La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha cambiado los planes de prácticamente todas las instituciones europeas y el Banco Central Europeo (BCE) no es una excepción.
El equipo de Christine Lagarde contaba con empezar la lenta y progresiva ret¡rada de estímulos en los próximos meses, si bien el conflicto bélico le obliga ahora a lidiar con un nuevo escenario, que el mercado cree que podría estar protagonizado por un nuevo invitado: la estanflación.
Este término, resultado de la peligrosa combinación entre un estancamiento de la economía y una elevada inflación, preocupa ya a los analistas. Dan por sentado que el conflicto bélico, acompañado de las cuantiosas sanciones a Rusia, va a tener graves consecuencias para las economías de este lado del continente.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea y otras economías occidentales llevan meses acumulando récords en los registros de la inflación. Ahora, tras el ataque a Ucrania, existe el temor de que este aumento de los precios, que hasta ahora consideraban "transitorio", se cronifique, principalmente debido al incremento de los precios de la energía.
Y no solo por eso. Como explican desde DWS, "tras la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la pandemia de Covid-19, la invasión rusa asestará un nuevo golpe a las cadenas de suministro y la globalización (...) Más producción local y más almacenamiento implica menor eficiencia y costes más altos". Un nuevo impacto en la oferta que se suma a la crisis de suministros por la escasez de semiconductores de la que aún no se había recuperado la economía mundial.
Los analistas del mercado ven más cerca que nunca este posible escenario de estanflación y creen que los bancos centrales, y particularmente el BCE, deberán tenerlo muy en cuenta a la hora de tomar sus decisiones de política monetaria, que se dirigían hacia un endurecimiento antes de que este conflicto bélico irrumpiera en el corazón de Europa.
Riesgos al alza
"En el corto plazo, las disrupciones sobre la energía y la oferta de mercancías pesarán en el crecimiento y empujarán al alza a la inflación para largo plazo. Concretamente en Europa, los riesgos de estanflación se han incrementado", apunta Carsten Brzeski, responsable global de Macro de ING. En opinión de este experto, "para el BCE, pero también para otros bancos centrales, esta nueva situación es probable que ralentice o retrase la normalización monetaria".
Similar visión en DWS. "La probabilidad de estanflación ha aumentado en Europa este año. Si bien los bancos centrales harán de todo para evitar una tensión grave en los mercados financieros, a diferencia de años anteriores esta vez no pueden ignorar la inflación", señala la firma en su último informe CIO Flash.
Recado que dejan a los bancos centrales y, especialmente, al instituto emisor del euro, cuyo Consejo de Gobierno celebra el próximo 10 de marzo una nueva reunión sobre política monetaria. Este encuentro debía alumbrar el posible inicio de la retirada de los estímulos puestos en marcha durante la pandemia, si bien, tras el estallido del conflicto, el análisis que tendrá que hacer ahora el BCE será, si cabe, mucho más complicado.
"Cualquier pista sobre subidas de tipos está descartada. Esperamos que el BCE evite atarse las manos en cualquier dirección: que siga anunciando una retirada de los estímulos mientras no descarta una nueva relajación de la política monetaria si es necesario", añade Brzeski, de ING.
Y es que entre los analistas existen dudas sobre el rumbo que tomarán los bancos centrales. "La Reserva Federal está bajo mucha presión para subir [los tipos de interés] y creemos que avanzará con un aumento de 25 puntos básicos en marzo. Esperamos que otros bancos centrales continúen con una política más estricta, aunque la magnitud de las subidas de tipos puede moderarse", apuntan desde Loomis Sayles, del grupo Natixis Investment Managers.
De acuerdo con los expertos de la gestora, a largo plazo "es probable que el conflicto cree un entorno de decisión de política monetaria más complejo a medida que los bancos centrales se enfrentan a los riesgos de una posible estanflación. Es posible que los bancos centrales tengan que adaptar sus estrategias en consecuencia". Habrá que esperar para ver la decisión que tomará el BCE dentro de ocho días, en los que, como ha demostrado la historia reciente, puede pasar de todo.
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