Si al conflicto del Taxi y las VTC le faltaban ingredientes para convertirse en uno de los grandes conflictos empresariales de este 2018, estos últimos días los conductores de Uber amenazan con abrir un nuevo frente en el conflicto.
Los pilotos de los coches de la compañía preparan una queja formal contra Uber, para intentar hacer ver que las tarifas dinámicas están lastrando la facturación, tanto de la empresa como de los propios trabajadores. Y todo ello en una semana en la que tanto Uber como Cabify han decidido protestar contra Fomento y el Taxi.
Este miércoles, las dos compañías ofertarán viajes gratis a todos los usuarios en las principales ciudades con un claro mensaje: no están dispuestos a quedarse callados tras el posible Real Decreto que prepara el Ministerio de Fomento y que dejaría tocado al sector de las VTC. Con la medida que los usuarios podrán disfrutar este miércoles, tanto Uber como Cabify atacan donde más duele: al bolsillo del que se supone quiere ser su amigo.
“Perdemos facturación por la subida de precios que se produce cuando se activa la tarifa dinámica”, comenta a EL ESPAÑOL uno de los trabajadores que piensa firmar el documento que expresa el rechazo del plus. Este suplemento es aquel que impone la compañía cuando considera que hay alta demanda de usuarios. En ese momento, y dependiendo de la saturación de peticiones, se aplica un porcentaje u otro. A más demanda, mayor es el multiplicador.
“Lo peor de todo es que en muchas ocasiones a los usuarios no les importa cancelar el viaje y pagar una pequeña cantidad cuando ven que se ha activado una tarifa dinámica. En ese momento, yo (en palabras del conductor) tengo que darme media vuelta y perder dinero y tiempo porque mi cliente ve que el precio es desorbitado”, sentencia otro protagonista. “Es contraproducente para nosotros porque si queremos competir con el Taxi, estos precios parecen demasiado altos”, apuntilla.
Esta teoría se reforzó el pasado viernes. La aplicación de Cabify se cayó por lo que Uber tuvo un extra de demanda. Un ejemplo, un viaje desde el metro de Barrio de la Concepción de Madrid hasta la parada de Alsacia (L2) suele costar unos 7-8 euros, como el sistema de Cabify estaba con problemas las peticiones a Uber se incrementaron notablemente lo que propició que el trayecto pasase a costar más de 13 euros.
Uno de los casos más sonados desde que Uber y Cabify llevan en España es el que se produjo hace meses con los días que se celebró el MadCool. Los usuarios de las app veían como el precio se incrementaba más de un 80%.
Trayectos de 5,50 euros
Pero no es el único motivo de descontento dentro de este grupo de conductores. Los trabajadores también muestran su preocupación por una práctica que vienen adoptando varios de sus compañeros durante los últimos meses y que no gusta nada. Varios trabajadores cancelan el viaje cuando ven que es la tarifa mínima. Es decir, que el viaje es corto y el porcentaje que se embolsarán es mínimo.
“Alegan todo tipo de argucias: falta de gasolina, que tienen que volver a la base a cualquier cosa... Pero es mentira, no lo hacen porque consideran que no ganan mucho dinero y nos toca a nosotros realizar el trayecto”, espeta el mismo conductor que cuenta que se han agrupado en un chat de Whatsapp para hacer llegar de manera conjunta estas quejas.
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