Tal y como anticipábamos hace casi un mes, la pandemia de la Covid-19 alcanzó en septiembre su peor mes desde sus inicios en el primer trimestre del año. En algunos países, entre ellos el nuestro, la inesperada (para algunos) segunda ola de la pandemia no ha tenido un impacto sanitario comparable con lo acontecido en marzo y abril.
Pero el escaso movimiento de turistas, la incertidumbre de consumidores e inversores y las medidas puntuales para controlar los rebrotes han frenado una recuperación económica iniciada en mayo, cuando comenzó la desescalada de los confinamientos tras la primera ola de la pandemia global
1. Septiembre negro
En la Tabla 1 presento, para el mundo y un conjunto de países relevantes, el balance del mes de septiembre, comparándolo con agosto, un mes que ya se había considerado especialmente negativo y que muchos habían vaticinado que iba a ser el “pico” de la segunda ola.
Lo primero que llama la atención es que, el mundo en su conjunto, ha sufrido en septiembre un deterioro con respecto al mes de agosto: medio millón de casos nuevos, pese a contar con un día menos. Ello equivale a 282.000 casos diarios, frente a los 256.000 del mes anterior. Cuando nos fijamos en las diferentes regiones del planeta, destaca el aumento de casos en “Europa”, definida ésta como todo el continente geográfico excluyendo a Rusia y Turquía. En este perímetro europeo, el número de casos se ha duplicado en septiembre.
Y, descontando esta área del conjunto del planeta, comprobamos que el “mundo sin Europa” ha mejorado, aunque marginalmente, en el mes de septiembre. Por tanto, no es exagerado decir que el epicentro de la pandemia se ha trasladado al viejo continente.
Si entramos en el detalle de los países, España volvió a ser el peor país europeo, con más de 300.000 casos en un solo mes. La cifra produce escalofríos, pues pocos países han tenido 300.000 casos en toda la pandemia (23 países, para ser exactos) y nosotros los hemos alcanzado en apenas un mes. Y, dentro de España, destaca Madrid que, con casi 110.000 casos en septiembre, ha tenido más casos en un solo mes que China o Japón en toda la pandemia.
Desde esta perspectiva resulta sorprendente el debate actual sobre la conveniencia o no de actuar contundentemente en Madrid. En mi opinión, se tendría que haber intervenido mucho antes.
Es cierto que Madrid ha mejorado sus registros en estos primeros 9 días de octubre. Pero no es para tirar cohetes.
En cuanto al resto de los grandes países europeos, a todos les ha ido mal en septiembre. España ha duplicado sus casos en dicho mes. Pero Francia los ha triplicado y el Reino Unido los ha cuadruplicado. Es decir, su tasa de crecimiento se ha disparado muy por encima de la española, aunque en niveles se hayan situado por debajo. Italia, que había sido puesta de ejemplo en el mes de agosto, en septiembre ha duplicado sus casos, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en ese país. Por el contrario, Alemania, que en agosto tuvo un comportamiento muy parecido al del Reino Unido, en septiembre se ha asemejado a Italia en niveles, pero le ha ido mejor en tasas de crecimiento.
Que Europa haya sido el epicentro de la pandemia al terminar el tercer trimestre, no quiere decir que todos los demás países hayan ido bien. En la tabla, en naranja, pongo los países “sospechosos habituales”, los que han presentado más casos o mayores incrementos acumulados en los últimos meses, encabezando los rankings de países más afectados. EEUU y Brasil han mejorado sus resultados, mientras que India, Rusia y Argentina los han empeorado significativamente.
En la Tabla 1 pongo también, en verde, algunos de los países más exitosos. No con ánimo de dar envidia, sino para que puedan servir de referencia y mostrar que hay otras formas de afrontar la epidemia, alternativos a la solución inestable de “convivir con el virus” o al “modelo de inmunidad de rebaño” de Trump y Bolsonaro. El propio FMI reconocía esta semana, por fin, que afrontar con medidas rigurosas y de corta duración la pandemia, no sólo es bueno para la dimensión sanitaria, sino también para la económica.
Los que venimos defendiendo este enfoque desde hace 6 meses, cuestionando el falso dilema entre “salud y economía”, nos hemos visto finalmente reivindicados por este informe. Y este grupo de países, pese a ser exitosos, tuvo un mes de agosto complicado, cuando se mide con sus propios estándares, muchos más exigentes que los nuestros. Japón, Corea, Australia y Vietnam han tenido una segunda ola en agosto que ha sido incluso peor que la primera, tanto en número de casos como número de fallecimientos. Pero parece que la han atajado de forma contundente. China y Nueva Zelanda ni siquiera han tenido una segunda ola. No la han permitido.
