La gran apuesta de Botín con Openbank: de filial con poco peso en Santander a operar en seis países en sólo siete años
- La entidad acaba de estrenarse en Estados Unidos y está a punto de lanzarse en México.
- Más información: Santander amplía su presencia en México con el aterrizaje de Openbank este otoño y desafía a BBVA
Toque de la campana en Wall Street y tres golpes de mazo. Con estos gestos sellaba el pasado lunes Ana Botín la llegada de Openbank a Estados Unidos, el gran mercado bancario, donde Santander está presente desde hace dos décadas. Detrás de las cámaras, siete años de trabajo para reconvertir a Openbank, entonces filial con poco peso de Santander, en un banco con presencia en seis países y, a su vez, en laboratorio de pruebas para el grupo.
Es en su etapa actual en la que el banco protagoniza titulares, pero, en realidad, Openbank nació en los años noventa -concretamente, en 1995- como banco telefónico. En aquel momento alcanzó los 100.000 clientes.
Así, la entidad vendía sus servicios a través de llamadas de teléfono, lo que supuso el germen de la banca digital, la primera vez que los servicios financieros se ofrecían a través de un canal distinto a las oficinas bancarias. Es la vía a través de la cual se introdujo también ING en España hace 25 años.
En aquel momento, la gran banca estaba centrada en la atención presencial y Openbank irrumpió para ofrecer un servicio diferencial al de las entidades tradicionales. En 1996 abrió su web, siendo el primer banco en España que ofrecía servicios financieros a través de internet y del teléfono.
Al año siguiente, lanzó una plataforma con fondos y planes de pensiones y en 1999 creó el que fue el primer bróker online que permitía operar en tiempo real tanto en mercados nacionales como internacionales.
Justo después, Santander adquirió la plataforma argentina de servicios financieros Patagon.com, tras lo cual Openbank cambió su nombre a Patagon.
Este nuevo banco, con más capacidades, llegó a abrir varias oficinas en España, pero en 2005 el grupo decidió recuperar el nombre de Openbank y desde entonces no se han producido más cambios de denominación.
En los años posteriores, migró su plataforma a la del grupo y fue ampliando su base de clientes, gracias en parte de ser competitivo en el segmento de depósitos y a introducirse en el colectivo de los universitarios.
En 2011 se convirtió en el primer banco con aplicación nativa móvil para Android e iOS y ya en 2015 el grupo lanzó la aplicación Openbank University, que ofrecía servicios directamente destinados a este público y que estaba inspirada en un producto similar de Santander UK (Smartbank).
Relanzamiento
Entonces empezó a fraguarse el cambio "desde cero" de una entidad que, según algunas fuentes financieras, se encontraba "a la deriva". "Contraté a un hombre de Amazon y le dije que ahí tenía un papel en blanco para construir una nueva banca tecnológica que funcionase", rememoraba Botín esta semana en un evento en Washington.
Ese hombre era Ezequiel Szafir, hoy consejero delegado del saudí D360 Bank, que lideró Openbank durante algo más de ocho años. Se incorporó al grupo en 2015 y formó parte de la transformación de la entidad.
Fue en 2017 cuando se produjo su gran giro estratégico. Como parte de una apuesta personal de Ana Botín, que presidía Santander desde el otoño de 2014, el grupo decidió relanzar Openbank y convertirlo en un banco internacional.
Ese mismo año, tras trabajar durante quince meses en un rediseño en su web y su aplicación basada en la nube, Openbank se presentó a la opinión pública como "el primer banco español 100% digital". "Para aquellos que prefieren un servicio exclusivamente digital que es simple, ágil y disponible a través del smartphone, con la garantía del Grupo Santander, Openbank es la respuesta", afirmaba entonces Botín.
En los siete años que han pasado desde su relanzamiento, Openbank ha pasado de operar únicamente en España a hacerlo en seis países, tras sumar Portugal, Alemania, Países Bajos, Estados Unidos y, desde las próximas semanas, México.
Según cifras de la propia entidad, Openbank es actualmente el banco 100% digital más grande de Europa por volumen de depósitos, con presencia en varios países europeos. Desde mayo de este año las riendas las lleva Petri Nikkilä como su consejero delegado.
Santander en EEUU
Para el grupo, la entrada de Openbank en Estados Unidos, el mercado donde juegan las grandes estrellas bancarias, "el más grande del mundo", es un "hito significativo" que va a permitir a Santander "servir a clientes estadounidenses en todo el país por primera vez, complementando así sus negocios de Auto, Banca Comercial, Corporate & Investment Banking (CIB) y Wealth". Así lo indica el banco en su web.
Un mercado competitivo en el que el banco busca espacio para crecer inicialmente en el segmento de depósitos, pero en el que el plan es ampliar capacidades. Y no será el último destino internacional de Openbank, que hace unos años se marcó el objetivo de operar en diez países a medio plazo. "Sólo" le quedan cuatro más.
Mientras ese momento llega, ahora los esfuerzos están centrados en aterrizar y crecer en México, un mercado dominado por BBVA en el que Santander ya tiene un peso importante, y hacerse fuerte en el gigante norteamericano.
Algo que no va a ser fácil. "No voy a robar muchos clientes de JP Morgan, pero espero quitarle algunos", bromeó la propia Botín el jueves en un evento en Washington poco antes de que saliera al escenario Jamie Dimon, consejero delegado del gigante bancario.
Con todo, la historia de Santander con Estados Unidos no empieza aquí. Su entrada en la banca para familias del país se produjo en 2006, cuando se hizo con un 25% de un banco regional del noreste del país, Drive Financial, tras lo que en 2009 adquirió la entidad Trial Financial. Ahora, con el aterrizaje de Openbank, se dirige a todo el país.
Otro hito relevante para el banco en Estados Unidos fue la compra en 2021 de la participación de los minoritarios de su unidad de consumo, lo que llevó al grupo a integrar plenamente su negocio allí. Paralelamente y ese mismo año, la unidad de banca corporativa y de inversión de Santander se hizo con Amherst Pierpoint.
En Wall Street, el sonido de la famosa campana, acompañado de los tres golpes de mazo, marca el final de la sesión bursátil y constituye una pequeña ceremonia diaria que siempre ha formado parte de la historia de la Bolsa de Nueva York. Se dice, además, que el sonido de la campana trae buena suerte al mercado. Algo que, en el inicio de su despegue en Estados Unidos, no le vendrá mal a Openbank.