Recesión a corto plazo o crecimiento endémico a largo plazo
El temor a que el crecimiento global se estanque es sin duda uno de los condicionantes con los que los mercados han iniciado el nuevo curso. La cuestión es si el problema de fondo viene originado por un tema de base o son simples matices.
La evidencia apunta a una desaceleración global más visible en las economías desarrolladas que en las emergentes. Este podría ser un mini ciclo dentro de un movimiento secular.
El problema viene como indicaba en el concepto de crecimiento, o lo que podríamos denominar, el nuevo paradigma. El Banco Mundial dice que la economía global está en camino de registrar su peor media década en 30 años.
El reciente informe de 'Perspectivas económicas globales' publicado por la organización pronostica que el crecimiento global se desacelerará por tercer año consecutivo durante 2024, cayendo del 2,6% del año pasado al 2,4%. Con estos datos, y aun maquillándolos con unas expectativas poco creíbles de crecimiento en 2025, el último período de cinco años será aproximadamente 0,75 puntos porcentuales inferior a la tasa promedio de la década de 2010.
Los datos sugieren que el mundo se está quedando atrás en su objetivo de hacer de la década de 2020 una "década transformadora" en la que se aborde la pobreza extrema, las principales enfermedades infecciosas y el cambio climático. Para corregir el rumbo, será necesario que los países utilicen políticas fiscales y monetarias integrales, así como cooperación global.
La evidencia apunta a una desaceleración global más visible en las economías desarrolladas que en las emergentes.
La realidad, tal y como señala el propio Banco Mundial, es que la década de 2020 pasará a ser "una década de oportunidades desperdiciadas".
La cuestión sobre cuánto más podría durar la actual expansión económica sigue siendo una cuestión ampliamente debatida entre los que se inclinan por un aterrizaje suave o duro de la economía, debate que parte de principios de 2022, continuó en 2023 y permanece en 2024.
Tenemos, al menos yo, una sensación de déjà vu permanente en torno a este debate desde la recesión de 2007-2008. Pasado ese período, fue necesaria una pandemia mundial para provocar una recesión en 2020. Sin embargo, duró sólo dos meses, de marzo a abril, es decir, durante el confinamiento por el Covid-19.
Según el Índice de Indicadores Económicos Coincidentes (IEC), desde el pico del último ciclo económico hasta la breve recesión y la rápida recuperación, se necesitaron 20 meses para recuperar el terreno perdido. El promedio de los seis períodos de recuperación total anteriores fue de 37 meses (entre 19 y 77 meses).
La década de 2020 pasará a ser "una década de oportunidades desperdiciadas".
A las recuperaciones les siguen expansiones hasta nuevos máximos históricos. Las seis expansiones posteriores a la recuperación duraron en promedio 67 meses. Eso significa que el debate entre del aterrizaje suave o duro podría durar hasta mediados de 2026.
No hay una conclusión clara. El corto plazo divide mientras que el largo plazo es una incógnita. La inercia apunta a un crecimiento, pero sus fundamentales, como señala el Banco Mundial, no son los necesarios para generar un crecimiento robusto de largo plazo, debate que no es menor si nos agarramos al mantra de la renta variable de que en el largo plazo siempre se gana con este activo.