Pocas empresas han impactado de forma tan profunda en una industria como lo ha hecho BlaBlaCar sobre la movilidad. Desde su nacimiento, la compañía de viajes compartidos ha abierto un nuevo abanico de posibilidades que ha modificado de raíz cómo nos desplazamos entre ciudades.

Tanto el precio como la flexibilidad que este servicio aporta a sus usuarios estaban permitiendo a esta compañía crecer a ritmo de récord hasta la llegada de la pandemia del coronavirus. Un shock que está viviendo en primera persona el último invitado a nuestro podcast En Movimiento, Florent Bannwarth, director de operaciones de BlaBlaCar en España. Tras meses de obligado parón, esta 'startup' de origen francés comienza a recuperar buena parte de su actividad.

De la mano del director de operaciones para España de la start-up repasamos los retos y las oportunidades que se abren para BlaBlaCar ahora que parece que comenzamos a controlar la pandemia.

¿Cómo están siendo estos meses?

Como para todos en el sector de la movilidad la pandemia ha supuesto un impacto importante. Veníamos con crecimientos de dos dígitos, de alrededor del 18%. Un ritmo muy fuerte para una empresa que lleva ya 10 años en España.

De pronto llegó la Covid y todo cambió. Por eso mandamos un correo a nuestros usuarios 10 días antes de que se proclamara el estado de alarma aconsejándoles que no viajaran. Una comunicación muy difícil de enviar.

Durante meses estuvimos sin actividad. Aprovechamos ese tiempo para mejorar nuestro servicio, afinar algoritmos, cerrar acuerdos... En definitiva, para estar lo mejor preparados posible para la vuelta a la actividad.  Del mismo modo, nos pusimos a escuchar a nuestra comunidad. Una acción con la que aprendimos mucho de cómo pensaban volver a viajar. 

En nuestro caso, el coche compartido se ha recuperado mucho más rápido que otras modalidades de la movilidad. En estos meses los usuarios han preferido viajar compartiendo vehículo con pocas personas que hacerlo con otras 30. En verano notamos una importante recuperación pero, en octubre, con el nuevo estado de alarma, caímos y nos quedamos en un 20% de actividad. Ahora, ya hemos recuperado el nivel del pasado verano y pensamos que estamos en una muy buena posición de cara a los próximos meses. 

¿Qué rol quiere jugar BlaBlaCar en el mix de la movilidad?

Nacimos como un operador muy centrado en los viajes compartidos de larga distancia. Un servicio muy concreto que poco a poco ha ido creciendo. Ahora nuestro rol depende de la distancia con la que lo miramos. Nuestra visión es aportar libertad, igualdad y fraternidad al mundo de la movilidad. Como ves no escondemos que somos franceses  (risas).

Pero es cierto que, en los últimos años, nuestra misión ha cambiado. Ahora queremos ser el marketplace líder de la movilidad compartida. Aquí entra el 'carpooling', los buses, los trenes y otras opciones. Nuestro rol es optimizar los recursos que existen para conectar mejor a las personas y a los territorios. 

Somos la opción más eficiente, económica y sostenible. Hemos demostrado que el modelo de coche compartido consigue ahorrar 1,6 millones de toneladas de CO2 al año. Sabemos que el modelo de la movilidad del futuro va de esto. 

Hace poco anunciasteis una ronda de financiación, ¿a qué vais a dedicar los nuevos recursos?

La consecución de esta ronda es un claro indicador de la resiliencia de nuestro producto. En unos meses tan complicados para la movilidad hemos conseguido contar con la confinaza de nuestros accionistas. ¿La razón? Nuestro modelo resiste mucho mejor que otros.

Históricamente siempre levantamos rondas para alcanzar objetivos muy marcados. La actual ronda persigue dos pilares. Nuestros mercados emergentes serán el primer pilar. Queremos monetizar países como Rusia o Brasil. Del mismo modo, queremos desarrollar toda la parte de marketplace de trenes y buses. 

Queremos hacer grandes ejes con buses y explotar al máximo la ventaja del carpooling: la capilaridad de su red. Cada día millones de vehículos realizan rutas con asientos desocupados. Creemos que ahí existe una gran oportunidad en entornos rurales, por ejemplo. En 2020, un año muy malo, hemos conseguido conectar al 80% de los pueblos de España. 

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