Una mujer haciendo cálculos.

Una mujer haciendo cálculos. iStock

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Así quedará el Salario Mínimo Interprofesional con la entrada en vigor de la reducción de jornada laboral

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El Ministerio de Trabajo y Economía Social, liderado por Yolanda Díaz, está promoviendo una reducción gradual de la jornada laboral en España, que pasaría de las actuales 40 horas semanales a 37,5 horas. Este cambio se plantea en dos fases: primero, una reducción a 38,5 horas y, más adelante, el ajuste definitivo a 37,5 horas.

Lo innovador de esta propuesta es que no se busca simplemente reducir las horas trabajadas, sino hacerlo sin afectar los salarios. Es decir, los trabajadores recibirían el mismo salario que en una jornada de 40 horas, lo que, en la práctica, incrementaría el salario por hora trabajada. La medida tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los empleados, promoviendo un mejor equilibrio entre vida laboral y personal.

Sin embargo, la propuesta ha generado controversia. La Patronal ha expresado su desacuerdo, preocupada por el impacto en los costos laborales y la competitividad de las empresas. Además, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han advertido sobre los posibles riesgos para la economía, señalando que una reducción de jornada podría afectar el empleo y el crecimiento si no se diseña cuidadosamente. Según el FMI, es crucial implementar esta medida con estrategias claras para minimizar sus efectos negativos y maximizar sus beneficios.

Impacto de la reducción de jornada en el SMI

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) establece el sueldo mínimo que una persona debe recibir por una jornada completa de trabajo. En 2024, la retribución mínima anual se ha fijado en 15.876 euros, distribuidos en 14 pagas, lo que equivale a 1.134 euros mensuales si hay pagas extra o a 1.323 euros mensuales con las pagas prorrateadas.

Desglosado por día, el SMI es de 37,80 euros brutos para quienes reciben 14 pagas y de 44,1 euros con las pagas prorrateadas. Por hora, equivale a 8,21 euros (en 14 pagas) o a 8,87 euros (en 12 pagas prorrateadas), teniendo en cuenta vacaciones y extras.

Aunque la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales no afectará el SMI anual, sí aumentará el SMI por hora trabajada. Con una jornada semanal de 38,5 horas, el SMI por hora alcanzaría los 9,5 euros, y con 37,5 horas, subiría a 9,75 euros. Este ajuste asegura que el salario por hora refleje la menor carga horaria sin reducir el ingreso anual del trabajador.

El Gobierno planea subir el SMI

El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2024 generó debate, especialmente entre el Gobierno y la Patronal, ya que esta última expresaba sus reservas sobre los posibles efectos en las empresas. Sin embargo, el Ejecutivo logró un acuerdo con los sindicatos para incrementar el SMI en un 5%.

Esta subida se alinea con el objetivo de que el SMI alcance el 60% del salario medio, manteniéndose así por encima de la inflación (IPC) y garantizando un poder adquisitivo más alto para los trabajadores.

Para lograr esta meta, el SMI tendría que aumentar aproximadamente un 4,6% en 2025, siempre que el salario medio no experimente un incremento significativo, algo que parece poco probable según las proyecciones actuales.

Advertencia del FMI sobre el SMI y la reducción de jornada

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias de la subida del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral sin recortar salarios. Según el FMI, estas medidas podrían considerarse como un incremento salarial encubierto, lo que aumentaría los costos laborales y podría frenar la actividad económica. La principal preocupación es que este aumento de costos podría llevar a la destrucción de empleo o frenar la creación de nuevos puestos de trabajo.

Los críticos de estas medidas argumentan que los salarios deben estar vinculados a la productividad. Si los salarios aumentan más allá de lo que permite la productividad de las empresas, estas podrían no ser capaces de asumir los costes, lo que afectaría negativamente tanto a los empleadores como a los trabajadores. Además, se teme que esto pueda incentivar la economía sumergida, afectando negativamente la economía en general.

En cuanto a la reducción de la jornada laboral, el FMI advierte que una medida de este tipo sin un aumento de la productividad podría disminuir aún más la producción, ya que las empresas no podrían contratar más personal debido a los costos elevados. Esto podría, en última instancia, afectar a los trabajadores con la pérdida de empleo.

En resumen, el FMI y otros expertos piden cautela, ya que, aunque las medidas buscan mejorar las condiciones de los trabajadores, podrían tener efectos contrarios si no se implementan adecuadamente, afectando a la economía y al mercado laboral en su conjunto.