el producto a Europa -gracias a la laxitud del acuerdo comercial vigente-.

Representantes como Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, salieron de la reunión con "cierta decepción" al constatar que la Comisión Europea "está pensando más en la laxitud del comercio". Sudáfrica, como cabía esperar, está presionando en sentido contrario, y pone sobre la mesa intereses de otros sectores como el del automóvil.

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