Primer revés regulatorio para la opa de BBVA: la decisión de la CNMC alarga los plazos previstos para la operación
- El banco cuenta ya con el visto bueno del BCE, pero debe recibir aún el de la autoridad de Competencia, el de la CNMV y el del Ministerio de Economía.
- Más información: El análisis de la CNMC a la opa de BBVA se atrasa por los requerimientos de información a Sabadell
Primer revés regulatorio para BBVA. La entidad acaba de conocer que la autoridad de Competencia ha decidido, en contra de lo que el banco había previsto inicialmente, llevar su análisis sobre el impacto en el mercado de la integración de BBVA y Sabadell a fase 2. Esto no va a hacer más que alargar los plazos de la operación previstos en un principio.
Se trata del primer traspié que sufre el banco azul por parte de los reguladores. Y es que no le ha sido difícil obtener la no objeción por parte de la Prudential Regulation Authority (PRA) de Reino Unido y del Banco Central Europeo (BCE) el pasado mes de septiembre.
También ha recabado ya el visto bueno de otras autoridades de menor importancia para la operación, como las autoridades de Competencia de Estados Unidos, Francia, Portugal, Marruecos y Reino Unido. Sin embargo, la decisión de la CNMC aún se hará esperar más.
Hay que recordar que aún le falta obtener el respaldo tanto de la propia CNMC como de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) —que debe verificar el folleto de la opa en España—, de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones y del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa —que tiene la última palabra para que salga la fusión—.
Esta última es, probablemente, la más difícil de conseguir para el banco, teniendo en cuenta las críticas que el Gobierno ha vertido en contra de la opa y la posible fusión.
Con todo, este traslado de la operación a fase 2 no implica, a priori, nada malo para BBVA, más allá de que no se cumplan sus plazos.
Así lo indica la propia autoridad de Competencia en su comunicado: "La apertura de la segunda fase no prejuzga las conclusiones definitivas que la CNMC pueda alcanzar en relación con la operación de concentración".
Las dos fases
La CNMC puede o bien prohibir la operación o bien aprobarla de cuatro formas diferentes: sin ninguna objeción, con condiciones (requerimientos que impone la autoridad), con compromisos (que parten de la compañía) o con una mezcla de ambos. En el caso de la integración de CaixaBank y Bankia en 2021, la operación se aprobó en primera fase con condiciones.
La fase 1 tenía un plazo legal de un mes, pero se ha alargado porque si la autoridad necesita más información y se la requiere a alguna de las partes, el periodo empieza a contar de nuevo. Y esto suele extender los plazos, sobre todo cuando una de las dos empresas está en contra de la operación.
Así lo explicó la propia Cani Fernández, presidenta de la CNMC, en el Congreso el pasado septiembre. "Como pueden imaginar, en el caso de una opa hostil, tenemos toda la información del notificante, es decir, del adquiriente, pero no tenemos la información del objeto de la opa, de Sabadell", contó.
Y añadió: "Hemos obtenido esa información a base de requerimientos de información que han sido retirados en la medida de lo necesario".
La fase 2 implica un análisis algo más profundo y da margen para que opinen terceros implicados.
"Sabadell y otros terceros con interés legítimo podrán presentar alegaciones. También la notificante podrá formular alegaciones y aportar más información. Asimismo, se solicitará un informe preceptivo a las comunidades autónomas en las que la concentración incida de forma significativa", indican desde la CNMC sobre esta fase.
Al final de esta fase, que debe durar, como máximo, unos tres meses (aunque el reloj se para con cada requerimiento de información), la operación se puede aprobar con condiciones, con compromisos, sin ellos o con las dos cosas.
La CNMC también puede decidir prohibir la operación, aunque sería algo "excepcional", como lo ha calificado en alguna ocasión su presidenta.
En el caso de que la operación sea aprobada en fase 2 con compromisos o condiciones o se prohíba, se elevaría al Consejo de Ministros para que este diera su visto bueno final, lo que permitiría al Gobierno imponer condiciones adicionales si así lo requiere. Este último paso no tendría lugar si la operación se aprobara sin compromisos ni condiciones, ya sea en fase 1 o en fase 2.
Además, el paso es independiente de la decisión que el Ministerio de Economía debe tomar sobre la integración de ambas entidades si BBVA logra recabar todas las autorizaciones regulatorias previas, incluida la de la CNMC. Este poder, que le permite vetar la operación, emana de la ley de Supervisión de Entidades de Crédito.
Se espera que, una vez se conozca la decisión de la CNMC, la CNMV dé su visto bueno al folleto de la opa. En cuanto esto se produzca, BBVA tendrá vía libre para convocar el plazo de aceptación de la opa, que durará entre 15 y 70 días, a juicio del banco.