El buque Norwegian Escape.

El buque Norwegian Escape. Europapress

Observatorio de la Energía

Cepsa inicia el suministro de biocombustibles para la industria de cruceros en el Puerto de Barcelona

El biocombustible, producido a partir de aceites de cocina usados, fomenta la economía circular con un 24% de componente sostenible.

29 agosto, 2024 13:09

Cepsa ha realizado su primer suministro directo de biocombustible de segunda generación (2G) para la industria de cruceros en el Puerto de Barcelona, habiendo además confirmado nuevos suministros para los próximos meses, con biocarburantes disponibles de forma regular en los puertos de Barcelona y Algeciras, informó la compañía.

En concreto, el buque Norwegian Escape, un buque de pasajeros de unos 325 metros de eslora operado por Norwegian Cruise Line Holdings (NCLH), recibió el primer suministro a finales de julio y está previsto que reciba el suministro de biocombustible durante toda la presente temporada turística de cruceros en la Unión Europea.

Cepsa también suministró biocombustible a otros dos buques operados por NCLH, el Seven Seas Voyager, de 223 metros de eslora, y el Oceania Riviera, de 239 metros de eslora, a principios de agosto.

Con este suministro, la energética tiene capacidad para suministrar estos combustibles sostenibles a la industria de cruceros de forma regular en el resto de los puertos españoles en los que opera. También indicó que "consolida aún más su posición como referente en la transición energética y líder en el suministro de energía para el transporte marítimo".

El biocombustible suministrado, producido a partir de aceites de cocina usados, fomentando la economía circular, contiene un 24% de componente sostenible, lo que la energética estimó que evitará la emisión de aproximadamente 3.000 toneladas de CO2, equivalentes a plantar 200.000 árboles.

El director de Marine Fuel Solutions de Cepsa, Samir Fernández, destacó la importancia de que estos biocombustibles de 2G "sean aprovechados ahora por el sector de los cruceros en su viaje hacia la descarbonización".

"Los combustibles marinos pueden utilizarse en buques sin necesidad de modificar sus motores, y tienen un alto potencial de reducción de las emisiones de CO2 en comparación con los combustibles fósiles convencionales, alcanzando una reducción de hasta el 90% durante su ciclo de vida, lo que los convierte en una solución inmediata ideal", dijo.

Cepsa aspira a ser el primer productor de biocarburantes de España y Portugal en 2030, con una capacidad de producción de 2,5 millones de toneladas anuales, y de hidrógeno verde con una capacidad de producción anual equivalente a 2 GW (gigavatios).

Descarbonizar el mar

Los biocombustibles, que pueden reducir las emisiones de CO2 hasta en un 90% durante su ciclo de vida en comparación con los combustibles convencionales, desempeñan un papel clave en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar como el transporte marítimo, además de promover la economía circular.

En este sentido, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que, históricamente, los combustibles derivados del petróleo han satisfecho más del 99% de la demanda total de energía del transporte marítimo internacional. Así, para alcanzar el cero neto, el sector deberá aumentar el uso de combustibles alternativos, incluidos los biocombustibles, el hidrógeno y el amoníaco verde y la electricidad renovable.

El uso de biocarburantes permite a las navieras cumplir los objetivos de la Unión Europea y la Organización Marítima Internacional (OMI).

En concreto, el paquete 'Fit for 55' de la Comisión Europea incluye 'FuelEU Maritime', una iniciativa legislativa que pretende reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo en un 2% en 2025, un 6% en 2030 y un 80% en 2050, en comparación con los niveles de 2020, mediante el uso de combustibles sostenibles.

Al mismo tiempo, la OMI (Organización Marítima Internacional) ha actualizado su estrategia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo, estableciendo objetivos ambiciosos que aumentarán progresivamente desde el 20% en 2030 hasta lograr cero emisiones netas en 2050, en comparación con los niveles de 2008.