Es el pronóstico que hace Goldman Sachs Research. A principios de este año, el mercado mundial de medicamentos contra la obesidad alcanzó los 6.000 millones de dólares. "Para 2030, podría crecer más de 16 veces hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares", explica en su análisis la organización.

La obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo desde 1975, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una tasa que seguirá aumentando. De hecho, si continúan las tendencias actuales, más de la mitad de la población mundial tendrá sobrepeso u obesidad en 2035, en comparación con el 38% que había en 2020, según la previsión del Atlas mundial de obesidad 2023 publicada el pasado mes de marzo.

El pronóstico de Goldman Sachs Research se basa en diferentes factores que impulsarían la venta de estos tratamientos. Entre ellos, se incluye la población total de pacientes a la que se dirigen estos medicamentos. Así, el informe estima que alrededor de 15 millones de adultos en Estados Unidos podrían ser tratados con fármacos contra la obesidad en 2030.

Otros factores que probablemente impulsen las ventas son las tasas de reembolso de los seguros, la duración del uso entre los pacientes y el precio de los medicamentos.

Protagonistas

Goldman Sachs Research espera que Eli Lilly y Novo Nordisk sean dos de los fabricantes que dominen de este mercado. Aunque puede que entre un tercer actor: AstraZeneca.

Recientemente, el laboratorio anglosueco ha firmado un acuerdo con la china Eccogene para adquirir la licencia exclusiva de un tratamiento contra la obesidad que está en fase de investigación.

El presidente ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, reconoció en una conferencia de prensa que su empresa está "unos años por detrás" del éxito de Wegovy, de Novo Nordisk, y del fármaco rival de Eli Lilly, aprobado recientemente para su uso como tratamiento para perder peso. A pesar de ello, Soriot explicó que la compañía "está trabajando en la siguiente oleada de productos".

El tratamiento en cuestión es una píldora que se toma una vez al día. La diferencia con los fármacos de Novo Nordisk y Lilly es que estos son inyectables. 

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"El mercado de la obesidad aún se encuentra en sus primeras etapas", señala el informe de Goldman Sachs Research. Las terapias de primera generación reducían el peso corporal entre un 3% y un 11%. Además, algunos de estos tratamientos tenían problemas de seguridad, por lo que se retiraron de los mercados.

La nueva clase de fármacos ha demostrado ser más eficaces. Y han logrado una pérdida de peso de hasta el 20%. Más delante habrá más. "Hay indicios de que la próxima generación de medicamentos contra la obesidad puede ofrecer resultados aún mejores", según Goldman Sachs Research.

"En nuestra opinión, el mercado del control de peso crónico está atravesando un punto de inflexión, con un potencial de crecimiento sólido por delante y una oportunidad de producir algunos de los medicamentos con mayor recaudación de todos los tiempos".

Del éxito al desabastecimiento

El gran éxito de los tratamientos para bajar de peso de Novo Nordisk ha derivado en un problema de suministro. En Europa, por ejemplo, faltan Ozempic y Saxenda en todos los países de la Unión Europea donde están autorizados.

"Estamos experimentando limitaciones de suministro intermitentes en toda nuestra cartera de inyectables GLP-1", ha explicado la compañía a EL ESPAÑOL-Invertia. Para combatir esta situación, Novo Nordisk está invirtiendo casi 9.000 millones de euros (9.600 millones de dólares) con el objetivo de ampliar su capacidad de producción de los tratamientos para la obesidad y la diabetes.

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Mientras tanto, hay países europeos que están tomando medidas ante la falta de estos medicamentos que, recordemos, están indicados para el tratamiento de la diabetes. Alemania, por ejemplo, está estudiando la posibilidad de prohibir las exportaciones de Ozempic.

Este tratamiento es más barato en Alemania que en otros países, lo que ha provocado que parte del suministro alemán de Ozempic acabe fuera del país. "Necesitamos el medicamento para el cuidado de los pacientes con diabetes y no como un fármaco para mejorar el estilo de vida", ha dicho el presidente del regulador alemán, Karl Broich, en una entrevista con el semanario Der Spiegel que recoge Europa Press.

Bélgica, por su parte, decidió esta semana prohibir temporalmente su uso como tratamiento para perder peso, después de que se recomendase su prescripción exclusivamente para pacientes con diabetes.