2. Octubre caótico
Al terminar este septiembre negro, el ambiente era más optimista. La segunda ola parecía empezar a frenarse y se abrieron grandes expectativas de tener una vacuna disponible a finales de año. En los 9 días transcurridos, ¿hay evidencia que confirme este cambio de tendencia? En la Tabla 2 presento los mismos datos de la Tabla 1, comparando septiembre con los primeros nueve días de octubre. Para facilitar la comparación, elevo los datos del primer tercio del mes y los convierto en mensuales, multiplicándolos por 31/9, que es el número de días de este mes.
Desafortunadamente, el panorama mundial ha empeorado notablemente. El número de casos diarios ha subido a 327.000. Es decir, cada tres días hay un millón más de casos en el recuento global.
España parece ir en octubre a un ritmo incluso peor que el de septiembre. No es descabellado anticipar que llegaremos al millón de casos acumulados en este mes.
Los “sospechosos habituales”, que habían mejorado en septiembre, han empezado octubre con muy mal pie. EEUU ha cambiado su tendencia, y Rusia y Argentina se han disparado. El caso americano coincide con el contagio de su Presidente que, lejos de mostrarse más prudente tras su experiencia personal, ha reafirmado su postura negacionista y tensionado el final de la campaña.
Europa, que había duplicado sus casos en septiembre, parece que ha vuelto a duplicar su flujo de nuevos casos. Es decir, que casi cuadruplica los niveles de agosto. La situación es caótica, pues 16 países del viejo continente han alcanzado en los últimos días sus máximos históricos y parece como si les hubiera pillado de sorpresa, pese a todas las señales emitidas en agosto y septiembre. Destacan Francia y Reino Unido, que incluso han adelantado a España en el número de nuevos casos en octubre. Pero los “virtuosos” europeos, Alemania e Italia, parecen haber perdido el control de sus respectivas situaciones y, de mantenerse el ritmo actual, llegarán a los 100.000 casos en octubre cada uno de ellos, algo no visto en la pandemia.
España parece ir en octubre a un ritmo incluso peor que el de septiembre. No es descabellado anticipar que llegaremos al millón de casos acumulados en este mes de octubre. Entrar en el “selecto” club de los 4 países que tienen más de un millón de casos, junto con EEUU, India, Brasil y Rusia supondrá un estigma para la imagen exterior de nuestra nación.
Pese a la gravedad de la situación, ha estallado una crisis política entre los gestores sanitarios del Gobierno de España y el de la Comunidad de Madrid que ha dejado perplejos a los españoles, que apenas una semana antes habían asistido esperanzados a una ceremonia que, pese a una escenificación algo hortera, parecía iniciar la ansiada etapa de colaboración entre ambas administraciones, crucial para hacer frente a la situación sanitaria que vive nuestro país.
Lo que resulta incomprensible es que las medidas propuestas para hacer frente al rebrote no son sustancialmente diferentes entre una administración y la otra. No tiene nada que ver con la confrontación de modelos como el que existe entre el Presidente Bolsonaro y los gobernadores de muchos estados brasileños, o el de Trump contra algunos estados norteamericanos, como Nueva York, California o Michigan.
Todo apunta a que en España se trata de una batalla política que va a continuar, para malestar e irritación de los ciudadanos. La guerra sobre los datos es inaceptable. La pérdida de credibilidad estadística es común a ambos gobiernos y la única solución viable es encargar al INE, cuya solvencia e independencia está fuera de dudas, la recogida y publicación de los datos sobre la pandemia, y que todos los gobiernos establezcan unos protocolos de actuación objetivos en función de esos datos y que estén avalados por la comunidad científica.
Es cierto que Madrid ha mejorado sus registros en estos primeros 9 días de octubre. Pero no es para tirar cohetes. “Sólo” ha tenido 27.000 casos. Prácticamente los mismos que toda Alemania o Italia en el mismo período. Y ellos están preocupados y barajando medidas más estrictas, dadas las dificultades que se esperan con la llegada de la temporada de la gripe. Winter is coming…
Miguel Sebastián - Universidad Complutense e ICAE