Un equipo de Deliveroo España muestra a EL ESPAÑOL las entrañas del nuevo espacio que han creado para ubicar a varios restaurantes en un mismo espacio: Deliveroo Editions.
Mientras cuentan los entresijos y curiosidades de las cocinas, de los repartos, y de la tecnología aparece con todo el sigilo y la tranquilidad del mundo su CEO global, Will Shu. Ataviado con unas deportivas y un chándal -al más puro estilo 'startupero'- nos ofrece asiento y nos da las gracias por haber llegado hasta las nuevas instalaciones.
Lejos de cerrarse en banda, no tiene problemas en hablar de la presión de los gobiernos, de las polémicas con los riders y con los nuevos impuestos que quiere crear el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Tal vez esta cercanía se debe a que, como asegura, sigue subiéndose a la bicicleta para repartir la cena de sus usuarios.
¿Qué acogida ha tenido Deliveroo Editions?
La idea de Editons es la de permitir la entrada de restaurantes de gran calidad a barrios donde no pueden acceder en este momento, de modo que ayudamos al consumidor a tener más donde elegir y, al mismo tiempo, a los restaurantes a expandirse.
La experiencia está siendo muy positiva, el consumidor está muy satisfecho con la calidad del producto que sale de estas cocinas y en el caso de los restaurantes también están satisfechos: pueden crecer y, además, están creando marcas virtuales. Algunos de los restaurantes están operando tres o cuatro marcas distintas y pueden experimentar, algo que en el propio restaurante es muy complicado.
¿Pierden la esencia de la marca las empresas que llegan hasta aquí?
La respuesta es no. Es gente del propio restaurante la que trabaja aquí, y por tanto el control de calidad lo tienen ellos también. El riesgo para los restaurantes es poco, porque es verdad que el concepto es nuevo, el de estar más cerca de los barrios, pero no es un problema de calidad. Eso creo que lo tienen bajo control.
Se asegura, por tanto, la calidad...
Trabajamos con restaurantes de alta calidad en Editions, por tanto, creo que van a poner todo su esfuerzo en lanzar esas nuevas marcas. Vemos los ratings rápido, si vemos que están cayendo, podemos hablar con ellos para ver cómo podemos mejorar. Si al público no le gusta, podemos quitar la marca de la plataforma o buscar nuevos conceptos que se adapten.
Nosotros somos un marketplace, y no tenemos opción de elegir a quién se debe primar o no. Si ellos tienen ratings mejores que el resto, preparan la comida más rápida, serán premiados por la propia plataforma, pero no habrá preferencias hacia ellos.
¿Veremos que Deliveroo tenga su propia marca de mercado?
No es algo que queramos hacer. Pero sí les voy a poner un ejemplo en donde podemos hacerlo. Nosotros abrimos un espacio de Editions, y preguntamos a nuestros partners si quieren el espacio. Si nos dicen que no porque es demasiado riesgo, o porque está muy lejos, en ese caso, si tenemos la fuerte convicción de que el sitio es adecuado y de que puede ser positivo para ofrecer una nueva oferta a nuestros clientes, lanzaríamos una marca propia. Pero sólo en caso de que nuestros restaurantes digan que no.
Hay rumores de compra por parte de Deliveroo
Estoy sorprendido (se ríe). La empresa no se vende.
Todas las empresas de la nueva economía parecen decididos a salir a Bolsa... ¿lo hará Deliveroo?
Es un objetivo a largo plazo. No sé cuando. Tenemos inversores que quieren ver retorno en algún momento, y está claro que sucederá, pero no será a corto plazo.
El nuevo Gobierno ha preparado un nuevo impuesto a las empresas digitales. ¿Cómo valora este hecho?
Nosotros pagamos todos los impuestos que hay que abonar en España. Desconozco cuál es el propósito de ese impuesto, porque no lo conozco en profundidad, pero desde luego lo pagaremos.
Se ha hablado mucho de las condiciones laborales de sus riders… De hecho, han sido ustedes condenados por la justicia por emplear a falsos riders… ¿Temen que pueda haber cambios legislativos para protegerlos que afecten a su modelo de negocio?
(Se pone serio) Yo he trabajado como rider durante un año todos los días, y ahora lo hago de vez en cuando. Eso me permite hablar con los riders y conocer sus inquietudes. Lo primero que les preocupa es la flexibilidad: esto significa que pueden elegir trabajar cuando, como, donde quieras y el tiempo que quieras. Entiendo que haya gente que no quiera trabajar a tiempo completo. En España tenemos riders que trabajan 20-25 horas a la semana, el 25% son estudiantes. Necesitas una bici y un smartphone.
No estamos aquí para satisfacer a los políticos. Verdaderamente nosotros tenemos que ayudar a los riders. Creo que la gente si conociese las condiciones de flexibilidad que tienen los riders no pedirían más recompensas. Por ejemplo, nuestra compañía fue la primera en tener un seguro global para sus trabajadores. Por otra parte, los tribunales han dicho que en Reino Unido y Francia son autónomos; algo que de momento no ha pasado en España.
¿Por qué existe esa resistencia de cambio de mentalidad laboral?
Creo que es una cuestión que deben sopesar los gobiernos. Son las organizaciones que más rápido cambian y es cuestión de sentarse junto a ellos y decirles "existe una nueva forma de trabajar y este hecho se ha producido de manera muy rápida".
Por otra parte, pienso que es nuestra responsabilidad educar a los gobiernos, pero deben también escucharnos. Además, me parece, que deben tener la obligación de escuchar a los riders y preguntarles si ellos están dispuestos a trabajar en las condiciones en las que trabajan.
En Europa estáis asentados, pero, ¿qué le falta a Asia para que sea una gran región para vosotros?
El mercado en Asia es muy exigente y muy grande. Nosotros tenemos negocios repartidos en Dubai, Singapur y Hong Kong y sobrevivimos, también en Taiwán o Australia. Uno de los grandes problemas que existe en Asia es que hay cientos de mostradores en las calles lo que puede frenar nuestro crecimiento.
¿Es mejor tener la exclusividad en pocos restaurantes o tener muchos restaurantes sin exclusividad?
Depende de la popularidad del restaurante. Creo que tenemos que mostrar todos los restaurantes de cada barrio, independientemente de su exclusividad. La última opción la debe elegir el cliente.
Deliveroo tiene que saber anticiparse a las necesidades de los usuarios de la aplicación, además de mostrar las antiguas preferencias.
¿Estas nuevas generaciones están enfocadas al emprendimiento?
Verdaderamente no lo sé. Yo pienso que los millennials trabajan de otra forma que las anteriores porque tienen otra manera de disfrutar de la vida. Son generaciones diferentes y tienen diferentes maneras de entender los negocios que tenemos hoy en día.
¿Veremos robots repartiendo comida?
Creo que lo veremos de alguna manera. No creo que lo veamos en áreas urbanas, sobre todo por cuestiones de seguridad. Pero sí a unos cuantos kilómetros de Madrid, tú puedes utilizar drones para poder llegar hasta allí y creo que es un enorme campo de negocio para Deliveroo. La foto con la que vivimos en nuestros días será diferente, tal vez, en diez años.
¿Por qué somos tan bordes con los repartidores cuando nos llega la comida?
Tenemos hambre cuando pedimos. Yo siempre decía al abrir la puerta: "Hola mi nombre es Will Shu". Y automáticamente me cierran la puerta (ríe).
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