Durante los próximos días el Gobierno de Mariano Rajoy deberá definir una serie de procedimientos para llevar a la práctica la sustitución de toda la cúpula del Govern de la Generalitat. El control se hará en el ámbito político, económico, pero también se debe poner en marcha un dispositivo para asegurase el control de los Mossos de Escuadra y de los medios de comunicación públicos, hasta ahora el mayor altavoz del independentismo.
Acusaciones de manipulación
En las últimas semanas se han multiplicado las críticas contra TV3 -que junto a sus medios digitales y Catalunya Ràdio componen la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA)- y se les ha acusado de manipular y tergiversar la información sobre el procés a la medida del bloque independentista. Según sus detractores se ha convertido en un altavoz del independentismo al servicio de los mensajes soberanistas de la Generalitat.
Se le ha acusado de difundir mensajes separatistas en su canal infantil, de emitir propaganda del referéndum pese a que fue decretado ilegal, de ser beligerantes contra la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil durante la realización del referéndum ilegal del 1-O, de relacionar con el Franquismo la manifestación del 10-O por la unidad de España, de no ser objetivos en las entrevistas que han realizado a cargos del Govern y de apagar las voces críticas.
Órgano de propaganda
El diagnóstico que se hace en Moncloa es que TV3 -la cadena más vista por los catalanes y la de más arraigo popular- se ha convertido en el mayor aparato de defensa de Puigdemont y, a su vez, es la mejor arma adoctrinadora del independentismo. Los catalanes se informan mayoritariamente por TV3 y más en momentos de crisis. Sus cifras le avalan: 17,5% de share en octubre y seis puntos por encima del 11% con el que cerró 2016.
Por ello que a nadie sorprendió que el acuerdo del Consejo de Ministros para aplicar el artículo 155 se refiera de manera directa a los medios de comunicación públicos de Cataluña. Carmen Calvo, que negoció por el PSOE el contenido del 155, ya lo adelantó el viernes indicando que entre el paquete de medidas se incluiría esta intervención de TV3.
Información veraz, objetiva y equilibrada
El documento conocido este sábado no deja lugar a dudas y confirma que se realizará una intervención directa. Moncloa se compromete a que los órganos y las autoridades que cree a tal efecto o designe el Gobierno de la Nación “garanticen la transmisión de una información veraz, objetiva y equilibrada, respetuosa con el pluralismo político, social y cultural”.
El Gobierno de Mariano Rajoy indica que se buscará una información que también garantice “el equilibrio territorial, así como el conocimiento y respecto de los valores y principios contenidos en la Constitución española, y el Estatuto de Autonomía de Cataluña, tal y como establece el artículo 26 de la Ley 22/2015, de la comunicación audiovisual de Cataluña".
Núria Llorach en el punto de mira
Esta última ley catalana indica textualmente que la cadena deberá asegurar “la satisfacción de sus necesidades democráticas, sociales, educativas y culturales, garantizando de forma particular el acceso a una información veraz, objetiva y equilibrada, a las más amplias y diversas expresiones sociales y culturales y a una oferta de entretenimiento de calidad”. También garantiza objetivos como “el refuerzo de la identidad nacional como un proceso integrador, en constante evolución y abierto a la diversidad”.
Moncloa no ha confirmado formalmente como se garantizará esta declaración de intenciones, pero las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL indican que es muy probable que se sustituya la cúpula de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). En estos momentos, la presidenta del CCMA es Núria Llorach, que fue interrogada el viernes por la Guardia Civil para indagar sobre los anuncios que emitió la cadena sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre pese al veto decretado por el Tribunal Constitucional.
Vicent Sanchis, exvicepresidente de Òmnium Cultural
En otro nombre en el punto de mira es Vicent Sanchis, actual director de TV3. Todos sus detractores coinciden en que desde su nombramiento en marzo de este año la línea editorial de la cadena pública catalana se ha radicalizado hacia el independentismo e incluso muchos atribuyen su llegada a un movimiento político de la Generalitat para asegurarse el control de los medios de comunicación.
