El Ministerio de Seguridad Social busca soluciones para la jubilación. En el I Simposio Observatorio de las Finanzas de Invertia y EL ESPAÑOL, José Luis Escrivá, su titular, habló del fracaso de la jubilación activa. Tiene razón. Hay muchos menos de los que podría haber. Pero la culpa es de la cicatería de su propio departamento. Para tener la jubilación activa, para poder tener ingresos por trabajo personal superiores al Salario Mínimo Interprofesional, compatibles con la pensión, hay que renunciar a la mitad de ella.
Además, hay que cumplir dos condiciones: haber llegado a la edad legal de jubilación y tener derecho al 100% de la pensión (cotizar más de 37 años). Hay una excepción: si se contrata un empleado se puede percibir el 100%. No sale a cuenta, porque se gastará más entre salario y cargas sociales que lo que se recibe por el 50% de la pensión que se restituye al jubilado activo por contratar ese empleado
Con esa cicatería ni es fácil conseguir la jubilación activa, ni le interesa a mucha gente. ¿Interesa la jubilación activa a Hacienda? Sí. El pensionista activo, al recibir ingresos por dos fuentes hace la declaración de renta. Además, trabajará si esos cobros superan el 50% de esa pensión; por tanto, pagará más impuestos por IRPF.
Por otra parte, ese mayor ingreso aumentará su propensión al consumo, pagará más IVA y ayudará a crear puestos de trabajo, mejorando las finanzas públicas. Está demostrado que la actividad profesional reduce el riesgo de enfermedades y retrasa otras como el alzhéimer o la demencia senil; menos gastos sanitarios.
El argumento 'progre' en contra es que el jubilado activo ocupa un puesto de trabajo que quita a otro más joven. ¡Error! Eso es pensar que el mercado laboral es un juego de suma cero, que existe un número fijo de puestos de trabajo y que se reparten entre la población activa. Es al revés, cuanta más gente trabaja, más puestos se crean. Por ejemplo, el consumo de los que trabajan impulsa que otros trabajen. Para disminuir el desempleo la mejor manera es que muchos más trabajen.
El argumento 'progre' en contra es que el jubilado activo ocupa un puesto de trabajo que quita a otro más joven. ¡Error!
Ante los beneficios de la jubilación activa, ¿qué medidas se podrían adoptar para favorecerla? El primer tipo de medidas se refieren a no ser cicateros con el jubilado activo. En lugar de reducir el 50% de la pensión podría ser un 20/25% o menos, incluso, en mi opinión, debería ser compatible con el 100% de su cobro.
El jubilado activo cotizó durante su vida profesional para tener una pensión completa y es injusto 'robarle' una parte porque quiere seguir contribuyendo a crear riqueza en la nación trabajando. Además, debería poder tener jubilación activa con menos años (¿65?) y sin necesitar haber cubierto el 100% de las bases de cotización.
La segunda parte de medidas son para ayudar a la cobertura de las pensiones. Un problema que preocupa al Pacto de Toledo. Propongo que las cotizaciones por IRPF de los jubilados activos se ingresen en las cuentas de la Seguridad Social. Veríamos que en muchos casos se auto-pagarían parte de su pensión, sino toda. Los jubilados activos cotizan por sus ingresos de trabajo por IT (3,30%) más contingencias profesionales y una cotización especial de solidaridad del 8%. En resumen, pueden mejorar las cuentas de la Seguridad Social.
Todos sabemos que los avances médicos ahora permiten tener personas activas con edades superiores a antes ¿por qué no aprovecharlas? Muchos jubilados activos son profesionales de "valor añadido". Otros serán personas que por cobrar pensiones pequeñas necesitan trabajar, a lo mejor parcialmente.
Si se reduce el 50% de su pensión se retraerán de trabajar, pararán cuando ingresen más del salario mínimo interprofesional, compatible con la pensión total o, probablemente, irán a la economía sumergida. Soy jubilado activo y si no cambian las condiciones pediré que me paguen toda la pensión más antes que después y dejaré de cotizar por ingresos extras.
En caso contrario, se puede dar la paradoja que un consejero de una sociedad pueda compatibilizar sus dietas con el 100% de la pensión y un profesor universitario sólo lo pueda hacer si cobra por sus clases menos del Salario Mínimo Interprofesional (13.300 euros brutos/año).
*** José Ramón Pin es profesor del IESE.