La entidad ha comunicado esta semana a los representantes de su plantilla que va a poner en marcha algunos cambios en su red de oficinas. Entre ellos, va a fusionar veinte oficinas tradicionales para convertirlas en cinco de gran tamaño, las que la entidad denomina como flagships.

Así, desaparecerán tres sucursales de Valencia, once de Barcelona, tres de Zaragoza y otras tres de Sevilla, que se fusionarán en cinco grandes centros ubicados en Barcelona (donde habrá dos), Valencia (una), Sevilla (una) y Zaragoza (una). Tras esta transformación, el banco contará con quince oficinas de este tipo.

Estas flagships tendrán una plantilla media de unos 25 empleados, muy superior a las de las oficinas tradicionales, y mayor tamaño, con una superficie de unos 1.500 metros cuadrados. Contarán con un espacio dedicado a las "gestiones rápidas" y salas de reuniones, así como los servicios habituales de caja. El plan de la entidad es quedarse con una red de unas 125 oficinas, de las que quince serán de este modelo flagship. Antes del pasado verano el banco contaba con unas 170.

Este concepto de oficina menos tradicional es común también en otras entidades. Desde las Store de CaixaBank (cuyo porcentaje sobre las tradicionales se amplía tras la reciente reestructuración del banco) a los Work Café de Santander, lo cierto es que las sucursales están en plena transformación de forma paralela al debate sobre la atención presencial a los mayores que se está desatando estos días.

Siete cierres definitivos

Esta reestructuración de Deutsche Bank, como contó EL ESPAÑOL-Invertia, tiene el objetivo de renovar la red de la entidad para crear oficinas más grandes y especializadas, pero también conllevará cierres definitivos de algunas sucursales.

Por el momento, la dirección de Deutsche ha informado a los sindicatos de que siete oficinas echarán el cierre definitivo, concretamente las ubicadas en Sant Just Desvern (Barcelona), Cerdanyola (Barcelona), Sant Feliu de Guixols (Girona), Reus (Tarragona), La Zenia (Alicante), Cáceres y Talavera de la Reina (Toledo).

Con todo, como también contó este periódico, la idea es no tener que poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) como los que han iniciado los grandes bancos, especialmente a lo largo de 2021, y así se lo ha comunicado a los sindicatos. La mayoría de los trabajadores afectados por los cierres serán reubicados y se hará alguna prejubilación (entre diez y doce), así como "algunos despidos".