Analista y tertuliano en RAC1 o TV3, también fue vicepresidente de Òmnium Cultural, organización que junto a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) han sido la fuerza ciudadana del independentismo. Un currículum que no llama a dudas y que claramente no está en la línea de lo que Moncloa quiere para la nueva TV3.
El tercero en discordia es Saül Gordillo, director de Catalunya Ràdio, emisora cuyos programas también son criticados por su cercanía al independentismo y que tiene entre sus principales presentadores a Mónica Terribas, directora de El matí, ex presidenta de TV3 entre 2008 y 2012 y otra figura mediática cercana al soberanismo.
El control de las cuentas
La otra medida que deberá adoptar el Gobierno central es el control de las cuentas de TV3. Históricamente la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) ha dependido financieramente de la Generalitat, una dependencia que se ha agudizado con la crisis de los medios de comunicación. En la última década, la que la subvención pública ha aumentado al mismo tiempo que los ingresos por publicidad se desplomaban.
En sus cuentas del año 2016, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuls SA (CCMA) reconoció que podría salvar su situación de fondo de maniobra negativo y de déficit presupuestario, solo gracias a las aportaciones del Govern. En 2017 la Generalitat de Cataluña aprobó un presupuesto anual de 236,2 millones de euros para TV3 y Catalunya Ràdio.
A este montante fijo hay que sumar otros 74,7 millones de euros en concepto de aval para que TV3 afronte eventuales pagos a la Agencia Tributaria (AEAT) por el IVA de los ejercicios 2012, 2013 y 2014. En total, el Govern destinará más de 311 millones de euros a la CCMA solo este año. En 2016 ingresó 66,1 millones por venta de publicidad, lo que demuestra la elevada dependencia de las aportaciones públicas.
Una televisión altamente ineficiente
Unas cuentas que ahora controlará Moncloa. Ya no se pueden bloquear las aportaciones de 2017, pero todo parece indicar que los nuevos gestores de TV3 serán los responsables de la aprobación de las cuentas del próximo año y también del presupuesto que destine la Generalitat a la cadena.
Sabemos que el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro no es excesivamente generoso con los medios públicos y ahora se enfrenta al control de la televisión autonómica más cara del Estado y una de las más ineficientes. TV3 tiene una plantilla de 2.312 trabajadores y unos gastos de personal de 159 millones de euros, superiores a Atresmedia, una cadena que tiene quince veces más ingresos por publicidad.
Críticas de los trabajadores y el precedente de TVE
Hasta el momento los únicos que han reaccionado públicamente a esta intervención ha sido los sindicatos y los trabajadores de TV3. El Consejo Profesional de la televisión ha calificado la medida de "ataque directo, indigno e impúdico a la libertad de expresión y de información". Del mismo modo, los trabajadores de la cadena amenazan con "no reconocer la autoridad" de un nuevo director que pueda ser nombrado.
La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) también ha emitido un comunicado en el que asegura que "seguirá firme" en su misión de ofrecer a todos los catalanes un servicio público plural, de calidad y comprometido con los principios éticos y democráticos.
El Partido Popular no es un ejemplo de pluralidad en medios públicos. La primera medida de Mariano Rajoy tras ser elegido presidente fue impulsar una reforma en el Congreso para elegir al presidente de RTVE sin consenso del resto de grupos parlamentarios. Siete años después nada ha cambiado y las críticas por manipulación se multiplican a pesar de que hay un acuerdo en el Congreso para volver a elegir al consejo de la Corporación por consenso parlamentario.
TV3 como elemento vertebrador
Con todo, será la primera vez en los 35 años de historia de las televisiones autonómicas que el gobierno central asuma el control de una de estas cadenas. Unas televisiones históricamente cuestionadas por su cercanía a los gobiernos de turno, pero que también han sido los principales elementos vertebradores y ejes del desarrollo cultural de las autonomías donde se han desarrollado.
TV3 fue en 1983 la segunda autonómica en nacer después de ETB (País Vasco) y es en estos momentos la que tiene una mayor audiencia dentro de su territorio. Los profesionales televisivos reconocen que técnicamente es una de las mejores que hay en España y sus programas suelen ser ampliamente aplaudidos por la crítica.
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