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Observatorio de la Energía

Por qué el diésel renovable no termina de triunfar en España pese a haber logrado precios similares al premium

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Cuando pensamos en el camino hacia una movilidad sin emisiones de CO2, es casi inevitable imaginar coches eléctricos. Y aunque esta es la apuesta central de España para descarbonizar el transporte por carretera, existen alternativas prometedoras en los combustibles renovables

Los conocidos como biocombustibles se fabrican a partir de los residuos orgánicos que genera nuestra propia sociedad, como aceites de cocina usados, restos de poda o residuos agrícolas y ganaderos. Esto permite reducir las emisiones de CO2 en hasta un 90% en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.

Además, tienen dos grandes beneficios: no requieren adaptar los motores de los vehículos actuales y permiten utilizar las redes de distribución y repostaje ya instaladas.

Los biocombustibles son una solución que ya está disponible en el mercado, sin tener que esperar al desarrollo de nuevas tecnologías. Es más, actualmente todos los combustibles líquidos que se venden en estaciones de servicio ya incorporan, según marca la ley, un 10% de componente renovable.

Además, en los últimos años, su precio ha logrado reducirse considerablemente, "hasta niveles cercanos al de los carburantes premium, como la gasolina 98 y el diésel e+", explica Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables de Fundación Repsol. Entonces, ¿por qué no están triunfando en España como deberían?

Repsol ya suministra combustible renovable en más de 500 estaciones de servicio de la Península Ibérica. Sin embargo, su venta en estas gasolineras sólo representa el 8% o 10% del total. "El target es el mismo que el del combustible premium, lo está sustituyendo", asegura Cabello, quien apunta que en la primera mitad de 2024 Repsol ha vendido 30 millones de litros de combustible renovable.

"El primer reto que enfrentan estos carburantes sostenibles está en la demanda", apunta la directiva de Repsol. El precio de las materias primas orgánicas empleadas para su producción, así como los grandes costes asociados a asegurar la trazabilidad del producto, tienen un impacto en su precio.

1.500 estaciones en 2025

Repsol tiene como objetivo llegar a suministrar combustible renovable en 600 a finales de 2024 y a 1.500 en 2025. El combustible elaborado 100% a partir de residuos orgánicos se ha diseñado en el centro de investigación Repsol Technology Lab, e incorpora componentes exclusivos que garantizan el mismo cuidado del motor que los combustibles convencionales.

Los combustibles renovables cuestan entre 10 y 20 céntimos por litro más que la gasolina y el diésel tradicionales. Es decir, llenar un depósito medio —con una capacidad de unos 55 litros— supondría el desembolso adicional de entre 5 y 11 euros. Y es un coste extra que el consumidor medio, hoy por hoy, no está dispuesto a asumir.

"El coste de los combustibles renovables está relacionado con la escala y el nivel de madurez de las tecnologías empleadas. En las fases iniciales de desarrollo, todas las tecnologías presentan costes más altos, pero a medida que se alcancen mayores volúmenes de producción industrial, sus precios se volverán más competitivos" augura directora de Combustibles Renovables de Fundación Repsol.

El segundo gran obstáculo está en la regulación actual. "La neutralidad tecnológica podría haberse implementado de una forma más clara", reclama Berta Cabello.

Los sectores ligados a los combustibles sostenibles llevan tiempo reclamando al Gobierno una fiscalidad más favorable para estos carburantes, ya que actualmente los impuestos representan en torno a un 50% del precio final de los combustibles.

Las compañías de transportes, logística y productores quieren que los combustibles renovables tengan la misma consideración que otras alternativas como la electrificación o el hidrógeno. Además del apoyo fiscal, hablamos, por ejemplo, de medidas para fomentar su uso similares al Perte del vehículo eléctrico. Líneas de ayudas públicas que no existen en el caso de estos combustibles verdes.

