La Comisión Europea presentará este miércoles su menú de opciones para hacer frente a la actual crisis energética, que se ha visto agravada por la guerra de Rusia contra Ucrania. Una caja de herramientas que incluirá la posibilidad de imponer topes a los precios del gas y de la electricidad, así como medidas para mitigar el aumento del precio de la luz para los consumidores, tal y como demandan España, Francia, Italia, Portugal, Grecia, Polonia o Bélgica.
El plan del Ejecutivo comunitario servirá de base para la discusión de los jefes de Estado y de Gobierno del 24 y 25 de marzo. Sin embargo, el refuerzo de las herramientas de control de precios a escala europea sigue generando resistencias entre un número importante de Estados miembros. Alemania, Holanda y los nórdicos rechazan tanto imponer límites a los precios como desacoplar el precio de la electricidad del del gas.
"En materia de seguridad energética y neutralidad climática, buscaremos poner topes a los precios del gas y de la electricidad y mitigar el aumento del precio de la electricidad para los consumidores", ha anunciado el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, tras la reunión de ministros de Asuntos Europeos celebrada este martes en Bruselas.
"En la Comisión pensamos que hay una enorme volatilidad en el mercado de la electricidad y que, por culpa de los altos precios del gas, el impacto total en el precio de la energía es perjudicial desde el punto de vista de la pobreza energética y la competitividad de la industria europea. Tenemos que encontrar las mejores soluciones para resolver esta cuestión", ha explicado Sefcovic.
"Nuestra intención es trabajar en un menú de las mejores opciones disponibles para los jefes de Estado y de Gobierno, porque cada opción tiene sus pros y sus contras", ha admitido el vicepresidente. El Ejecutivo comunitario espera que los líderes europeos escojan durante la cumbre su alternativa preferida para poder seguir trabajando en ella. Es decir, Sefcovic ha descartado en la práctica que el Consejo Europeo adopte decisiones de aplicación inmediata, como pretende España.
Por su parte, el secretario de Estado para la UE de Francia, Clément Beaune, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la Unión, ha defendido la necesidad de "instrumentos de control de precios más importantes para periodos difíciles como el que atravesamos". Pero también ha admitido que esta receta no genera un apoyo unánime entre los Estados miembros. En concreto, Beaune ha dicho que la discusión sobre este punto sigue siendo "difícil".
En lo que sí hay mayor consenso es en la necesidad de acelerar la independencia respecto al gas procedente de Rusia, que ahora supone el 40% del total consumido en la UE, aunque nadie se atreve a ponerle fecha.
En su paquete de propuestas de este miércoles, Bruselas planteará obligar por ley a que todos los depósitos de gas de la UE se llenen hasta el 90% antes del 1 de noviembre de cada año. "Esto nos haría mucho más resilientes en caso de cualquier acontecimiento geopolítico, de inviernos duros o de cualquier otro tipo de problemas que podamos encontrarnos", sostiene Sefcovic.
"El hecho de que nuestros depósitos estén a sus niveles más bajos desde hace muchos años nos provocó muchas dificultades en enero", ha reconocido. El hecho de que muchos de estos almacenes de gas sean propiedad de Gazprom también preocupa a Bruselas, que los considera "infraestructuras estratégicas". "Por eso introduciremos también disposiciones para hacer frente a los riesgos en materia de propiedad de las infraestructuras de gas", apunta el vicepresidente.
El último pilar de la nueva estrategia de Bruselas para hacer frente a la crisis energética consiste en impulsar las compras conjuntas de gas con el fin de reforzar el poder de negociación frente a los proveedores mundiales, siguiendo el modelo de las vacunas contra la Covid-19. Una idea que también planteó originalmente el Gobierno de Pedro Sánchez.
"Europa debe usar mejor su enorme peso, la escala de nuestra economía europea, a la hora de negociar los precios de la energía y los suministros de gas a la UE", sostiene Sefcovic. Bruselas estudia crear un grupo de trabajo para poder determinar las cantidades de gas que necesitan los diferentes Estados miembros en cada momento.
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