El Gobierno ha apostado fuerte por la rehabilitación del parque de viviendas, para adaptarlas al modelo de eficiencia energética marcado por Europa, y la regeneración urbana. Tanto es así, que se trata de la mayor partida de capital procedente de las ayudas de los fondos europeos: 6.820 millones (el 9,81% del total). De esa cantidad, 4.450 millones se destinarán a la rehabilitación.
“Más que decir si es asumible y fácil de ejecutar, es importante subrayar la consideración de su necesidad”, afirma Lluis Comerón, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). Porque, en España, se está rehabilitando a un ritmo bastante inferior al del resto de Europa.
“Hay que incidir en más de diez millones de viviendas antes de 2050 para cumplir los objetivos europeos”, concreta Lluis Comerón. Se trata de tres millones de viviendas más de las estimadas por el Ejecutivo. Fue Eduardo de Santiago, técnico del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, quien dio la cifra de siete millones de viviendas.
Lo hizo en una jornada sobre ‘La descarbonización en el marco de una economía circular’, organizada por el Consejo para la Edificación Sostenible de España. Y fue a principios de año. La diferencia estriba en que en el ministerio estimaron las viviendas sobre las que se debía actuar para mejorar el ámbito energético.
Sin embargo, no se tuvieron en cuenta viviendas con problemas de accesibilidad. Hay que tener en cuenta que son dos millones de españoles los que necesitan ayudas para hacer sus hogares más accesibles, por ejemplo. O lo que el presidente del CSCAE denomina como “desactualización” de las viviendas. Es decir, domicilios que ya no responden a las necesidades actuales y futuras. Un ámbito que salió más a la luz con la pandemia.
Tasa inferior
Un dato relevante de la necesidad de rehabilitar es que los edificios consumen el 40% de la energía y emiten el 39% del CO2 a la atmósfera en España. Por eso, es necesario cambiar el actual modelo sostenible de construcción y vivienda para así afrontar de mejor manera los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Que las viviendas necesitan lo que en el mundo automovilístico se conoce como una revisión de chapa y pintura, es evidente. España está entre 8 y 10 veces por debajo de la tasa de rehabilitación europea. Si en Francia, Alemania, y otros países del centro de Europa está entre el 1,5 y el 2%, en España se acerca al 0,08%. Europa quiere llegar al 3%.
Los datos oficiales hablan de 31.110 viviendas rehabilitadas en 2019. Se trata de un 10,8% superior a los datos de 2018: 28.066. “España necesita un acelerón porque tenemos 25,6 millones de viviendas. De esa cantidad, 18 millones son viviendas principales. Es difícil tener un cálculo preciso de saber cuántas viviendas necesitan de forma imprescindible rehabilitación”, argumenta Lluis Comerón.
Lo cierto es que, de llevarse a cabo, el empujón que supondría respecto al ritmo actual sería tremendo. “No va a ser fácil coger el ritmo de rehabilitación europeo”, advierte. Aunque a su favor cuenta con que el real decreto, y parte de los planteamientos, no se centran sólo en las ayudas, sino en los instrumentos de desarrollo para que esas ayudas funcionen. Instrumentos como las oficinas de apoyo.
Iniciativa privada
Lo que el presidente del CSCAE echa en falta en el plan es lo que denomina como una visión integral “pero no por el plan del Gobierno, sino por el programa europeo”. La razón es que se centra en la rehabilitación de edificios desde una perspectiva energética.
“Eso, probablemente, en países centro europeos con parques mucho mejor mantenidos, es comprensible. En España, no”, afirma categórico. Porque, como ya se ha dicho, hay graves déficits en accesibilidad, y en otros aspectos, como la digitalización.
Una de las dudas que surgen es qué papel va a jugar la iniciativa privada. La respuesta es que dependerá de los programas. En el mayoritario, el de la rehabilitación convencional, el que va a suministrar ayudas a las comunidades de vecinos, será mayoritario. “Las ayudas sólo van a poder cubrir una parte, entre el 30% y el 40%”, especifica Lluis Comerón.
En el caso de las actuaciones en barrios, en algunas operaciones será conveniente, “y en otras necesaria”, la colaboración público-privada. Conviene tener en cuenta que estas operaciones se han planteado como un ‘traje a medida’. “Es en ese marco donde, en algunos casos, la fuerza y la potencia económica de la colaboración puede tener mucho sentido y ser clave, incluso imprescindible”, remarca el presidente del CSCAE.
Y añade: “Habrá otros casos donde es más fácil promover la toma de decisiones con un liderazgo de la iniciativa pública. Pero buena parte del trabajo se deberá hacer por la concurrencia de la iniciativa privada”.
Otro de los puntos relevantes de la apuesta del Gobierno por la rehabilitación, es que 1.000 millones se destinarán a la construcción de 20.000 viviendas de alquiler social. Y la pregunta que surge es si, como ha ocurrido en otras ocasiones, no acabará destinándose a la venta.
“Que no sea así dependerá de la letra pequeña que todavía no tenemos. La época en la que se hacía VPO a bajo precio, sabiendo perfectamente que al cabo de unos años iba a pasar al mercado libre, se ha terminado”, sostiene Lluis Comerón. Que así sea no dependerá sólo del Gobierno, también de las Comunidades Autónomas.
De lo que se muestra convencido el presidente del CSCAE es que habría que bajar el IVA para la promoción del alquiler. También modificar y racionalizar el IVA reducido en la rehabilitación. “Porque las reglas en este último punto son complejas y tenemos un número frecuente de casos de rehabilitaciones que pueden entrar en las ayudas europeas, pero que con las reglas actuales, toda o parte de esa actuación, no podrá ser sujeto de IVA reducido. Y eso es un despropósito”, concluye.
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