"El tercero de los retos que enfrentan los combustibles renovables es poder usar unos recursos cada vez más limitados", añade la responsable de Repsol. Los biocombustibles más sostenibles, como los producidos a partir de residuos, son escasos y sólo pueden cubrir una parte de la demanda total.

El Director General del área Cliente de Repsol, Valero Marín, entrega una botella de aceite de cocina usado en una estación de servicio de la compañía.

El Director General del área Cliente de Repsol, Valero Marín, entrega una botella de aceite de cocina usado en una estación de servicio de la compañía. Repsol

Es aquí donde surgen ideas como la recogida de aceite de cocina usado de Repsol. En 2023, la petrolera puso en marcha en España una iniciativa para recoger aceite de cocina usado en sus estaciones de servicio. Los usuarios de la aplicación Waylet pueden beneficiarse de un descuento de 30 céntimos por litro entregado en los puntos disponibles.

Estos puntos están disponibles en más de 450 estaciones de servicio de la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha y se han alcanzado acuerdos para que también sea posible en Aragón y Castilla y León. 

Planta de Cartagena

En 2024, Repsol ha inaugurado en el complejo industrial de Cartagena la primera planta en la Península Ibérica dedicada exclusivamente a la producción a gran escala de combustibles completamente renovables. Esta instalación no solamente tiene la capacidad de generar diésel 100% renovable, sino también combustibles sostenibles para la aviación (SAF).

El complejo industrial de Cartagena de Repsol "mantiene una inversión media anual de más de 160 millones de euros, que incluye tanto el mantenimiento como el desarrollo de nuevas infraestructuras", explica Antonio Mestre, director de la refinería.

La actividad de Repsol representa el 70% del movimiento de mercancías en el Puerto de Cartagena. Además, el complejo proporciona empleo directo a 900 personas, una cifra que asciende a 5.000 si se suman los empleos indirectos (entre 400 y 800 en momentos de alta demanda) e inducidos, que alcanzan los 4.300 puestos de trabajo.

En 2023, Repsol firmó contratos con un centenar de empresas auxiliares para apoyar sus operaciones en Cartagena. La construcción de la nueva planta de combustibles renovables dentro del complejo ha generado 1.000 empleos durante las distintas fases del proyecto, además de contar con la colaboración de 140 empresas auxiliares.

El plan es alcanzar una producción de entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas para 2027, y llegar hasta 2,7 millones de toneladas al año en 2030. Para ello, además de Cartagena, Repsol espera que su segunda instalación esté en Puertollano, y que replique el modelo en una tercera ubicación en España antes de 2030.

Además, Repsol está invirtiendo en el desarrollo de combustibles sintéticos (e-fuels), que se crean mediante la combinación de CO2 capturado de la atmósfera e hidrógeno renovable. En colaboración con Saudí Aramco, se está construyendo una planta piloto para esta tecnología en Bilbao.

En total, la petrolera ha ejecutado unos 500 millones de inversión en estos proyectos. Además, Cartagena, Puertollano, Bilbao no han sido receptoras de ninguna subvención estatal, sólo ha contado con el apoyo de préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que tendrá que devolver.

Sin embargo, "en el futuro habrá un volumen de este carburante renovable en la carretera que justificará toda la inversión que hemos hecho durante años", asegura el director de la refinería de Cartagena.

Con todo, en 2023, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, aseguró que la compañía mantendría paralizadas estas inversiones hasta que no haya en España "una estabilidad regulatoria". Esto se refiere a la intención del Gobierno de ampliar y hacer permanentes como impuestos fijos los gravámenes temporales aplicados a la banca y las empresas energéticas durante la guerra de Ucrania.

En este grupo de inversiones que se mantienen en stand by también se incluyen otras que todavía no han sido anunciadas. Tal y como explican Berta Cabello y Antonio Mestre, Repsol mantiene la postura anuncia por Imaz en 2023. "Aunque por ahora seguimos trabajando en el desarrollo de estos proyectos, no se va a tomar ninguna decisión final de inversión hasta que se solucione el problema del impuesto", aseguraron.