Un barco de GNL y el mapa de Rusia en un montaje.

Un barco de GNL y el mapa de Rusia en un montaje. E.E.

Observatorio de la Energía

El sector gasista en España y Francia, pide evaluar el efecto de cerrar el grifo del gas ruso que llega por barco a Europa

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Europa prepara más sanciones a Rusia y en su 14º paquete se está valorando incorporar la prohibición de importar también gas natural licuado (GNL), el que llega por barco. Una propuesta que ha hecho saltar las alarmas de las empresas gasistas de España, Francia y Países Bajos.

Se trata de un movimiento que reducirá los ingresos por exportaciones de Rusia y prepara el terreno para una prohibición total de las importaciones de GNL ruso en la UE para 2027, en línea con los objetivos establecidos en REPowerEU. El sector ya asume que el acuerdo sobre el tránsito de gas ruso por Ucrania que expira en diciembre de 2024, no se va a prorrogar ni a firmar un nuevo contrato.

Pero, por todo ello, Sedigas, la patronal del sector en nuestro país, quiere que se haga una evaluación exhaustiva del posible impacto de las sanciones adicionales al GNL ruso sobre la seguridad del suministro de la UE. "Debe actuarse con cautela y analizar con rigor las consecuencias que una medida de esta naturaleza tendría en el conjunto de la UE", señalan fuentes cercanas a la patronal.

Hace tres años, Rusia era el mayor exportador mundial de gas natural y Europa, su principal cliente. Pero la llegada por gasoducto en las importaciones de la UE cayó de más del 40% en 2021 a sólo el 8% en 2023. Y combinado con GNL, ya el año pasado Rusia representó menos del 15% (18 bcm o millones de metros cúbicos) del total de las importaciones de gas de la UE.

De hecho, en 2023, las importaciones de GNL de la UE ascendieron a 121 bcm, un 3% más que en 2022 y un 78% más que en 2021. Los mayores importadores de GNL de la UE fueron Francia (22%, 27 bcm), España (18%, 23 bcm) y los Países Bajos (17%, 21 bcm).

Y es que los mayores exportadores de GNL a la UE fueron EEUU (46%, 56 bcm), Rusia (15%, 18 bcm) y Qatar (13%, 16 bcm).

Costes multimillonarios

La asociación francesa de gas France Gaz y la española Sedigas respetarán cualquier decisión que tome la UE con respecto a las sanciones al GNL ruso, pero piden que las medidas deben ser consensuadas a nivel de la UE y se debe tener en cuenta la seguridad del suministro de todo el bloque, entre otros asuntos.

"Si la Unión Europea lo decide, las empresas que tienen contratos firmados con las empresas gasistas rusas ya tienen una razón de fuerza mayor para romper esos acuerdos", añaden las mismas fuentes.

Naturgy tiene un acuerdo con la rusa Yamal LNG firmado en 2018 y con una duración prevista de dos décadas (hasta 2038), que contempla la entrega de alrededor 3,5 mil millones de metros cúbicos (bcm) al año.

"El problema de romper el contrato con Yamal es saber quién asumirá las penalizaciones. ¿Debe Naturgy seguir pagando por un producto que no puede importar a Europa? Y si no paga Naturgy, ¿quién debe asumir ese coste? Porque no hay duda de que el caso terminaría en las cortes de arbitraje internacional", explican a este diario fuentes de instituciones gasistas europeas.

"Y la Comisión Europea no las tiene todas consigo que los jueces digan que no es una fuerza mayor y tengan que asumir esos costes. En cualquier caso, estaríamos hablando de una suma multimillonaria que podría hacer quebrar a Naturgy", añaden.

TotalEnergies y Naturgy

Las obligaciones contractuales son, por tanto, consideraciones clave tanto para Francia como para España, porque también la gigante francesa TotalEnergies es otro de los grandes compradores contractuales del proyecto de GNL Yamal de Rusia, una infraestructura en la que, además, la francesa también es accionista.

No obstante, Sedigas confirma que España podrá garantizar la seguridad del suministro, por su combinación diversificada de suministros.

Nuestro país cuenta con la mayor infraestructura de almacenamiento y regasificación de Europa, lo que ha permitido recibir GNL de más de 15 orígenes diferentes en los últimos años, consolidando su papel como hub energético. A pesar de las importaciones de GNL ruso, el país mantiene una alta capacidad de diversificación, lo que reduce su dependencia respecto de otros países europeos.

El sector cumple con las normativas europeas y las directrices del Gobierno. Desde el 12 de agosto, por ejemplo, están en vigor normativas para garantizar el cumplimiento de la Decisión (PESC) 2024/1744, que incluye un seguimiento estricto de las importaciones de GNL. Los comercializadores informan además mensualmente al Ministerio de Transición Ecológica sobre el origen del GNL importado.

Bélgica solicitó a la Comisión Europea que coordine un sistema de seguimiento del GNL ruso en toda Europa para la implementación efectiva del 14º paquete de sanciones de la UE aprobado en junio, que incluye la prohibición total de los transbordos de cargamentos de GNL ruso en las terminales de la UE.

Reloading y transitting.

Desde junio pasado, lo que está prohibido en Europa es hacer reloading, recargas en puertos europeos de gas ruso, y el transitting, transbordos de gas ruso de barco a barco en territorio comunitario.

Las terminales rusas de GNL están ubicadas en el Ártico y es especialmente importante para Putin terminar su planta de licuefacción Arctic LNG 2. Por eso, Rusia tiene que utilizar rompehielos especializados para llevar su GNL a aguas más cálidas, donde se vuelve a cargar en barcos más grandes.

Hasta ahora, la mayor parte de esta actividad se ha llevado a cabo en puertos de la UE. Por eso, con las sanciones aprobadas en junio, los rompehielos rusos tienen que navegar distancias mucho más largas para llegar a la siguiente instalación adecuada para transferir el GNL a barcos más grandes.

En consecuencia, se enfrenta a costes operativos mucho más altos (se estima que hasta un 75% más altos) y se reducirá el volumen de GNL efectivamente transportado desde Yamal, en el mar Ártico, a clientes internacionales.