"Creemos que va a ser un año mejor que 2023", apuntó Carlos Torres, presidente de BBVA, el martes durante la presentación de resultados del banco, añadiendo que las perspectivas de la entidad para este ejercicio son "muy buenas".

Una visión optimista teniendo en cuenta que el banco cerró el pasado año con un beneficio récord, de 8.019 millones de euros, cifra que es un 22% superior a la registrada en 2022.

"Pico" en el margen de clientes

"En el margen [de intereses] todavía vemos crecimiento en 2024 en España", añadió, por su parte, Onur Genç, consejero delegado del grupo bancario, a pesar de que, como él mismo dijo, el banco está alcanzando ya "el pico" de su margen de clientes.

BBVA cerró 2023 con un diferencial de la clientela del 3,42% en su negocio en España, por encima del registrado en el tercer trimestre (3,33%) y muy superior al del cierre del ejercicio 2022 (2,21%).

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Para el primer trimestre de este año, Genç pronostica que este diferencial será "o un poco más alto o un poco más bajo". Estable, en definitiva, aunque con crecimiento en los márgenes.

"El beneficio atribuido seguirá creciendo el año que viene", agregó el número dos de la entidad hablando sobre todo el grupo. Hace algunas semanas Genç había anticipado que el beneficio de BBVA este año desafiará las previsiones de los analistas, que creen que las ganancias de la banca se estabilizarán en 2024.

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No en vano, este ejercicio va a ser testigo de los primeros recortes de los tipos de interés en la última década. Un giro en la política monetaria que, debido a la fuerte subida en los últimos dos años, va a implicar una repreciación a la baja de la cartera hipotecaria de los bancos.

La subida de los tipos ha llevado durante los últimos dos años a una revisión al alza de los préstamos variables de la banca, principalmente las hipotecas. Y hay que recordar que el 75% de los créditos vivos con garantía hipotecaria están concedidos a tipo variable. Ahora las carteras recorrerán el camino hacia atrás, iniciando una revisión a la baja.

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No obstante, la rebaja de los tipos de interés también implicará una cierta recuperación de la demanda de crédito, que cayó fuertemente el año pasado, especialmente en el caso de las hipotecas.

Y este es un segmento en el que BBVA ya lo hizo bien el año pasado. Según explicaron sus gestores en la presentación de resultados, la entidad logró aumentar un 41% su nueva facturación en un contexto en el que cayó un 15% en el resto del sector.