El mundo de los medios de pago es una fuente inagotable de innovación para el sector financiero. Y no solo desde las numerosas fintech y neobancos que han proliferado durante los últimos años, sino también por parte de la banca más tradicional. Es esta facción del sector, precisamente, la que apoya la European Payments Initiative (EPI), el proyecto para crear un sistema de pagos paneuropeo que permitiría, entre otras cosas, dar forma a un 'Bizum europeo'. Un proyecto para cuya implantación, de momento, no hay fecha.
Este proyecto, cuya semilla fue plantada tras la pasada crisis, empezó a coger forma en julio de 2020, cuando un grupo de 16 bancos de cinco países (Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y España) sentó las bases para el futuro lanzamiento del proyecto que en el sector se conoce como EPI.
El objetivo es crear una solución de pagos digitales paneuropea que compita con las soluciones de pago internacionales existentes y llegue a todas las escalas: pagos instantáneos, tarjetas, merchant, transacciones en tienda física, comercio online y retirada de efectivo.
31 bancos
Actualmente, 31 entidades financieras apoyan esta iniciativa, entre las que se encuentran las españolas Santander, ING, Abanca, Cecabank, Bankinter, Unicaja, Kutxabank, Ibercaja, CaixaBank, Sabadell y BBVA.
"Es una iniciativa que estamos trabajando y que nosotros como grupo apoyamos", explicaba hace unos días Rubén Justel, director general de Getnet Europe de Santander, durante el II Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL-Invertia.
Al ser un proyecto paneuropeo, su compleja puesta en marcha implica lograr el acuerdo de un gran número de bancos, cada uno procedente de su propio sector financiero y con unas capacidades tecnológicas diferentes.
"El objetivo es crear un ecosistema eficiente a nivel europeo en el mundo de pagos, pero no es menos cierto que hay mucha interacción con muchos bancos de muchos entornos distintos", algo que dificulta la puesta en marcha del proyecto, explicaba Justel.
Actualmente, las entidades que forman parte del proyecto trabajan en la configuración de la compañía que le dará forma, la EPI Holding Company, para lo cual es necesario previamente definir la lista definitiva de bancos y proveedores de servicios de pago que serán sus accionistas, lo cual se anunciará a finales de marzo.
Algo en lo que tendrán que pronunciarse los bancos españoles. "Una mayoría de los bancos e inversores de Bélgica, Francia y Alemania ya han confirmado su voluntad de seguir adelante con la creación de EPI", explican desde la propia compañía. En el caso de no sumarse ahora como accionistas, lo lógico es que puedan hacerlo en el futuro como clientes, una estrategia que algunos bancos españoles han seguido con Bizum tras no haber formado parte del accionariado inicialmente.
El reflejo de Bizum
Y es que en los foros en los que se debate el proyecto siempre se pone como ejemplo a Bizum, uno de los mayores éxitos de la colaboración de la historia de la banca española que ha logrado convertirse en un sistema de pago totalmente asentado en España. En la actualidad, 19 millones de usuarios lo utilizan y "hacer un bizum" ya forma parte del lenguaje coloquial, una muestra del alto grado de adopción de este sistema de pago, que apenas cuenta con seis años de vida.
"Bizum es muy buen ejercicio. Para extrapolarlo a otros países u otras áreas entra parte de esa complejidad. La intención es tener una solución europea única, pero para que sea Bizum o tal depende de muchas otras cosas, no solo de que sea muy buen sistema. Puede ser el mejor sistema del mundo, pero necesitamos que haya bastante interoperabilidad con los países y esa es una parte compleja", añadía, por su parte, Jordi Pascual, director TPV y Tarjetas de Empresa de Sabadell, en el mismo evento.
El sistema financiero de cada país tiene un grado diferente de innovación y adopción de las tecnologías que permiten la puesta en marcha de un sistema de pagos común, razón por la cual es complicado saber cuándo podrá este sistema convertirse en una realidad.
"Llevamos años trabajando en la iniciativa EPI y hay muchos países involucrados. Aunque ponemos encima de la mesa el valor que tiene Bizum para nosotros y la experiencia que ha significado, no podemos ponerle un plazo. Seguimos ahí trabajando en que pueda ser posible", apuntaba Fanny Solano, directora de Regulación Digital & Retail, Transparencia e Implementación Normativa de Caixabank.
Y es que la dificultad no solamente radica en que los sistemas financieros participantes se encuentren en diferentes puntos de partida, sino que, aunque se lograra crear uno a nivel europeo, "sacar un [nuevo] sistema de pago [al mercado] es muy, muy complejo", como explicó Pascual.
"Ya no dependes ni siquiera de que sea bueno, bonito ni barato ni gratis, sino que depende de que a la gente le guste, que sea usable. Y depende de que encuentres puntos en los cuales te los acepten, lo que es muy complejo", añadió. Algo que la banca española ya ha logrado, y con creces, con Bizum.
Noticias relacionadas
- La banca espera que se incremente la adopción de los nuevos medios de pago y se mantenga la reducción del uso del efectivo
- Álvaro de Salas (Minsait): "Las criptmonedas no pueden considerarse aún un verdadero medio de pago por su volatilidad"
- Digitales, sin fricciones y flexibles: así será el futuro de los medios de pago