Industria arranca un 'rally' de seis meses para subir a la industria del automóvil española al coche eléctrico
El visto bueno de Bruselas a las fórmulas presentes en el PERTE del coche eléctrico y conectado supone el pistoletazo de salida.
10 diciembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
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Como ha venido adelantando este diario desde el pasado mes de marzo, Bruselas siempre vio en el concepto PERTE, presente en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno, un instrumento totalmente alineado con los objetivos de los fondos Next Generation. La puesta en marcha de proyectos tractores en segmentos de la economía claves que incluyeran a diferentes industrias y afectaran tanto a grandes multinacionales como a pequeñas compañías se valoró, desde un principio, como una fórmula que iba a permitir maximizar el impacto de las ayudas que se movilicen.
El PERTE del coche eléctrico y conectado será el encargado en abrir un proceso que luego se desarrollará en otros sectores de la economía, como la agricultura, la sanidad o la aeronáutica. Como primera experiencia que va a ponerse en marcha, este proyecto ha tenido que pasar una serie de filtros que garantizaran que, una vez puesto en marcha, no aparecieran problemas regulatorios que ralentizaran o, incluso, pusieran en riesgo que la movilización de miles de millones de euros llegara a buen puerto.
Tras el visto bueno, formal y definitivo, de la Comisión Europea al diseño y los instrumentos presentes en el PERTE del coche eléctrico, el proyecto llega a la línea de salida. Tras unos meses que han servido como preparación formal, ahora llega la hora de dar el pistoletazo de salida en forma de orden de bases y convocatorias de ayudas que deberá publicar el Consejo de Ministros antes de que termine el año.
Pese al elevado número de proyectos que debe pasar por el Consejo de Ministros antes de que termine el año, desde el ministerio capitaneado por Reyes Maroto confían en que este último formalismo se cumpla en 2021. Si se descuenta el que se celebra hoy viernes, quedarán cuatro cónclaves ministeriales a celebrar los días 14, 17, 21 y 28 de diciembre.
Adjudicado antes del verano de 2022
Una vez se presenten las convocatorias, las empresas interesadas tendrán tres meses para hacer llegar sus propuestas. En ese periodo deberán formalizarse los grupos que optarán a un paquete de ayudas enmarcado dentro de la denominada estrategia de impulso del proyecto transformador de la cadena de valor del vehículo eléctrico conectado. Una iniciativa que contará con 3.160 millones de inversión pública. El 73% de los 4.295 millones del total del PERTE.
Un proceso que culminará en 2022. Concretamente, los plazos fijados en el plan de Industria señalan a julio del próximo año como fecha en la que se seleccionará al grupo de compañías que deberán poner en marcha el proyecto. Los grupos que opten a esta línea de ayudas deberán estar conformados por, al menos, cinco empresas que, previamente, deberán constituirse como una agrupación.
El diseño de esta agrupación señala que un 40% de las empresas que la conformen deberán ser pymes. Una condición con la que el plan busca que las ayudas puedan filtrarse a la industria auxiliar para favorecer su modernización.
Y es que el PERTE nace con una vocación transversal. Sin ir más lejos, el diseño inicial de este proyecto cuenta con cuatro grandes pilares en los que estarán representados los elementos fundamentales de la futura industria de la automoción electrificada: litio, baterías (cátodos, celdas y battery pack), plataformas industriales y componentes.
Impacto en diferentes territorios
El otro gran condicionante para poder optar al PERTE será el de la territorialidad. El grupo que opte a esta ayuda deberá acreditar que su plan tendrá impacto en, al menos, dos comunidades autónomas. Este condicionante es, junto con el de las pymes, el otro gran objetivo del Plan de Recuperación pactado con Bruselas: que las ayudas se distribuyan por diferentes territorios.
Una cuestión, la territorial, en la que promete generar gran expectación la puesta en marcha de una gigafactoría de baterías. La puesta en marcha de esta instalación, clave para la automoción eléctrica y que, a día de hoy, no existe en España, será uno de los elementos del PERTE que más atención va a recibir.
La idea del Gobierno es que el Estado tenga una participación minoritaria en este proyecto. Con esta participación, lo que se quiere motivar es la inversión del sector privado y reducir el riesgo. De hecho, el pasado verano desde el equipo de Sánchez se aseguró que no tendrán capacidad alguna para decidir en qué comunidad autónoma se ubicará la esperada fábrica de baterías.
Así las cosas, la próxima presentación de las convocatorias del PERTE del vehículo eléctrico y conectado abrirá un periodo de seis meses que promete marcar las próximas décadas de la industria del automóvil. Un proceso que supondrá un apoyo fundamental para la edificación de parte de los pilares claves sobre los que se levantará la renacida industria de la automoción eléctrica y conectada española.