Los buenos resultados registrados por BBVA en el ejercicio 2021 han batido las expectativas del mercado, si bien gran parte de la atención sigue puesta en el riesgo que puede suponer para la entidad la inestabilidad económica de Turquía, donde el banco tiene previsto aumentar su presencia. Una de las métricas que ha registrado buena evolución durante el pasado ejercicio ha sido el coste del riesgo del grupo, que se situó en 0,93% al cierre del año frente al 1,55% en 2020 y 1,04% prepandemia (2019). Las perspectivas para este ejercicio pasan por mantener este nivel, pero la visión empeora en el caso de la filial turca.
La guía ofrecida por el equipo gestor para este año habla de estabilidad en el coste del riesgo (en torno a 100 puntos básicos), incluso en España, donde los próximos meses todo el sistema financiero va a ir viendo cómo vencen las carencias de los conocidos como créditos ICO, aquella financiación que la banca ha ido canalizando a empresas con problemas por la pandemia que cuenta con aval del Estado.
Sin embargo, en el caso de Turquía y Sudamérica desde la entidad consideran que el coste del riesgo empeorará a lo largo del año en comparación con el cierre de 2021, con el matiz de que en el segundo caso la previsión está en línea con los objetivos marcados en el plan estratégico, mientras que en el primero se desvía.
Turquía, por encima de la previsión
A lo largo de la presentación de resultados que hicieron los gestores ante los analistas el jueves a primera hora se expuso que el banco espera que el coste del riesgo del grupo cierre 2022 en torno a los 100 puntos básicos, en línea con el registro de 2021.
Por geografías, la estimación del banco es que el coste del riesgo se sitúe en torno a 30 puntos básicos en España (también en el nivel actual); por debajo de 300 puntos básicos en México (vs. 267 puntos básicos en 2021); en torno a 350 puntos básicos en Turquía (frente a los 133 puntos básicos de 2021) y por debajo de 200 puntos básicos en Sudamérica (en comparación con los 165 puntos básicos del cierre del año pasado).
Todas estas previsiones están en línea o por debajo de las previsiones marcadas en el plan estratégico 2022-2024, salvo la de Turquía. En relación con este país, aunque hay buenas perspectivas sobre el crecimiento del margen de intereses, "la lectura negativa viene por el lado del coste de riesgo", pues "lo sitúan a finales de 2022 en torno a 350 puntos básicos (vs. 133 puntos básicos en 2021), admitiendo que la incertidumbre se mantiene alta", apunta Nuria Álvarez, analista de Renta 4. La previsión del plan estratégico 2022-2024 es que se sitúe en unos 150 puntos básicos, según señalan desde esta casa.
Y es que "el entorno económico es altamente inestable dada la combinación de una elevada inflación (en promedio 2022 podría estar alrededor del 50%), el entorno de tipos reales muy negativos, la presión sobre la lira turca y las elevadas necesidades de financiación externa", asume la entidad en su informe financiero correspondiente a los últimos meses del año. En definitiva, una tormenta perfecta que el banco tiene que capear.
"Satisfechos"
Los gestores del banco, sin embargo, han reiterado su confianza en un mercado cuya economía podría crecer a lo largo del año un 3,5% (según BBVA Research). Para Onur Genç, consejero delegado del grupo, el negocio de la entidad en el país seguirá avanzando en el primer trimestre. "Estamos muy satisfechos con la evolución del negocio en Turquía", apuntaba durante la presentación de resultados ante los analistas.
Y es que, al fin y al cabo, el banco sigue registrando buenos resultados en Turquía. Los analistas de Bankinter valoraban el jueves que Garanti "sorprende positivamente gracias al buen momento de los ingresos", con un aumento del 44,4% en comisiones y del 137% en el resultado de operaciones financieras (ROF) y con un descenso en provisiones, a pesar del aumento de la morosidad a 7,09%.
El problema es la inestabilidad marcada por la evolución de la lira turca, que no cesa en su volatilidad. La divisa refleja con sus movimientos diarios la tormenta perfecta que reina en la economía turca debido especialmente a los récords de inflación y las injerencias de Recep Tayyip Erdogan, presidente del país, en la política monetaria del Banco de Turquía. Un movimiento que tiene alguna consecuencia positiva para el banco, sí, pero que también hace temer a los inversores.
La cotización del banco, de hecho, se vio penalizada el jueves por un nuevo capítulo de malas noticias llegadas desde Turquía. La inflación del país ascendió hasta cerca del 49% en enero, lo que supone el nivel más alto registrado en los últimos veinte años. Tras la publicación del dato, el valor de BBVA cayó algo más de un 2% en bolsa y eso que fue un día de buenas noticias a este lado del continente para el sector financiero, aunque bien es cierto que la posición bursátil previa del banco azul era mejor que la de otros competidores.
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