Alfonsel (Fenin): "Intervenir los precios de productos sanitarios no debe plantearse en un mercado global"
La secretaria general de la patronal de la tecnología sanitaria analiza en esta entrevista los retos a los que se enfrenta el sector.
12 marzo, 2022 03:12Noticias relacionadas
El sector de la tecnología sanitaria acaricia ya la normalidad. Las cifras de facturación de 2021 indican que la industria se acerca a los valores de antes de la pandemia de la Covid-19. Un crecimiento del 11% sustenta esta afirmación.
Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), ha analizado en esta entrevista concedida a EL ESPAÑOL-Invertia cómo han sido los dos años de crisis sanitaria para el sector y los retos futuros.
También ha abordado otros temas, como la crisis de suministros o la intervención de los precios de las mascarillas y los test de antígenos de la Covid-19. Sobre esto último, ha explicado que si bien era una medida necesaria en ese momento, "la intervención no debe plantearse en un mercado global. Es un desincentivo para la innovación privada".
¿Cómo ha sido el año para el sector de la tecnología sanitaria?
Todavía es prematuro decir que hemos vuelto a la normalidad después de seis olas de pandemia. Los años 2020 y 2021 han sido difíciles.
La facturación y evolución del mercado ha sido positiva en 2021. Hemos observado un incremento de facturación del sector por la demanda de productos.
El crecimiento ha sido de dos dígitos, un 11%, pero está enfocado en las áreas de actividad relacionadas con la Covid. Es decir, todos los productos relacionados con el coronavirus (respiradores, mascarillas, diagnóstico in vitro, etc.) han sido los que mayor crecimiento han registrado.
Por otro lado, ha habido sectores, ligados a las especialidades médicas, que han tenido un decrecimiento. Hay que recordar que las intervenciones programadas se interrumpieron porque ha habido una dedicación casi exclusiva a la Covid.
Nos vamos recuperando de forma gradual y situándonos en valores de prepandemia.
Nos vamos recuperando de forma gradual y situándonos en valores de prepandemia. En abril presentaremos nuestra memoria, pero la facturación es de alrededor de 8.840 millones de euros, con un crecimiento del 11%. El empleo también ha crecido y contamos ya con 28.000 trabajadores cualificados.
También han crecido las exportaciones, aunque a un ritmo menor. Se ha incrementado un 1,2%, situándose en 3.500 millones de euros.
Hemos pasado la época más dura y encaramos el futuro con responsabilidad y viendo una oportunidad con los fondos europeos.
¿Cómo afronta 2022? ¿Se prevé una estabilización del sector?
Queremos ser realistas. Los datos indican que estamos alcanzando la situación prepandémica y el futuro lo afrontamos con optimismo.
La actividad asistencial programada se está recuperando y eso propiciará una mayor normalidad en todos los sectores. En cuanto a los servicios relacionados con la Covid, prevemos que se normalizarán y llegarán a un cierto equilibrio.
Además, nos enfrentamos a un año interesante. En diciembre de 2021 cambiamos de presidenta, momento en el que hicimos una revisión de la hoja de ruta establecida y actualizamos los retos.
¿Cuáles son los nuevos retos?
Nos vienen dos años interesantes en los que los fondos europeos serán protagonistas. Desde Fenin presentamos un proyecto en el que identificamos todas las necesidades que desde nuestra perspectiva creemos que se debían abordar para hacer un sector más sostenible, digital y moderno.
Por otro lado, estamos trabajando también en la parte de obsolescencia tecnológica. Está en marcha el plan Inveat que permitirá la renovación del parque tecnológico. Es una inversión de más de 790 millones de euros, pero consideramos que es insuficiente.
Otro de los puntos es el plan de reindustrialización dirigido al sector. También hemos elaborado una guía de compra pública en la que han participado las comunidades autónomas. El objetivo de este documento ha sido desgranar las fórmulas que contempla la Ley de contratos y que pueden ser más adecuadas para el sector. Pero, sobre todo, está dirigido a hacer adquisiciones priorizando la calidad y el valor.
