Las vacaciones y la menor solvencia de los españoles tras la Covid alientan el resurgir de las 'revolving' este verano
Este crédito representa más de la mitad de la financiación al consumo registrada en 2020, según la patronal de las financieras.
6 junio, 2021 02:56Noticias relacionadas
La llegada de las vacaciones de verano anima a muchos españoles a recurrir a las tarjetas y los créditos revolving para poder financiar sus viajes, una circunstancia que este año se verá agravada por el impacto que ha tenido la pandemia en la solvencia de los consumidores.
"Estamos a punto de entrar en otra de las temporadas álgidas de petición de crédito, junto con la campaña navideña de compras", explica Patricia Suárez, presidenta de Asufin, a Invertia sobre el endeudamiento a través de revolving, un tipo de crédito que permite a los clientes disponer de financiación inmediata y aplazar pagos, pero a cambio de altos tipos de interés y una deuda que se renueva cada mes: disminuye con el pago de las cuotas, pero aumenta con el uso de la tarjeta.
Es cierto que este año es diferente por la situación sanitaria, que hará que muchos se piensen dos veces irse de vacaciones, de forma que no se producirá la misma movilidad que antes de la llegada de la Covid-19. Y muchos de los que lo hagan habrán visto devaluarse su solvencia tras el impacto económico de la pandemia, por lo que se verán más tentados a recurrir a este tipo de financiación, que no está exenta de polémica por sus altos tipos de interés.
"Es una época que arrastra la crisis económica derivada del coronavirus y en aquellos casos donde uno aspira a tener días de vacaciones en muchos casos no goza de solvencia económica como para realizar grandes desembolsos o irse de vacaciones tranquilamente", lo que impulsa aún más el recurso a este tipo de financiación, como explica a este periódico Javier Moyano, director de Operaciones de Reclama Por Mí.
Para este experto, el verano es una etapa "peligrosa", junto con las Navidades, en el sentido de que dispara este tipo de financiación por la mayor necesidad de liquidez para hacer frente al pago de las vacaciones (en el caso de las Navidades, de los regalos y las celebraciones).
Y es que las necesidades de financiación para irse de vacaciones van a ser mayores este año que en pasados ejercicios. De acuerdo con una encuesta realizada por Bankinter a 1.400 personas de patrimonio medio-alto, el 43% considera que la Covid-19 ha impactado negativamente en sus finanzas personales y el 70% está preocupado por perder su trabajo.
En consecuencia, los españoles han aplazado algunas decisiones de gasto, como las vacaciones. Es el caso de un 79% de los encuestados por Bankinter, mientras que un 19% lo ha hecho con la compra de un coche y un 15% con la de una vivienda, dos decisiones financieras mucho más trascendentales.
Elevado interés
Este aumento del recurso a las revolving es peligroso para algunos expertos, que las siguen considerando un producto delicado por su complejo funcionamiento, que a muchos clientes se escapa, y sus elevados intereses. Estas dos circunstancias han sido el origen de cientos de demandas contra las entidades financieras, que ya han llegado al Tribunal Supremo. El alto tribunal dictaminó ya el año pasado que el interés cercano al 27% de una tarjeta revolving emitida por WiZink era usurario.
Con todo, se trata de un producto que se sigue comercializando sin problemas, aunque con intereses ahora por debajo de ese umbral. De hecho, CaixaBank ha lanzado recientemente una campaña para potenciar el crédito al consumo y entre los productos de esta estrategia se encuentra una tarjeta que combina los servicios de fraccionamiento de pago y financiación de compras convertible a revolving con un interés del 23% TAE, como criticaron en su momento desde Reclama Por Mí.
De hecho, el crédito revolving, con o sin tarjeta asociada, representaba el 56% de la financiación al consumo en 2020, lo que equivale a 21.000 millones de euros, y están en circulación 37,1 millones de este tipo de tarjetas, según datos de la patronal de las financieras, Asnef.
"Las entidades siguen apostando, y por ello publicitando, un producto cuyo mecanismo de financiación a crédito nos sigue pareciendo perverso porque atrapa al consumidor en una espiral de deuda", apunta Suárez, de Asufin.
Desde Help My Cash, su cofundadora Olivia Feldman explica que el hecho de que el interés de una tarjeta revolving sea abusivo es "relativo" y valora que tras el pronunciamiento del Supremo las entidades están ofreciendo intereses menores.
"Utilizar bien una tarjeta de crédito es algo muy interesante para el cliente español. Lo interesante es no aplazar el 100% de las compras, no acostumbrarse al pago fácil, sino aplazar únicamente una compra más grande y financiarla a tres, seis o nueve meses. Utilizar una tarjeta así es darle el uso más responsable", explica esta experta.
"Deuda mala"
En el caso contrario y, sobre todo, si el cliente solamente paga cuotas mínimas, la deuda por estas tarjetas se termina disparando, generando así lo que esta experta llama "deuda mala". "Si financias algo que es de tu consumo diario o algo con una vida corta en tres o cuatro años es lo peor que puedes hacer a nivel de finanzas personales", añade.
Es por eso que desde Help My Cash valoran muy positivamente la novedad introducida en la normativa sobre créditos revolving que entró en vigor a principios de este año de obligar a la entidad a informar al cliente en el extracto de su tarjeta de cuánto le queda por pagar, cuándo podrá poner fin a la deuda a ese ritmo y cuál será el coste total del préstamo en esas condiciones. "Desde mi punto de vista es verdad que hay un poco más de transparencia", añade Feldman.
Recientemente, las financieras agrupadas en Asnef han puesto en marcha recientemente un protocolo de transparencia para la concesión de crédito revolving con el objetivo de incrementar el nivel de información que recibe el usuario que adquiere este producto.
Sin embargo, para Moyano, de Reclama por mí, hay que continuar "alerta". "En muchos casos sigue habiendo un interés que es abusivo, todavía hay que seguir alerta. No reaccionan las entidades o saben que igualmente aplicar este interés, aunque puedan recibir reclamaciones, tienen calculando que les sigue saliendo rentable", advierte.