La Confederación del Comercio de Madrid (Cocem) se muestra contraria a las medidas de desescalada aprobadas por el Consejo de Ministros en el día de ayer ya que “entiende que responden más a la presión social que a una realidad analizada y contrastada”.
“El comercio abrirá el día 11 sin conocer cuál es la dimensión de la pandemia al no haberse realizado los test necesarios para ello. Por está razón la apertura podría haberse anticipado al día 2 pues nada cambiaría en cuanto a riesgos”, explican desde la confederación en un comunicado.
Cocem, que representa a más de 35.000 pymes y autónomos del comercio especializado y de proximidad de la Comunidad de Madrid, denuncia que no se conozca si el Gobierno permitirá circular con libertad a la ciudadanía ese mismo día. Si no es así, “resultaría ridículo abrir los establecimientos si los clientes no pudieran acudir a realizar compras”, apunta.
También critica la falta de acuerdos en el sector por las medidas preventivas que deben implantarse por los comerciantes de las distintas actividades y que son muy diferentes en función de los productos que trabajan.
Asimismo, el Comercio ignora si los ERTE producidos van a tener continuidad y creen que ello puede llevar a numerosas empresas a entrar en situación de concurso de acreedores lo que sería "devastador para la economía y el empleo".
Estas críticas se suman a las de Hostelería de España, organización empresarial que representa a los restaurantes, bares, cafeterías y pubs, ha reclamado este martes al Gobierno de España medidas laborales, fiscales y sanitarias que acompañen al proceso de desconfinamiento o, según sus cálculos, el cierre de establecimientos hosteleros podría ascender hasta el 30 por ciento, lo que representa alrededor de 85.000 locales.
Caída del comercio
Este plan de desescalada coincide además con un descenso histórico de ventas del comercio minorista del 14,3% en marzo respecto al mismo mes de 2019, como consecuencia del impacto de la crisis sanitaria y la suspensión desde mediados de marzo de la apertura al público de muchos locales y establecimientos minoristas por la declaración del estado de alarma, según ha informado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con este desplome, el mayor de toda la serie histórica, las ventas del comercio minorista ponen fin a 17 meses consecutivos de tasas interanuales positivas. Eliminados los efectos estacionales y de calendario, la facturación del comercio minorista se hundió un 14,1% en marzo, en contraste con el aumento del 1,8% registrado en febrero.