Campofrío lidera una alianza para transformar el campo español con fondos europeos y llegar 'De la Granja a la mesa'
Santiveri, O. Palomo, Molendum, Agropal, Grupo Tejedor Lázaro, Grupo AN, Kerbest y Uvesa también participan en un proyecto que espera recibir 100 millones.
30 abril, 2021 02:54Noticias relacionadas
El sector agroalimentario español quiere que España apueste por liderar la transformación de esta industria como ya está haciendo Francia. Por ello, más de una decena de empresas se han sumado para presentar el proyecto ‘De la Granja a la Mesa: Retos y Oportunidades del Sector Agrícola’, que aspira a obtener financiación de los fondos europeos, con un presupuesto inicial de inversiones de más de 100 millones de euros, tal y como ha podido saber Invertia.
“Consideramos que el proyecto es potente y poderoso. Afecta a toda la cadena de valor e incluye a empresas que son competidoras entre sí”, señala Carmen Suárez, portavoz del proyecto que ya ha sido presentado al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
¿Quién está detrás de esta propuesta? Casi una decena de empresas, algunas de ellas líderes en su sector y el 50% de ellas pymes. Estas son Campofrío, Santiveri, O. Palomo, Molendum, Agropal, Grupo Tejedor Lázaro, Grupo AN, Kerbest y Uvesa.
No obstante, afirman que “este es un proyecto abierto, con vocación de integrar toda la cadena de valor asociada, por lo que en las próximas semanas se espera que el número de promotoras se incremente, al igual que el presupuesto de inversiones”. De hecho, reiteran que es un proyecto cooperativo.
Objetivos del plan
¿Por qué es necesario este proyecto? “Porque pretenden transformar el campo español y que España lidere esa transformación”, según avanzan a Invertia. El plan promueve la adaptación de la cadena valor del mercado de cereales, oleaginosas y proteaginosas a los retos y oportunidades que la estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’ (lema que recogen también en su propuesta), asegurando una producción alimenticia sostenible, saludable y competitiva.
En este sentido, los principales retos son la ordenación de buenas prácticas agrícolas en el ámbito de la producción primaria; la reducción del uso de fertilizantes y plaguicidas; la modulación de la dependencia externa mediante la regulación de centros logísticos; el desarrollo de productos novedosos plant based para fomentar una alimentación saludable; y el incremento de la producción ecológica.
Asimismo, el proyecto recoge la necesidad de incrementar el uso de proteína vegetal de cultivos europeos y de materias primas alternativas tanto en alimentación animal como para acuicultura; y la ampliación en la oferta de productos basados en proteína vegetal, acorde con la promoción de modelos de consumo alimenticios sostenibles que giren en torno a dietas más vegetales.
Desde el sector reconocen a Invertia que quieren acabar también con sus debilidades, como el carácter deficitario de la producción de cereales o la dependencia de mercados internacionales.
La propuesta también llega respaldada por la importancia del sector agroalimentario reflejada durante la Covid. Aún así, es preciso señalar que constituye el 21% del total de la cifra de negocio de la industria de alimentación y bebidas en España, que integra actividades industriales de primera transformación, como harineras o semoleras; y de segunda transformación, como industrias de panificación, bollería, galleteras, cerveceras o fábricas de pasta.
Además, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya ha fijado una estimación de aumento de demanda de producción de alimentos en 2050 de un 70%. Las empresas promotoras del proyecto consideran que “este incremento debe acometerse mediante el aumento de la productividad y, en menor medida, por el aumento de la superficie de cultivo”.
Plazos
De momento solo es una propuesta que ya ha sido presentada al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Ahora los plazos comienzan a correr. El calendario arrancó el pasado martes, cuando el Consejo de Ministros dio luz verde al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que vertebrará cómo se invertirán los primeros 70.000 millones de euros que España recibirá de la Comisión Europea como parte de los fondos Next Generation.
El documento se enviará a Bruselas. En el plazo de dos meses, la Comisión evaluará el Plan de Recuperación y dictará si cumple los requisitos para que España reciba los fondos. Dentro del Plan de Recuperación están los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE).
El primero de estos PERTE, que tienen que recibir el visto bueno individual de Bruselas, debería ser Future Fast Forward, un proyecto multisectorial para fabricar el coche eléctrico en España liderado por Seat y en el que participan Iberdrola, Telefónica y CaixaBank, entre otras empresas.
Pero, después de este, el sector agroalimentario cree que tiene muchas papeletas para que sus propuestas se aprueben con “carácter prioritario”. Por lo que están a la espera de que en los próximos meses todo se agilice más.