También estamos trabajando en un estudio para establecer las necesidades de los servicios de salud en cuanto a digitalización. El periodo de pandemia ha supuesto un salto cualitativo en la parte de transformación digital, aunque haya sido de una manera no ordenada. Se han puesto en marcha elementos que se notarán en el informe que estamos preparando.
Por otro lado, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea ha dado libertar a los estados miembros para poder establecer el tipo impositivo que consideren a un grupo de productos específicos. Un listado en el que está la tecnología sanitaria. Nuestro planteamiento es tratar de establecer un IVA reducido para todos los productos, dispositivos y equipos.
¿Habría que mantener las limitaciones de precios mascarillas y test de antígenos?
Entendemos que las acciones que se han puesto en marcha han sido necesarias en un momento determinado para tratar de maximizar la disponibilidad de estos productos.
Estamos en un mercado global y las medidas de intervención de precios afectan negativamente al desabastecimiento.
Pero estamos en un mercado global y las medidas de intervención de precios afectan negativamente al desabastecimiento. Es un desincentivo para la iniciativa privada.
Si no obtienes una fórmula que compense la inversión puede hacer que algunos operadores vayan hacia otros países donde haya libertad de mercado.
En definitiva, consideramos que en su momento era una medida necesaria, pero ahora mismo no tiene sentido. Las medidas de intervención del precio no se deben plantear en un mercado global. Además, el mercado lo ajusta la competencia.
En noviembre se presentó el PERTE sanitario y Fenin formaba parte de la Alianza Salud de Vanguardia. ¿Qué avances ha habido desde entonces? ¿Se incluirán nuevas áreas de inversión dentro del proyecto?
Hemos tenido interlocución con todos los actores implicados en el PERTE para la identificación de las necesidades del sistema sanitario.
Cuando el presidente del Gobierno lo presentó, lo cierto es que vimos lagunas. Observamos que no estábamos identificados con identidad propia en algunos ámbitos.
La ministra de Industria dijo recientemente que el PERTE se ha ampliado. Se han abordado algunos espacios que no estaban incluidos y que ahora se han incorporado. Hemos visto un avance en cuanto a la identificación de nuestro sector en el PERTE que supondrá un impulso definitivo de nuestras propuestas.
Otro de los puntos más importantes es que el PERTE tiene que tener una gobernanza. En ese modelo que se plantea hay una denominación concreta que dice que se incluirá una alianza por la salud de vanguardia en la que el papel de las patronales será importante para llevar a cabo ese cambio transformacional. Vamos a estar en ese modelo de gobernanza y vamos a proponer elementos que consideramos que tienen que tenerse en cuenta para las inversiones.
Hay muchas oportunidades para nuestro sector. Consideramos que nuestro proyecto transformado ha dado mucha información e, incluso, cuantificamos las acciones en 2.600 millones de euros.
¿Saldrá España del alto nivel de obsolescencia del parque tecnológico con los 800 millones que se invertirán dentro del Plan Inveat?
Mejoraremos, pero no saldremos de la obsolescencia. Ahora mismo, el foco está puesto en inversiones en equipos de alta tecnología. Habrá un cambio significativo, pero insuficiente.
Hay mucho equipamiento que no es de alta sofisticación pero que tiene que salir de la obsolescencia. Hay que recordar que cuando superan la vida útil, pasan a tener diagnósticos menos precisos.
Nosotros estimamos que harían falta otros 800 millones de euros para poner en una situación óptima el parque tecnológico.
¿Están las empresas preparadas para afrontar esta renovación del parque tecnológico sanitario?
Sí, absolutamente. Hemos colaborado con el Ministerio de Sanidad en la definición del plan Inveat. Además, se han tenido en cuenta informes que se han elaborado desde Fenin sobre obsolescencia. Es decir, las inversiones que se están haciendo en alta tecnología responden a las necesidades.
Es cierto que afrontamos un momento difícil en el que está habiendo deficiencia de materias primas y componentes electrónicos. Las empresas están preparadas pero en un contexto de enorme dificultad por las tensiones de la cadena de suministro.
El precio de la energía y las materias primas se han disparado. ¿Cómo ha afectado al sector? ¿Se han trasladado estos incrementos al precio de los equipos?
