Marta Villanueva fue nombrada directora general del IDIS el pasado verano. Se incorporó al Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad en septiembre; sin embargo, no es una institución demasiado extraña para Villanueva. La directora general del IDIS ya formaba parte del comité auditor de las acreditaciones QH antes de asumir su puesto. Se trata de las acreditaciones que valoran la calidad asistencial de centros sanitarios públicos y privados.
Recibe a EL ESPAÑOL antes de que se entreguen oficialmente las acreditaciones de este año, con varias propuestas para su mandato y con un mensaje claro para el Gobierno que se forme tras las elecciones del pasado domingo: "Que nos nombre".
Se incorporó al IDIS en septiembre, ¿qué proyectos le gustaría iniciar o consolidar bajo su mandato?
Tenemos que seguir trabajando en lo mismo, no vamos a dejar de perder el corazón de lo que hizo funcionar la Fundación IDIS hasta este momento, sino que la vamos a seguir fomentando. Hay que seguir ampliando el espectro y esa vocación de servicio y de apoyo a la sociedad civil al respecto de qué es la Sanidad, sin interpretaciones, sin decir qué es mejor o peor.
El rigor y la transparencia nos han acompañado desde el origen y lo que manejamos son datos. Datos que ponemos a disposición de la sociedad civil. Vamos a ampliar este altavoz y vamos a ampliar los medios y fórmulas de comunicación para que desde los medios generalistas y económicos se pueda entender cuál es la situación de la Sanidad en España y colocar a la Sanidad española en el lugar donde corresponde.
Entonces, ¿va a ser una época en el que el IDIS va a comunicar más?
En el Plan Estratégico 2020-2022, coincidiendo con la presidencia de Juan Abarca, vamos a trabajar con la vocación de orientarnos a medios, de amplificar el mensaje y de coser una red de conocimiento. Vamos a sembrar para ir poniendo en conocimiento lo que está pasando, simplemente en aras de construir algo mejor.
Entiendo que dentro de esa estrategia nace el Observatorio RESA, que se presentó hace relativamente poco. ¿Cómo está funcionando?
No deja de ser conocimiento de datos objetivos que pone en valor el funcionamiento del sector sanitario privado, en algunos casos en comparación con la sanidad con recursos o financiación pública y donde lo que pretendemos es poner en valor, indiscutible, el posicionamiento de la Sanidad y defendemos que es la global.
Acaba de terminar la campaña electoral, ¿le ha sorprendido al IDIS que ningún partido hable de sanidad privada en sus programas electorales?
Claro que nos sorprende, en general todos los planes electorales incluso los discursos o debates de los candidatos tocan de puntillas el sector Sanidad porque es un tema delicado, que si la cosa funciona y lo hace relativamente bien se ponen medallas, pero tampoco profundizan demasiado.
Creo que hay un discurso un poco distorsionado e incluso los ciudadanos interpretan datos incorrectos o explicaciones incorrectas de qué es lo que aporta la sanidad privada. La Sanidad es única y la de titularidad privada es absolutamente complementaria. Creo que una no vive sin la otra. La pública es universal para toda la ciudadanía e indiscutible y la privada es una sanidad complementaria, basada en la cooperación, orientada a la personalización.
Son dos focos absolutamente complementarios, con vocaciones de servicio distintas y con orientación al paciente un poco diferencial que puede fomentar su complementariedad, su integración y su desarrollo. Es lo que queremos, es lo que dice el nombre de nuestro instituto: Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad.
Tenemos que buscar estas fórmulas de colaboración público-privada para irnos acercando a esa situación de ganar-ganar que fortalezcan el Sistema Nacional de Salud en su conjunto.
¿Y cuál es el objetivo del IDIS en términos de colaboración público-privada?
Creo que existen fórmulas. Compartir recursos de innovación tecnológica, por ejemplo. Si existen máquinas y elementos de innovación absolutamente disruptiva que en la actualidad están ubicadas en su mayoría en la sanidad privada, que existan fórmulas de cooperación por las cuales pacientes que estén en la pública y no puedan optar por la privada tengan acceso a este tipo de pruebas.
Las concesiones son fórmulas de colaboración demostrablemente exitosas, que funcionan y con resultados bárbaros. Podríamos colaborar en la reducción de las listas de espera, habría que fomentar la desgravación fiscal de los seguros médicos privados dado que ahí hay un ahorro claro e indiscutible de la sanidad de titularidad pública por el uso de 11 millones de asegurados. Se me ocurren muchas fórmulas, tenemos que buscar un proyecto de interés compartido que sean un win-win que revierta en aquello que nos tiene que obsesionar a todos, que es el paciente.
