Del mayor engaño al peor escenario: los inversores han caído en la trampa
Mientras que nos han vendido que tendremos un aterrizaje suave, los mercados y la economía en general se dirigen hacia el peor de los casos.
11 septiembre, 2022 11:34Se ha acabado la época feliz de los tipos de interés en negativo que ha provocado una serie de hechos sin precedentes bajo una política de dinero gratis con el convencimiento de que esos tipos bajo cero podrían soportar valoraciones infinitas a medida que la economía colapsaba.
Esta época que ahora está acabando pronto pasará a los libros como una de los mayores engaños masivos de la historia de la humanidad.
El invento de tomar prestado para salir de una crisis de deuda en el año 2008 fue una mala idea porque el crecimiento económico quedó muy estancado.
[Consulte aquí las claves operativas del Ibex 35, según el analista Eduardo Bolinches]
Luego llegó el cisne negro de la pandemia de la Covid-19 y frustró las intenciones de la Reserva Federal estadounidense de volver a normalizar los tipos de interés en un ataque de vergüenza ajena, pero los distintos cuellos de botella que se produjeron en las cadenas de suministro desbarataron su plan.
Esta crisis vino justo en un final de ciclo, pero los programas de estímulos fiscales por la pandemia impulsaron la demanda de bienes duraderos a medida que colapsaban los servicios creando la mayor burbuja de activos de la historia de la humanidad.
Ahora, los inversores han caído en la trampa. Una trampa por haber ignorado el riesgo del fin de ciclo que retomó su actividad con fuerza tal como la economía lograba reabrir.
Goldman Sachs todavía mantiene que un aterrizaje suave es posible y que por lo tanto está sobre la mesa, pero eso implicaría asumir que el ciclo más largo de la historia de EEUU va a ser corregido con la recesión más corta de la historia de EEUU.
[La cartera de acciones de Eduardo Bolinches para la sesión de hoy]
Vamos a asistir a un final de año en el que los distintos bancos centrales van a seguir luchando contra la inflación y la recesión no será precisamente suave, pero como suele ocurrir siempre, cuando el ciudadano de a pie se dé cuenta ya será demasiado tarde.