En concreto ha emitido 4.643,8 millones, la mayor parte, 1.651,21 millones, a 30 años con un interés marginal del 2,243 %, menor que el 2,726 % anterior, lo que contribuye a alargar la vida media de las emisiones de deuda española.

El Tesoro ha conseguido captar este importante volumen a tan largo plazo gracias a que los inversores han demandado solo a 30 años más de 2.000 millones de euros.

Pero además, la cita de hoy con los mercados ha servido para recabar otros 1.361,56 millones a 10 años, la deuda que sirve para medir el grado de confianza en el país respecto a Alemania, cuyos títulos al mismo plazo son considerados los más solventes del euro.

Esta colocación se ha llevado a cabo con una rentabilidad última o marginal, la que recibe el grueso de los inversores, del 1,176 %, en línea con el interés que se exige en el mercado secundario y un 15 % más barato que hace apenas tres semanas, cuando España vendió esta misma denominación al 1,385 %.

El Tesoro Público ha conseguido asimismo 1.006,03 millones más en bonos a 3 años, con un interés del -0,219 %, aún más negativo que el -0,017 % de principios de marzo, lo que supone que los inversores reciben cada vez menos retorno por adquirir esta deuda.

Aunque España se ha hecho con más de 4.000 millones con la colocación de estos títulos a 3, 10 y 30 años, está en la banda baja de su objetivo de emisión para hoy, que estaba entre los 4.000 y los 5.000 millones de euros.

Adicionalmente ha puesto en el mercado una nueva emisión de obligaciones a 10 años ligada a la evolución de la inflación con la que ha obtenido 625 millones de euros más, entre los 250 y los 750 millones previstos, con un interés inicial del -0,287 %.

Esta rentabilidad es significativa porque es negativa y en la última colocación comparable, a principios de febrero, el Tesoro ofreció un interés del 0,017 %. EFECOM

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