Las concesiones son fórmulas de colaboración exitosas y demostrablemente exitosas, que funcionan y con resultados bárbaros
Ha mencionado la propuesta de que se puedan desgravar los seguros privados. ¿No cree que se puede decir que es una forma de beneficiar doblemente a quien puede pagar la sanidad privada?
El plan de desgravación fiscal sanitaria, el plan PISE, contempla un aspecto importante y es la desgravación fiscal en aquellas rentas que están por debajo de los 30.000 euros anuales. Eso significaría aproximar la sanidad privada a otros grupos sociales y a partir de ahí, descargar la presión asistencial de la sanidad pública y también la presión financiera.
Se puede beneficiar a las clases medias acomodadas que también hacen un esfuerzo que es voluntario. Creo que es un proyecto de ganar-ganar para todas las partes. Por todo lo que ahorra o se beneficia la sanidad de titularidad pública como consecuencia de todos esos pacientes que no presionan asistencialmente a sus centros. Hasta el año 98 ya existía esa desgravación, no es un invento. Ya ha pasado y funcionaba.
Se están dando pasos en la colaboración público-privada, se ha firmado un acuerdo con la Organización Nacional de Transplantes, se ha aumentado el número de plazas MIR en sanidad privada… ¿Qué aporta la sanidad privada en estos dos aspectos?
Se trata de aprovechar los espacios y los recursos. Estas fórmulas de colaboración hacen que la presión que puedan tener los centros de titularidad pública se pueda repartir con otros recursos. Lo que no se puede hacer es que la sanidad de titularidad privada asuma de forma exclusiva competencias que no le corresponden en materia de sanidad o que debiera compartir con la pública, como ocurre con la innovación o la inversión tecnológica.
En este ámbito, los grandes desarrollos están en la privada y siguen avanzando, y los centros privados se están convirtiendo en hospitales universitarios que actúan como la sanidad pública y donde las formas de financiación se pueden llegar a convertir en una carga, en un coste y no en una inversión de mejora. Tiene que existir colaboración pero lo cierto es que el sistema de financiación tiene que ser equilibrado.
También están trabajando en las acreditaciones QH, ¿por qué son importantes?
Las acreditaciones QH de la Fundación IDIS pretenden reconocer un viaje. El viaje de la creación e implantación de la cultura de la calidad en los centros hospitalarios de titularidad privada y pública. No se pretende decir que un hospital es mejor o peor. Es una carrera de fondo que permite progresar y dar respuesta a ese mensaje que lleva hilado la calidad, que es la mejora continua. A la vez, ponderamos positivamente el alcance de certificados, no es lo mismo tener una Unidad que el hecho de que la totalidad del hospital esté bajo esta certificación y también su antigüedad. Puede que un hospital lleve trabajando menos tiempo en las certificaciones y no por eso va a ser peor.
Es un trabajo positivo y que permite dar seguridad al paciente. Vamos a reconocer los centros que con gran esfuerzo están apostando por diferenciarse y por generar garantías de seguridad y confianza.
El hecho de incluir también a centros públicos, ¿es un guiño a la colaboración público-privada?
Es una respuesta a lo que defendemos y lo que vamos a seguir defendiendo a lo largo de estos años. Sanidad hay solo una, aunque haya dos sistemas. Queremos tener un paraguas narrativo común para lo que queremos al respecto de la calidad. Queremos fomentar que la distribución de todas estas acreditaciones y reconocimientos sea equilibrado.
¿Qué papel va a jugar la Sanidad privada en una sociedad envejecida y con enfermedades crónicas?
Creo que la privada va a seguir ofreciendo esa alternativa de diferenciación y progreso que la ha definido desde que se constituye como parte del modelo de la Sanidad. Está claro que si no se toman medidas al respecto de la financiación y las inversiones, así como la innovación tecnológica por parte de la titularidad pública, nos vamos a ver en serias dificultades por la cronicidad y el envejecimiento de la población. Creo que esta situación refuerza todavía más nuestro mensaje de colaboración, unidad e integración.
¿Qué le pide el IDIS al próximo Gobierno?
Que nos nombre. Que considere que no somos una amenaza, que somos un recurso, una necesidad para crear un sistema nacional de Salud sólido y compacto. Que piense en la Sanidad privada como una solución desde el punto de vista de la cooperación e integración de servicios a los que ellos a lo mejor no pueden atender en su totalidad. Que podemos abrir los brazos y colaborar en recursos, espacios y talento. Hay mucho talento de profesionales en ambos sistemas y que la búsqueda de proyectos compartidos para la consecución de las promesas electorales se puede hacer mucho mejor yendo juntos en el viaje.