El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, está preocupado por la débil situación de los bancos de la eurozona. Pero esta vez las dudas no se centran en la solvencia de las entidades, sino en su rentabilidad. El sistema que más preocupa es el italiano, ya que tiene en sus balances una gran cantidad de activos no productivos que no generan rentabilidad pero tiene costes para financiar el capital necesario para cubrirlos y cumplir los requisitos de solvencia. “El problema de los activos no productivos (NPL, por sus siglas en inglés) es grande y necesitará tiempo solucionarlo”.
Dada la dificultad para sacar estos activos del balance, bien por la ausencia de compradores o bien por las pérdidas que tendrían que afrontar las entidades, Draghi deja la puerta abierta a utilizar dinero público. “Sería muy útil”, ha remarcado el presidente de la entidad. Esta es la primera vez que se refiere abiertamente a la posibilidad de poner en marcha un mecanismo público para ayudar a las entidades europeas. "Lo que no queremos es que haya ventas forzadas de activos", ha remarcado Draghi.
Lo que haría Bruselas es utilizar dinero público para actuar como soporte o garante en última instancia del valor de esos activos improductivos para que así las entidades puedan sacarlas de sus balances. Es una de las opciones que “está en la regulación”, ha indicado y “es responsabilidad de la Comisión Europea y de Competencia ponerlo en marcha”. En efecto, Competencia es quien tiene la decisión última de aceptar esta medida, ya que podría considerarse una ayuda pública que violase las reglas del mercado.
La regulación de la que se ha dotado la Unión Europea en los últimos años limita la posibilidad de emplear dinero público para rescatar a los bancos, por lo que las autoridades están buscando alternativas que supongan una inyección de fondos en las entidades sin que parezca un rescate. El vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, ya pidió hace dos semanas que se emplease dinero público para ayudar a las entidades.
El problema de los activos no productivos (NPL, por sus siglas en inglés) es grande y necesitará tiempo solucionarlo
Draghi también ha pedido a las autoridades que adopten medidas para hacer más atractivo el mercado de activos no productivos para que las entidades puedan sacarlos de sus balances con más facilidad. Esta regulación debería incluir la normativa de bancarrotas para valorar cuál es el capital que consumen estos activos en el balance y cómo tienen que valorarse los préstamos realizados a empresas que entran en concurso de acreedores. Actualmente, cuando una entidad abre un concurso, los bancos tienen que anotar en sus balances que ese activo no vale nada, lo que significa asumir todas las pérdidas, aunque finalmente no se materialicen.
“Los bancos son importantes, y más para la eurozona, que tiene una economía muy bancarizada”, ha asegurado Draghi. Para el BCE la salud de la banca tiene una importancia mayúscula, ya que supone el mecanismo de trasmisión de su política monetaria. Si los bancos no están fuertes, no conceden préstamos y, por tanto, los estímulos del Eurobanco se quedan atascados en el sistema financiero y no llegan hasta la economía real.
Los bancos son importantes, y más para la eurozona, que tiene una economía muy bancarizada
Draghi ha querido dejar claro que el problema de los bancos europeos no es de solvencia, sino de rentabilidad. Los activos no productivos son un problema que se une al principal, los tipos de interés tan bajos, que cercenan el negocio de los bancos: tomar dinero a corto plazo y prestarlo a largo. “Los bancos están hoy mejor que antes”, ha explicado, la solvencia de las entidades supervisadas directamente por el BCE ha mejorado notablemente: “En 2013 la ratio de capital de máxima solvencia CET1 era del 9% en 2012 y actualmente está en torno al 13%.