Los últimos ‘Buenos días’ de Juan Pablo Colmenarejo
El periodista ha fallecido en un hospital de la capital. Columnista de ‘Abc’, tenía una bitácora (‘el grafitero’) y todos los premios periodísticos de la radio.
Yo llegué hecho un manojo de nervios, como siempre. Mal dormido, sin los periódicos del todo leídos, sabiéndome mal lo de la guerra en el PP y con demasiados apuntes sobre la guerra en ciernes sobre Ucrania. Él estaba en el estudio, la voz templada por las horas ya en antena, la prensa leída y digerida, la entrevista de las 9 preparada, los ojos atentos a las tv mudas. Sólido, simpático, sereno. Juan Pablo Colmenarejo abrió la ventana del estudio de Onda Madrid y nos dimos un abrazo. El del reencuentro. El último.
Fue el último ‘Buenos días Madrid’. Porque, aunque parezca increíble, Juan Pablo, gran corazón atlético, risa franca, voz profunda, acaba de morir, víctima de un ictus. Cayó con las botas puestas de profesor de periodismo en la Universidad Juan Pablo Villanueva. Se sintió mal en clase, salió a beber un vaso de agua y se desplomó. “Estaba en su mejor momento”, me dice uno de sus amigos.
Esa misma impresión tuve yo el martes. La tertulia del programa matinal fue como la seda. Manuel Marín y Rafa de Ribot intervenían desde fuera del estudio al ritmo que Colmenarejo marcaba con una batuta invisible, la adrenalina de la última hora que llegaba del Ayuntamiento de Madrid envuelta en la seda que tienen los grandes de la radio para interrumpir al contertulio segundos después de pedir al realizador que metiera el corte con las palabras del alcalde. Yo veía ese ballet de palabras desde mi asiento, a la derecha del director, separados por una mampara transparente. “Más énfasis, Iñaki, y pégate al micro, que te apagas”.
“Quiero hacer un programa clásico. Actualidad, noticias, entrevistas, análisis, tertulia, conversación, compañía…"
Juan Pablo me dijo que estaba feliz. “Ni un problema. Me dejan hacer lo que quiero”. Y lo que Colmenarejo quería era hacer radio. “Quiero hacer un programa clásico. Actualidad, noticias, entrevistas, análisis, tertulia, conversación, compañía… lo clásico en la vida es lo que no se puede hacer mejor, lo más difícil que hay” declaró a El Mundo en septiembre de 2018.
Hubo de ser un verano difícil. Dejó la Cope con el corazón partido. Sin un reproche. Indomable, no le renovaron el contrato. “He estado 17 años n Cope. He dirigido nueve años un programa que tiene 30 y que inventó mi maestro, Javier González Ferrari. He hecho periodismo con una libertad absoluta. Las etapas en la vida acaban”. Y apagó ‘La linterna’.
En 1990, Colmenarejo se licenció en Periodismo en la Universidad de Navarra. Años después, en 2019, leyó su tesis doctoral ante el tribunal de la Facultad de Comunicación de la misma universidad. Seis años de investigación académica, culminados con un sobresaliente cum laude: “Las imágenes sonoras de la crisis del euro. Estudio del caso ‘El equipo económico’ de la Linterna, Cadena COPE”, dirigido por la profesora María Pilar Martínez-Costa.
Después del último “buenos días”, Juan Pablo me invitó a desayunar en la cantina del edificio de Onda Madrid.
Tras una primera etapa en Cope, fue subdirector de informativos de RTVE y presentó “España a las ocho” en Radio 1 de Radio Nacional de España. En 2002 se incorporó a Onda Cero donde dirigió el informativo de mediodía y el programa nocturno ‘La Brújula’. Siete años después pasó a la Cope a dirigir ‘La linterna’.
Después del último “buenos días”, Juan Pablo me invitó a desayunar en la cantina del edificio de Onda Madrid. En la mesa de al lado, Agustín Valladolid que salía de un programa en Telemadrid. Nos pusimos al día, fijamos un día para que yo fuera a hablar a sus alumnos de las elecciones francesas. “Ayer estuvo Victoria Prego y los alumnos quedaron encantados”. Nos despedimos en la puerta. Yo, feliz por el reencuentro.
Juan Pablo Colmenarejo (Madrid, 1967) ha fallecido en un hospital de la capital. Columnista de ‘Abc’, tenía una bitácora (‘el grafitero’) y todos los premios periodísticos de la radio. Era un gran periodista y un hombre bueno.