El riesgo de que la enfermedad se propague entre las autoridades europeas es "bajo" y no se van a endurecer las actuales recomendaciones, que se concentran en la población vulnerable. 

Con todo, no se descarta la aparición de más casos importados en la UE, algo para lo que hay muchas probabilidades. Así lo indican fuentes del Ministerio de Sanidad, departamento que ha estado representado en la cita mediante Pedro Gullón, director general de Salud Pública.

De esta manera, no se recomienda ni el control de fronteras (que ha sido reclamado por la Comunidad de Madrid, concretamente en el aeropuerto de la región) ni vacunar a la población general. 

Por otro lado, desde el departamento que dirige Mónica García se informa de que España cuenta con un stock de vacunas para la viruela del mono de 500.000 dosis, "que pueden usarse a 1/5 de dosis por vía intraepidérmica y ser alrededor de 2 millones de dosis". Además, la cita Europa ha dejado la puerta abierta a adquirir más, si es necesario, a través de una compra conjunta de toda la UE. 

Recomendaciones del Ministerio de Sanidad 

Ante el aumento de casos, a principios del mes de agosto, el Ministerio de Sanidad ofreció sus pertinentes recomendaciones. De esta manera, ha hecho especial hincapié en la necesidad de completar la pauta de vacunación, ya que de las 40.610 personas vacunadas, sólo 20.900 (50%) han recibido todas las dosis. 

Como aclara Sanidad, la vacunación con una sola dosis puede enmascarar los síntomas de la MPOX, lo que dificulta su detección. Por eso, la segunda es fundamental para lograr una protección completa y evitar nuevos brotes.

La pauta de vacunación recomendada para la prevención es de dos dosis, con un intervalo mínimo de 28 días. Debido a la limitada disponibilidad de dosis al inicio del brote en 2022, algunas personas de los grupos recomendados solo recibieron una dosis inicial.

Por eso, Sanidad recomienda encarecidamente que estas personas completen la pauta de vacunación con una segunda dosis, independientemente del tiempo transcurrido tras la primera. Por su parte, incide en la necesidad de la vacunación preventiva, especialmente en los grupos más vulnerables a esta infección.

Es de especial importancia tanto antes de contraer la infección (preexposición) en personas con prácticas sexuales de riesgo, como en aquellas que no hayan pasado la enfermedad, pero que hayan mantenido contacto estrecho con alguien que sí la sufriera (profilaxis posexposición).