En el actual contexto de crisis sanitaria por el coronavirus, en los lineales de los supermercados de España también escasean bebidas como el vino o la cerveza y no porque no se repongan. Más bien debido a que los ciudadanos están tirando de estas bebidas para consumir en casa a falta de bares. Pero, ¿es suficiente para suplir el cierre de la hostelería en España?
La respuesta es clara y contundente: no, no es suficiente. “Habrá consumo en casa, pero no evitará la caída del sector”, señala José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV). De ahí que se espere en las próximas semanas un descenso considerable en las ventas de vino; pero también de cerveza ya que los distribuidores tienen problemas para repartir sin bares abiertos.
Solo un dato a tener en cuenta. En España hay 315.000 establecimientos y cerca de 1,7 millones de empleos en hostelería, según datos de Hostelería de España relativos a 2018 (los más actualizados). Esto supone un peso en el PIB nacional del 6,2% con más de 123.600 millones de euros.
Preocupación
En el caso del vino, un 50% de sus ingresos dependen de la hostelería, mientras que para la industria cervecera la cuota de valor alcanza el 86%. Además, fuera del hogar se dedica una mayor inversión, independientemente del poder adquisitivo, pues el 30% del presupuesto para bebidas frías se destina al consumo de cerveza, según Cerveceros de España.
Así, la preocupación e incertidumbre se apoderan de dos negocios que dependen de la sociabilización de los españoles en los bares y restaurante e, incluso, del consumo de los turistas que visitan España. Con el cierre de la hostelería en bloque y la inexistencia de visitantes, el sector del vino y de la cerveza se prepara para un duro golpe en las próximas semanas.
“El turismo y el sector cervecero español están muy relacionados, por ello estamos muy atentos a la evolución de este asunto en España, confiando plenamente en las autoridades sanitarias y siguiendo las recomendaciones”, señalan fuentes de Heineken a Invertia.
Miedo al cierre de bares
El momento, cuanto menos, es inquietante. “Me preocupa que la situación se alargue mucho y que haya bares que no puedan abrir después o que la gente no pueda ir como ocurrió durante la crisis económica”, indica Jacobo Olalla Marañón, director general de Cerveceros de España. Por este motivo, pide al Gobierno que apoye a la hostelería con medidas como aplazar pagos o eliminar tasas para que los establecimientos no se vean abocados al cierre.
Asimismo, desde el sector del vino solicitan asegurar que las empresas tengan caja suficiente para poder hacer frente a los pagos y facilitar medidas como un ERTE en caso de caídas de producción.
La crisis del coronavirus ha llegado en un momento complicado para las bodegas españolas, que sufren las consecuencias de los aranceles del 25% de EEUU aplicado a la importación de los vinos tranquilos de menos de 14 grados procedentes de España, Francia, Alemania y el Reino Unido. “Dependemos de la exportación y a medida que se expande el virus por los países tenemos más problemas para vender”, revelan desde la FEV.
Heineken y Mahou
De manera individual, las grandes marcas de cerveza están sobrellevando la crisis mejor gracias a las ventas en los supermercados, como es el caso de Heineken.
“Nuestro canal de alimentación evoluciona de forma favorable en el corto plazo ya que hemos visto un incremento fuerte de las ventas durante estos días. Las cadenas de distribución están respondiendo a este incremento de demanda y nuestra compañía también está preparada con el fin de garantizar la viabilidad de nuestro negocio”, señalan a Invertia.
Todo ello a pesar de que saben que “el negocio en el canal hostelero está sufriendo las consecuencias” y reconocen que “es evidente que una recesión en la economía española afecta a todo el sector cervecero, ya que es uno de sus grandes motores y está estrechamente vinculado”.
Desde Mahou señalan que “las medidas de contención activadas a nivel nacional, como el cierre de bares y restaurantes, tienen un impacto directo en nuestro negocio”; pero a día de hoy no pueden cuantificarlo. Además de aplicar políticas de seguridad para sus empleados, la cervecera madrileña también afirma estar tomando decisiones para asegurar la continuidad “de nuestra actividad y estamos preparados para dar respuesta a las necesidades actuales del mercado”.