La inflación calienta la guerra por el carro de la compra: la marca de fabricante trata de resistir el empuje de la blanca
Históricamente el precio es lo que más ha diferenciado ambas marcas y, en épocas de crisis, la marca propia siempre gana.
27 abril, 2022 03:46Noticias relacionadas
La eterna batalla entre la marca de fabricante y la marca blanca continúa con el precio en el punto de mira. Y lo hace en un momento en el que la inflación (del 9,8% en marzo) ataca al bolsillo del consumidor, especialmente a la hora de hacer la compra, donde la subida de precios afecta a todos los productos. Y en las crisis económicas siempre gana la marca blanca.
“Este contexto no va a ayudar a nadie porque el incremento de costes afecta a todos”, reconoce Ignacio Larracoechea. El presidente de Promarca no teme que la marca blanca dañe más a la de fabricante por la inflación. “No temo más daño porque tanto marcas de fabricante como las de distribución van a subir precios”, añade.
De hecho, las marcas blancas han subido un 18% sus precios desde enero hasta mediados de abril, ocho puntos porcentuales más que las marcas de fabricantes, que incrementaron sus precios un 10%, según un estudio realizado por la plataforma Gelt.
Entre enero y marzo, las marcas de fabricantes aumentaron sus precios en un 18%, con un especial incremento en productos como la harina (+28%) o el aceite (+19%), mientras que las marcas blancas subieron sus precios solo un 7%, con mayores aumentos en el aceite (+35%) y el atún en lata (+17%).
En el mes de abril, los precios de las marcas de fabricante disminuyeron un 8%, con una caída en el precio del papel higiénico (-8%) y la harina (-1%), pero con un incremento aún notable en el aceite (+9%).
En el caso de las marcas blancas, el incremento fue del 11%, con subidas en productos como el arroz (+19%) y caídas solo en la leche (-2%) y el papel higiénico (-1%). La razón está en que la marca de fabricante ha perdido cuota frente a la blanca por lo que se ha visto obligada a mantener o bajar precios.
Históricamente, el precio es lo que más ha diferenciado a la marca de fabricante y la de distribuidor, siendo la primera más cara que la segunda. De ahí que, en épocas de crisis, la marca de fabricante se vea siempre más desplazada por el consumidor, aunque a veces también por el propio establecimiento.
Competencia desleal
Desde Promarca siempre han recriminado que tanto Mercadona como otras cadenas (Lidl o Dia) practican la competencia desleal al no poder incluir en sus lineales a muchas marcas de fabricante. Algo que lastra la innovación en nuestro país.
De ahí que la asociación pida de nuevo que las marcas de fabricante compitan en “igualdad de condiciones para que el país no pierda aún más potencial de generación de riqueza”.
Cabe recordar que la marca blanca hace referencia a aquellos productos que se elaboran y se distribuyen bajo el nombre de la propia marca del supermercado que los comercializa como, por ejemplo, Hacendado o Bosque Verde de Mercadona.
Pérdida de valor
Así, la batalla en los últimos años parece ganarla la marca propia del 'súper'. En el mercado doméstico, la marca de fabricante creció menos que la marca de la distribución, mermando en su conjunto el potencial de generar valor añadido del país. Así se recoge en el estudio 'Impacto económico y social de las Marcas de Fabricante en el sector de Gran Consumo en España' realizado por Promarca.
En concreto, según la investigación, es en los últimos años -entre 2018 y 2020- cuando el trasvase de ventas de la marca de fabricante a la marca de la distribución en el mercado doméstico, sin contar exportaciones, se ha vuelto más acusada.
En este sentido, en estos últimos años, el trasvaso le ha supuesto al país una pérdida de valor añadido económico estimada en más de 1.000 millones de euros. El crecimiento de la marca de distribución es del todo insuficiente para contrarrestar la pérdida de valor económico que la marca de fabricante genera al sector.
Desde 2008, el crecimiento de la marca de la distribución en perjuicio de la marca de fabricante ha restado capacidad al sector de Gran Consumo para generar riqueza. El estudio estima que, a lo largo de estos trece años, la marca de fabricante ha visto mermada su capacidad de crear valor añadido económico en unos 2.500 millones de euros.