La cláusula antimorosidad, el recurso de los propietarios frente al impago de un alquiler

La cláusula antimorosidad, el recurso de los propietarios frente al impago de un alquiler @yanalya Freepik

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La cláusula antimorosidad, el recurso de los propietarios frente al impago del alquiler

Para evitar sufrir a estos 'profesionales del impago', existe un registro de morosos que los propietarios pueden consultar para minimizar riesgos

11 julio, 2022 00:11

La morosidad es el principal problema al que se enfrenta un propietario cuando alquila sus viviendas. Salvo en los casos en los que el inquilino realmente no puede abonar la renta por falta de recursos ante una circunstancia concreta, existe un grupo de inquilinos morosos que suelen ser unos 'profesionales del impago'. Unos arrendatarios que actúan en base a unos trucos con los que preparan el terreno para no pagar, pero se les puede identificar por su perfil sospechoso antes de firmar el contrato de alquiler.

Hay que partir de que quienes realizan estas prácticas suelen tener un perfecto conocimiento de la legislación. Lo que hace que conozcan los resquicios legales para preparar ese impago. Esto les sitúa en una posición de ventaja frente a los arrendadores, que en muchas ocasiones no disponen de las herramientas suficientes para evitar esta problemática. Y es que al impago pueden sumarse los subarrendamientos o los destrozos en el piso.

Entre los trucos que emplean estos inquilinos poco recomendables está el de ofrecer el pago por adelantado de varios meses de renta. Normalmente, suelen poner sobre la mesa lo correspondiente a cinco o seis meses de alquiler. Esto puede servir para convencer a propietarios que duden cuando estos no ofrecen documentación que acredite que cuentan con los ingresos suficientes para cumplir con las cuotas. El problema es que puede que esa sea la única cantidad que el dueño de la vivienda cobre de esa persona. 

La fórmula que ofrece idealista

Ante estos escenarios, existe una vía que otorga una protección legal al propietario que tenga el riesgo de verse en una situación así. Se trata de la cláusula antimorosidad que ofrece idealista, que puede aparecer en los contratos de arrendamiento de manera totalmente justificada. Su funcionamiento es sencillo tanto para el propietario como para quien quiere alquilarle una vivienda. La misma consiste en una advertencia para este último sobre que podrá ser incluido en el registro de morosos del portal inmobiliario si no paga la renta que le corresponde. 

Dicha cláusula puede servir como medida de disuasión frente a quienes tienen pensado dejar de pagar, y puede servir de pista al dueño de la vivienda si su posible alquilado muestra reticencias a firmar un contrato que la incluya. Si una vez suscrita ese inquilino empieza a no abonar las cuotas, su nombre podrá ser incluido en la base de datos de morosos de idealista o BDMI, advirtiendo tanto a las agencias como a los particulares que tengan acceso a ese registro.

Esta medida disuasoria está disponible tanto para un ciudadano que alquile viviendas como para las inmobiliarias. Los primeros pueden crear un contrato con la cláusula incorporada de manera gratuita tras registrarse en idealista. Las agencias pueden añadirla a su documentación solo asegurándose de que el documento tenga validez legal, además de descargar un modelo de la web del portal inmobiliario. Si cualquiera de los dos sufren un impago después de haber incluido la cláusula en su relación con el inquilino, podrán incluir al mismo en ese registro de morosos aportando el requerimiento de pago, el DNI o NIF del propietario y el papel que acredite el alquiler. 

Otra de las opciones que ofrece idealista es la de incluir el texto de la cláusula como un último punto del contrato de alquiler. En la redacción de la misma se recoge que "en caso de impago de las cantidades de la renta", sus datos personales podrán acabar cedidos "al fichero de solvencia patrimonial negativo gestionado por Base de Datos de Morosidad Inmobiliaria, S.L.U". Lo que se hace en base al "interés legítimo en prevención del fraude", y que deberá ser comunicado al inquilino en un mes como máximo.

La apuesta de idealista es la que permite protegerse frente a los ardides de los considerados como profesionales del impago, los cuales tienen muchos más trucos que utilizan con asiduidad. Un ejemplo es que no concuerden los documentos que aportan para justificar sus ingresos. Es decir, que lo que declaran no coincide con la renta presentada. A lo que se suma que puedan pedir que los suministros de la vivienda sigan a nombre del propietario. Maniobras que pueden avisar de un posible riesgo de impago que puede mitigarse con la cláusula antimorosos.