Alerta roja en la Reserva Federal. La inflación en Estados Unidos (EEUU) está desbocada y hay que meterla en cintura. Así que el objetivo ahora mismo es ver cómo se lleva a cabo ese proceso de control. Todos los miembros de la institución que preside Jerome Powell parecen tenerlo claro: es más que posible que los tipos de interés tengan que subir antes de lo esperado o, incluso, mucho más rápido de lo que se creía en un momento.
La FED ya no ve la subida del IPC como algo coyuntural. Todo lo contrario, lo ve como algo estructural. Muestra de ello es que en noviembre alcanzó el 6,8% un nivel nunca visto en más de 40 años. Así que es el momento de "reprimir" los niveles inflacionistas que se han impuesto.
Es cierto que algunos de los componentes de la institución creen que estamos ante un momento muy complicado. Consideran que existen algunos riesgos a la baja para el crecimiento por las distintas variantes de la Covid-19 que están apareciendo. Sin embargo, también observan algunos factores que pueden seguir dando alas a la inflación.
¿Cuáles son? Básicamente el buen momento del mercado de trabajo y la posibilidad de que "se mantengan durante todo el año" los cuellos de botella que hay en torno a algunas materias primas y algunos bienes de primera necesidad.
Así lo reflejan las últimas actas de la reunión de la Reserva Federal en donde se desliza la posibilidad de que los tipos de interés comiencen a subir antes de lo previsto. El mercado preveía que hubiera tres subidas a partir de junio. Sin embargo, ahora la propia FED reconoce que es muy probable que ese momento llegue en marzo, coincidiendo con el fin del programa de estímulos.
Conviene recordar que la FED tiene los tipos de interés en mínimos históricos, en una horquilla que está entre 0% y el 0,25%.
Las actas de la FED también alertan de algo que preocupa todavía más a los inversores. La posibilidad de que se ponga en marcha una quantitative tightening. Es decir, que todos los bonos que tiene en cartera gracias a los programas de compra se vayan dejando vencer. De este modo el organismo reduciría su balance.
La bolsa
Los inversores se han tomado estas palabras como un auténtico jarro de agua fría. El Dow Jones ha cerrado con una caída del 1,07% hasta los 36.407 puntos. El S&P 500 se ha dejado por el camino un 1,9% quedándose en los 4.702, mientras que el Nasdaq 100 ha perdido un 3,12% en los 15.771 puntos.
El tecnológico ha registrado su peor jornada desde febrero del año pasado. Se debe a una rotación que están haciendo los inversores ante la posibilidad de que los tipos de interés empiecen a subir. Esto hace que opten por refugiarse en las compañías que están más ligadas a la recuperación económica como pueden ser bancos o grandes grupos industriales.
Dejan así atrás a las grandes empresas tecnológicas que surgieron durante la pandemia y que fueron las que lograron llevarse el gato al agua del rendimiento económico en bolsa.