Como muchos españoles, hace dos semanas vi a Pablo Iglesias en La Sexta departir con Gonzo sobre las series del momento. El vicepresidente también quiso dejar ver que duerme poco porque tiene tres niños pequeños. Y ya saben los padres, 'cuando un niño duerme mal'...
Fue suficiente con ver ese programa para intuir que o bien Iglesias cuenta con mucha ayuda para el cuidado de sus hijos o la corresponsabilidad no funciona en Galapagar. Compatibilizar las responsabilidades de una vicepresidencia en tiempos de pandemia, con el cuidado de tres niños, que como tales, se despiertan por la noche, hace que cuando uno se disponga a abrir la aplicación de Netflix a última hora del día, caiga rendido. Eso o, igual es que Iglesias no duerme bien teniendo en los despachos de al lado al equipo de Pedro Sánchez y aprovecha ese insomnio para despejarse con Fargo o Gambito de Dama. Desconectar es algo lícito, todo hay que decirlo
Todo esto viene al caso porque este jueves anda la prensa revuelta porque Irene Montero se lleva de niñera a reuniones con miembros del Gobierno a Teresa Ávalo, su asesora en el Ministerio de Igualdad.
Ávalo cobra 52.000 euros brutos que se pagan con el dinero de todos los españoles, incluidos los que han tenido que trabajar fuera de casa en actividades esenciales durante el confinamiento y no tenían con quién dejar a sus niños con los colegios cerrados.
Pero la noticia, va más allá, puesto que demuestra el concepto de corresponsabilidad de la ministra de Igualdad.
Los políticos deben dar ejemplo -Unidos Podemos (cuando era con 'o'), dixit- y este es el ejemplo perfecto de que en casa de los Montero Iglesias o Iglesias Montero, la corresponsabilidad no acaba de funcionar. De otro modo, sería un asesor del vicepresidente el que cuidaría de su hija menor cuando él asiste a reuniones oficiales.
Todo esto se conoce en una semana en la que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha revisado el complemento de maternidad de las pensiones para hacerlo más justo y no discriminatorio. El objetivo es que las mujeres que sufren un parón en su desarrollo profesional por cuidar de sus hijos no sean también penalizadas a la hora de cobrar su pensión.
Y mostraba este gráfico.
Escrivá contaba cómo la vida laboral de las madres se resiente en los dos primeros años de vida de sus hijos. En la mayoría de los casos, ese 'bache' no remonta.
Resolver este asunto es más complicado de lo que nos quieren hacer ver los políticos de todos los partidos políticos. El Parlamento considera que con un cambio de discurso y medidas, como aumentar la baja de los padres por nacimiento de los hijos, se va a reducir de forma significativa esa brecha. Pero los datos de paro demuestran que no es así.
Por suerte en España, ya hay mujeres con hijos menores de dos años que pueden portar la cartera de un Ministerio. Pero ni esto es nuevo, ni Montero es la primera en hacerlo. Compatibilizar un cargo de responsabilidad con la maternidad es duro. La cuestión aquí es que la ministra no lo está haciendo en condiciones de "igualdad" con sus votantas y no votantas, que el discurso de "corresponsabilidad" del área social del Gobierno hace aguas y que encima, corre a cargo del erario en un año en el que el déficit rondará el 11,3%.