La crisis mundial de suministros está generando mucha inestabilidad en los mercados. Ya teníamos tensiones que se agravan ahora con la guerra en Ucrania.
Hemos observado una reducción significativa de determinadas materias primas y componentes electrónicos. Además, se suma el precio de la energía y el transporte y los retrasos en las entregas de materias primas.
Este sector se rige por concursos públicos y es difícil que las empresas puedan seguir suministrando al precio que se ofertó en la convocatoria. Las empresas tienen la posibilidad de denunciar el contrato y decir que no pueden suministrar. Pero no lo haremos por responsabilidad.
Hemos planteado a la Administración Pública una ampliación de los plazos de entrega en los contratos de compra cuando sea necesario.
Hemos planteado a la Administración Pública poner el foco en tratar de que se amplíen los plazos de entrega en los contratos de compra en los que sean necesarios y que se pueda cumplir con los compromisos.
Por otro lado, estamos planteando posibles ayudas en impuestos para que, de forma temporal, permitan a las empresas hacer frente a sus obligaciones.
Además, creemos importante establecer nuevos modelos de adquisición de tecnología sanitaria. Nuestro problema es cuando en un concurso público el adjudicatario se compromete a un precio durante un periodo de varios años. Pedimos que haya una flexibilidad con los precios, lo que se llama indexar los precios a los costes que han de asumir los contratistas.
De esta manera, se permitiría a los adjudicatarios buscar una solución y seguir suministrando con esas revisiones.
¿Cómo podría captarse más fabricación nacional y dejar atrás la enorme dependencia del mercado asiático?
Tiene que haber un plan de industrialización del sector. Es obligatorio. Nuestro sector debe buscar una estrategia para que España sea atractivo para la industria nacional e internacional.
La industria ya está más automatizada, los procesos no implican la fórmula de trabajo tradicional. Por ello, tenemos que ir al modelo de industria innovadora y competitiva.
El Ministerio de Industria tiene que ser consciente de que tiene que promover el tejido productivo nacional. De lo contrario, no habremos aprendido nada de la pandemia.
Son muchas las lecciones que deja la Covid. Profesionales e industria se han volcado. Emprendedores que han reconvertido líneas de producción para fabricar mascarillas. Esa es la parte buena.
La negativa es la dependencia externa. Nuestra labor como organización es sacar adelante un plan nacional. Un estudio reciente elaborado por Fenin concluye que las empresas piden mayores mecanismos de ayuda e instrumentos de apoyo por parte de las Administraciones públicas.
Otra de las conclusiones es basar la compra en valor y no en precio. Buscar ayudas, incentivos fiscales o eliminar burocracia son algunas de las propuestas del informe.
¿Cómo ha funcionado la central de compras de reserva estratégica? ¿Se sigue utilizando?
La Ley General de Sanidad del año 1986 ya incluía el concepto de la reserva estratégica. Es importante que cuando existe una ley se hagan los desarrollos adecuados.
El tema de la central de compras para disponer de una reserva estratégica se puso en marcha y hubo algunas licitaciones. Pero ha sido insuficiente y además ha decaído.
Hay que hacer una planificación mayor de las necesidades que tenemos. Es verdad que se está avanzando, pero en el caso de la reserva estratégica es algo insuficiente y hay que volver sobre ello.
Además, esto va unido a la necesidad de industrializar el sector. Si nosotros tuviéramos esas capacidades de producción tendríamos identificados fabricantes en territorio nacional que podrían aportar productos o dispositivos necesarios.
En España tenemos mucha capacidad de emprendimiento, pero las condiciones tienen que acompañar.
Recientemente, María Vila se ha puesto al frente de Fenin. ¿Cómo han sido estos primeros meses? ¿Cómo afrontan esta nueva etapa?
Hemos abordado el cambio de manera ordenada. Nuestra organización está preparada para que estos cambios no supongan inestabilidad en el sector. Ha habido un consenso absoluto.
Esta etapa es muy motivadora porque estamos en un momento importante para el sector, que se ha declarado esencial y estratégico en la época de pandemia.
Estamos pasando esta situación de crisis sanitaria y se abren nuevas oportunidades, como los fondos europeos.