La aprobación en Consejo de Ministros del Plan de Recuperación para repartir los primeros 70.000 millones de euros procedentes de la UE ha subido el volumen de los rumores sobre una convocatoria de elecciones generales antes de final de año. ¿El motivo? El Gobierno de coalición no estaría dispuesto a asumir el coste electoral de la condicionalidad que nuestros socios europeos van a imponer a cambio de desembolsar ese dinero.
Los españoles llevamos meses repitiendo un mantra que recuerda a 2010. "La Unión Europea nos va a imponer reformas"; "los países frugales solo liberarán los fondos si se acometen medidas dolorosas"; "vuelven los 'hombres de negro'", etc.
Parece que hemos escuchado tantas veces la amenaza que empezamos a estar hartos y somos muchos los que queremos que alguien venga y acometa esas reformas ya. Quizás porque, como dicen los economistas, "cuando se corrijan los desequilibrios" vamos a vivir mejor. Ya saben, en un país más productivo y más preparado los sueldos son más altos.
El último Eurobarómetro que presentaron este martes en Madrid la directora de la Comisión Europea en España, María Ángeles Benítez, y el secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba, dice que los españoles confiamos más en las instituciones europeas que en las nacionales.
El 90% de nuestros compatriotas desconfía de los partidos políticos españoles. Y el 75% tampoco se fía ni del Gobierno de España, ni del Congreso de los Diputados. Son datos recopiados entre el 12 de febrero y el 18 de marzo de 2021, periodo en el que Isabel Díaz Ayuso decidió convocar elecciones (10 de marzo).
La radiografía es desoladora para los políticos de las cartas y las balas. Pero también para los españoles a los que Jordi Sevilla describía en este periódico como "desanimados" después de dos crisis seguidas y 30 años sin concordia para acometer reformas serias.
En este solar, la Unión Europea 'de la disciplina', los tecnócratas y las reformas emerge en el Eurobarómetro como una institución en la que confían un 52% de los españoles y que solo suspenden un 38% de los ciudadanos de este país.
No deja de ser paradójico que quien va a imponer el ajuste en las pensiones y va a poner coto a la 'contrarreforma laboral' consiga en esta encuesta mejores notas que quienes evitan esas reformas por su coste electoral.
Y más después del lento y dudoso papel de Bruselas en el reparto de las vacunas, probablemente porque pensemos que una gestión nacional no hubiera sido mejor.
Ya lo dijo el profesor Javier Díaz Giménez en este periódico hace ahora un año: a algunos, como él, les gustaría que la presidenta de nuestro Gobierno fuera Angela Merkel, y si está muy ocupada, le serviría el portugués António Costa.
El Eurobarómetro demuestra que la economía no está para bromas. La mayor preocupación del 53% de los españoles es la situación de la Sanidad y la Seguridad Social (un problema que se dispara en 40 puntos porcentuales por la pandemia).
Le sigue muy de cerca el desempleo (51%) y después, la situación económica en general (40%). Son porcentajes que están muy por encima de la media europea.
Son problemas diagnosticados hace años y a los que se dirige el Plan de Recuperación aprobado ayer. Para atajarlos dicen que hay un tratamiento, las llamadas reformas estructurales, que la política española se resiste a pactar. En el fondo, estamos pidiendo a gritos que vuelvan los 'hombres de negro'.