En 1970, los banqueros irlandeses decidieron ir a la huelga. Algunos pensaron que el 'colapso' de los servicios financieros abocaría al país a un escenario dramático. Sin embargo, pasaron seis meses y la economía no solo siguió funcionando sino que logró crecer. Este episodio es un buen ejemplo para entender el valor relativo de unas profesiones sobre otras y viene al caso para recordar lo que ocurrió en España el pasado marzo, cuando se cerraron los colegios.
Sin centros educativos para (enseñar y) hacerse cargo de los niños casi la totalidad del tiempo que dura una jornada laboral en España, sin abuelos y en la gran mayoría de los casos, sin empleadas del hogar, la aportación al PIB de los progenitores sí estaba condenada a caer.
La pandemia ha servido para poner en valor el papel de los servicios de limpieza, de quienes trabajan en los lineales de los supermercados o se dedican a todo tipo de cuidados en hogares, residencias de ancianos, hospitales... Profesiones y/o roles durante mucho tiempo olvidados sin los que la sociedad no podría funcionar.
La respuesta del Gobierno a quienes han necesitado ayuda para cuidar en los peores momentos del covid ha sido inexistente. Sanitarios, empleados de servicios esenciales y teletrabajadores han tenido que bregar con su jornada laboral -en muchos casos extendida- y los cuidados de sus niños, ancianos y enfermos.
La respuesta del Gobierno a quienes han necesitado ayuda para cuidar en los peores momentos del covid ha sido inexistente
En el caso de los menores, ni siquiera está claro cómo volverán a las aulas en septiembre, con la consecuente incertidumbre que esto genera entre los progenitores que tienen que trabajar. Por no desviar el tema para hablar del desastre educativo que esto conlleva.
Sin una respuesta para el ahora, la ministra de Igualdad, Irene Montero, quiso poner este jueves el foco en el futuro con el 'Pacto nacional por los cuidados' que propuso en la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social del Congreso.
"La economía funciona gracias a las personas"; "nuestro país necesita cuidar"; "no es posible vivir sin cuidados"... Tras explicar lo que ya sabíamos, puso sobre la mesa la creación de hasta 300.000 empleos vinculados al ámbito de lo público para cubrir estas tareas.
Montero no aportó ninguna idea sobre cómo financiar ese aumento del gasto público. Pero no tuvo reparos en plantear la propuesta la misma mañana en la que el Banco de España recordaba que la deuda pública alcanzó en abril otro máximo histórico hasta rozar el 99% del PIB. Y lo que nos queda hasta que ronde el 120% por el coste de esta pandemia.
Sin una respuesta para el ahora, la ministra de Igualdad quiso poner este jueves el foco en el futuro con un Pacto por los cuidados
Se trata de una factura que tendrán que financiar esos niños y niñas que nadie en España sabe hoy como cuidar, lo que repercute de manera negativa en la natalidad y por tanto, en el reparto del coste de las cargas de esa deuda pública que tendrá que pagarse en un futuro.
El covid-19 ha demostrado que España tendrá que aumentar su gasto en Sanidad en los próximos años. También ha servido como recordatorio de las implicaciones económicas que tendrá para la sociedad financiar el coste de la vejez en condiciones dignas en un país cada vez más envejecido y sin ahorro.
La sociedad española lleva tiempo clamando por una solución para los cuidados en todas sus dimensiones. Pero en este momento crítico para la economía proponer un pacto sin números, ni garantías de ser sostenible más allá del próximo año sonaría a chiste de no ser por el hecho de que millones de españoles necesitan con urgencia ayuda para cuidar o para ser cuidados.