Poco a poco la economía empieza a andar. Las empresas del sector servicios, aquellas que vieron cómo su actividad se paralizaba de la noche a la mañana, vuelven a abrir sus puertas. Llega el momento de recuperar la actividad, pero no es sencillo. La falta de liquidez es uno de los principales problemas con los que se encuentran muchos empresarios, y los cambios que parecen avecinarse sobre muchos grupos de la economía, anticipan que las aguas van a venir muy revueltas en los próximos meses.
Son muchos los empresarios que recurren a entidades financieras y a sociedades de garantía recíproca en busca de financiación y de una ayuda económica que les permita afrontar el futuro con cierta seguridad. Entidades como Avalmadrid, cuyo director general, Pedro Embid, atiende a Invertia desde su despacho de la calle Jorge Juan, están ya a pleno rendimiento, aunque asumen que habrá muchas compañías que se van a quedar por el camino.
¿Cómo afronta una sociedad de garantía recíproca como Avalmadrid el apoyo que necesita el tejido productivo de la región?
Estamos ante una situación muy complicada desde el punto de vista sanitario y económico. Avalmadrid tiene que ser una especie de UCI económica para dar aire a las empresas. Ese es nuestro gran reto. Convertirnos en una barrera contra los cierres, los concursos, los despidos y toda la vorágine de la rueda que se producirá si no generamos dos elementos básicos: tiempo y liquidez para que los empresarios puedan cumplir con sus compromisos de pago con proveedores.
Esta crisis tiene un doble efecto: es un shock de oferta y de demanda. Las empresas en este momento necesitan tiempo y liquidez, sobre todo negocios como la hostelería o el comercio. ¿Cuánto tiempo podemos darles? Recuperar la confianza del consumidor se antoja complicado en muchos de esos sectores.
Esta crisis económica tiene elementos similares y diferentes con la anterior. En 2008 fue una crisis de liquidez porque los mercados financieros se cerraron. Eso se extendió a toda la economía, el inmobiliario, el financiero y de ahí al resto de sectores. Pero hubo un decalaje entre la contaminación y la crisis. Hubo año y pico. Ahora no. Ha sido un cierre completo de negocios. En cambio, no hay crisis de liquidez, y eso es positivo.
Hay otro tema, como dice, que es la confianza de los consumidores. Hay que ver cómo afectará a los negocios tradicionales la vuelta a la normalidad. Cómo afecta el nuevo modelo de consumo, etc. Por eso es necesario tiempo, para que puedan afrontar con su actividad y con nuevos negocios la vuelta a la normalidad.
Hay que ver cómo afectará a los negocios tradicionales la vuelta a la normalidad.
Esto es esencial, sobre todo por el cambio de comportamiento de los clientes. Hay gente que ha probado el tema de la venta por internet y que todo puede llegar por correo. Eso va a continuar creciendo en los próximos años. El teletrabajo también ha venido para quedarse. ¿Quién va a entrar ahora en un bar repleto de gente? Pues por ahora no parece que muchos, y eso era algo que en Madrid nos encantaba.
El problema está en que eso supone, prácticamente, cambiar el modelo productivo por completo. ¿Cómo se hace eso?
Los cambios de comportamiento del cliente van a generar nuevos modelos de negocio. Hemos hablado de compras online, de teletrabajo, de la digitalización como uno de los retos de las pymes. Eso va a generar nuevos modelos de negocio. Sin lugar a dudas. Modelos que pueden ser uno de los grandes motores de cambio.
Tenemos que cambiar cómo hacemos las cosas porque viene un mundo nuevo con cambios de comportamiento importante. Todas las crisis traen oportunidades.
¿Habrá que dejar caer a algunas empresas para salvar a las demás?
Por desgracia no hay recursos para todo el mundo. Como entidad financiera tenemos que valorar las operaciones y su riesgo, así como hacer dotaciones de provisiones con análisis profesional.
Los cambios de comportamiento del cliente van a generar nuevos modelos de negocio.
Nosotros vamos a dar operaciones a quien en febrero tenía una situación razonable. El que estaba quebrado no tendrá recursos. ¡Ojalá! Pero no es posible.
El Banco de España nos obliga a informar de las operaciones Covid-19. Hay que ver quién tiene una situación razonable para dar tiempo y liquidez. Al que estaba ahogado es imposible, porque es una ayuda a cerrar el negocio sin aportar nuevos recursos.
¿Qué líneas han puesto en marcha?
Tenemos un Plan Confianza, destinado a pymes y autónomos. El colectivo más vulnerable. Para nosotros es el corazón de todo. Se desarrolla en tres líneas de actuación:
A tu lado AvalMadrid: para clientes actuales que ya cuentan con líneas con nosotros. Ahí estamos negociando carencias entre seis y doce meses; y renovación de pólizas prácticamente automáticas.
Madrid liquidez express: Es un producto paquetizado, dirigido a pequeños negocios. Es una línea que busca aportar liquidez de forma rápida para la que exigimos que no haya mora y que haya tenido beneficios en 2019.
Por desgracia no hay recursos para todo el mundo.
Financiamos gastos generales en el segundo semestre de 2019, con un tope de 50.000 euros en operaciones de 6 meses de carencia y 24 de amortización. Aquí hemos bajado nuestros costes a la mitad y es una línea que la Comunidad de Madrid bonifica con los costes financieros de la operación.
Vitamina: Es vitamina de tiempo y liquidez para nuevas operaciones. Para todas las empresas afectadas por el Covid-19. Hay distintos tipos y plazos hasta un millón de euros. A nivel estándar hablamos de operaciones a 4 o 5 años con el primer año de carencia.
Para todas estas operaciones la Comunidad de Madrid nos aporta 12 millones de euros al fondo de provisiones técnicas que refuerzan la solvencia de la compañía a la hora de afrontar el gran número de operaciones que vamos a realizar.
En liquidez express queremos hacer 150 millones y en la Vitamina 100 millones de euros.
¿Es el momento más complejo en la historia de Avalmadrid?
Sí. Este es el reto más importante y complicado de toda nuestra carrera profesional. Pedí al equipo directivo que estemos a la altura y tengamos respuesta a las pymes, empresarios, autónomos...
Estamos ante el reto más importante de toda nuestra carrera profesional.
Hay que dar respuesta a situaciones en donde se generan ansiedades, miedos, dificultades… En ese sentido creo que estaremos a la altura.
Es un momento complicadísimo porque hay que dar respuesta en poco tiempo sin perder el rigor que exige el Banco de España.
¿Tienen ya estimaciones de hasta cuánto puede subir la mora?
El Banco de España habla de un escenario de caída del PIB entre el 9% y el 13%, lo que va ligado al aumento de la mora. Estimaciones concretas no hemos hecho todavía. Pero viendo las de los distintos servicios de estudio que existen hablamos de un decrecimiento del PIB del 10%. Es una pérdida de riqueza económica que van a notar las pymes y las entidades financieras lo sentiremos en nuestros balances.
¿Está recuperada la imagen de Avalmadrid tras el escándalo de Díaz Ayuso?
Creo que sí. Es una nueva etapa en la que miramos al futuro. Además, en esa comunicación al equipo directivo de la que hablaba antes, planteaba que es una magnífica oportunidad para que si damos respuesta a este reto, ver que la sociedad madrileña piensa que Avalmadrid es un instrumento útil para ayudar a las pymes.
Por tanto, podemos decir que está completamente olvidado…
No quiero calificarlo. Es una operación del año 2011. Yo llevo aquí desde 2018. Situar a Avlamadrid en la guerra política no es bueno. Nuestra misión es ayudar a pymes y autónomos.