Tras años de perspectivas frustradas, los bancos han aprendido a no hacerse ilusiones con las promesas de subidas de los tipos de interés y siguen aplicando esta prudencia en la actualidad, a pesar de que la presión inflacionista las está acercando en el tiempo. De ponerse en marcha un cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), en España serían CaixaBank, Bankinter y Unicaja los bancos que lo notarían más en su rentabilidad debido a su mayor sensibilidad a las subidas.
Así lo reflejan los cálculos efectuados por los analistas de Barclays, según los cuales CaixaBank es el banco que más se beneficiaría de una subida de los tipos de interés, tanto de 50 como de 100 puntos básicos. Concretamente, impactaría positivamente con entre un 1,5% y un 3% en su rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE, por sus siglas en inglés).
Un poco por debajo se encontraría Bankinter y de ahí en descenso estarían, por orden, Unicaja, Sabadell, Santander y BBVA. La posición de estos dos últimos es lógica teniendo en cuenta que son los que tienen un negocio más diversificado geográficamente y, por tanto, dependen menos de las decisiones de política monetaria de un solo banco central.
De hecho, los primeros mercados por aportación de beneficios al grupo de Santander y BBVA son, respectivamente, Brasil y México, si bien ambos bancos tienen fuerte presencia en los países de la zona euro. El resto tiene un negocio mucho más doméstico.
Las entidades españolas esperan como agua de mayo desde hace años una subida de los tipos de interés que, aunque ahora parezca más cercana debido a la inflación desbocada que está registrando la zona euro (y que continuará con esta tendencia este año, según pronostica el propio supervisor), lo cierto es que el BCE tiene claro que no es el momento para cambiar su estrategia de política ultraexpansiva, al contrario que sus homólogos de otras partes del mundo, como Estados Unidos, Reino Unido o Noruega.
Presión en los márgenes
Es por eso que la presión sobre los márgenes de intereses de la banca continuará, como concluyen los expertos de Barclays, que consideran que no se producirá una mejora significativa del Euríbor a 12 meses entre 2022 y 2024, al tiempo que continuará la competencia entre entidades en los principales segmentos de particulares.
Y es que creen que el negocio en hipotecas y crédito al consumo, que ya fue bien en 2021, continuará esta tendencia a lo largo del actual ejercicio impulsado por la mejora del empleo y el dinamismo del mercado de vivienda. Así lo preveían también hace unos días los analistas de Bank of America.
Otra tendencia que se mantendrá este año, según explican desde Barclays, serán los recortes de costes. Pese a que la mayoría de los grandes bancos españoles llevó a cabo fuertes reestructuraciones tanto de plantilla como de sucursales para mejorar sus ratios de eficiencia el pasado año, lo cierto es que en 2023 y 2024 continuarán con esta métrica por encima del 50%, de acuerdo con los analistas de Barclays.
Un nivel que, como señalaban desde Alvarez&Marsal el pasado otoño, deja al sector lejos de un umbral aceptable de rentabilidad. Según sus cálculos, solamente una eficiencia por debajo del 45% les permitiría alcanzar una rentabilidad del 10%, es decir, en línea con el coste de capital.
El esfuerzo de las entidades españolas en este campo, como también advierten los supervisores, deberá continuar, más teniendo en cuenta la presión inflacionista que se suma en el escenario actual. "Si las presiones en el margen de intereses continúan y los tipos siguen bajos, será complicado mantener las mandíbulas positivas [término que se emplea cuando los ingresos crecen más que los gastos] a menos que las entidades sigan ajustando las bases de costes", opinan en Barclays.
Recurrir a recortar los costes será el camino para unos bancos que han aprendido a no hacerse ilusiones con las proyecciones de subidas de los tipos de interés. Aunque no dejan de lamentar que se ha extendido más de lo previsto una situación teóricamente excepcional, prefieren abogar por la cautela y trabajan con un escenario en el que no se subirán los tipos hasta que el BCE dé señales inequívocas de que esta tendencia va a cambiar. No parece que sea en el momento actual.
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