Se ha escrito en repetidas ocasiones lo mucho que Pedro Sánchez depende de los independentistas para mantenerse en el Gobierno. El futuro político del presidente pasa, en buena medida, por lo que suceda en Cataluña y esto convierte al PSC en una figura clave del tablero político que maneja no ya Iván Redondo, sino el propio presidente.
Desde que el 1 de octubre de 2017 los secesionistas celebraron su referéndum ilegal, Cataluña ha ido perdiendo peso empresarial en España y en el mundo. La economía catalana también está buscando su indulto y si hay algo en lo que coinciden el PSC y los independentistas es en su deseo de recuperar la voz perdida en este tiempo.
Conseguir hoy el retorno de las sedes sociales de las grandes empresas que se marcharon de allí hace casi cuatro años es complicado. Los mercados de capitales -imprescindibles para las grandes empresas- no aprobarían ese regreso en un momento en el que la política no está lista para garantizar la seguridad jurídica que reclaman los inversores.
Ese será uno de los grandes retos a medio plazo de Jaume Giró como conseller de Economía y Hacienda. Pero a corto plazo, el plan es otro y lo lidera el PSC. La reconquista económica ha comenzado en Madrid con el desembarco en el mayor número posible de empresas públicas de miembros ligados a ese partido. Quienes proponen los nombres son Salvador Illa y Miquel Iceta, dos hombres que tienen hilo directo con Sánchez y mucho poder en la Moncloa.
Contar con influencia en los consejos de administración de las participadas por la SEPI no es una cuestión baladí en un momento como este, en el que se van a repartir 70.000 millones de euros en inversiones hasta 2023 que se articularán, en una parte importante, a través de esas empresas.
Con este telón de fondo y con Illa como candidato a las elecciones de febrero de 2021 fue como aterrizó en la presidencia de Hispasat el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, el mismo que años antes 'fichó' al exministro de Sanidad como responsable del área económica del consistorio de la Ciudad Condal.
Otro claro ejemplo es el de Aena. Recuerden que su presidente, Maurici Lucena, llegó al cargo en julio de 2018, tras la moción de censura, y fue el respaldo económico de la candidatura de Illa en 2021.
Aena es una de las empresas que la pasada semana prestó apoyo a la ampliación del aeropuerto de Barcelona en un acto organizado por ESADE que congregó a la elite económica de esta comunidad autónoma. Por cierto que en su consejo de administración hay otra figura conocida procedente de Cataluña, Josep Antoni Duran i Lleida.
Tener presencia en las grandes empresas es sinónimo de influencia. Y ahora que se acerca el ecuador de la legislatura el PSC ha forzado a Sánchez a pisar el acelerador en esta estrategia para tener más poder en ellas. Se vio con el intento de nombrar presidente ejecutivo de Indra a Marc Murtra, figura de confianza de Illa, que finalmente ocupará una presidencia no ejecutiva en la compañía.
El PSC ha forzado a Sánchez a pisar el acelerador en su estrategia para tener más poder en grandes empresas
Pero hay más. También el consejo de REE va a tener movimientos inminentes y en esta ocasión Sánchez ha dado voz a Iceta para que coloque en la empresa eléctrica a Elisenda Malaret como consejera.
Esta jurista del PSC aterrizará en el consejo de la compañía junto a Marcos Vaquer -consejero de confianza de la presidenta de REE y exministra de Vivienda del PSOE, Beatriz Corredor- y a José María Abad, figura esta última que se ha asociado al PP.
Malaret no será la única voz del PSC en este órgano del operador del sistema eléctrico. Maite Costa i Campi permanecerá con un sillón.
Los movimientos van a seguir con el deseo de la SEPI de colocar a Alejandro Colldefors al frente del consorcio que trabaja en el AVE a La Meca. Exejecutivo de Abertis, este candidato todavía extraoficial llegó a formar parte de unas listas del PSC para las elecciones europeas en 2014.
Por cierto que trabajaría de cerca con Isaías Táboas, presidente de Renfe, con otra vinculación a los socialistas catalanes, ya que fue secretario general de la presidencia de la Generalitat en los años de Montilla.
Aunque el resbalón de la SEPI en Indra va a exigir más decoro en los nombramientos futuros, la hoja de ruta es clara. Y la guinda de ese pastel es conseguir una voz catalana más potente en el diálogo social que se desarrolla en el Ministerio de Trabajo.
De ahí el salto que Antoni Cañete, presidente de la patronal catalana de las pymes, Pimec, ha dado a Madrid para unir fuerzas con Conpymes y dar los primeros pasos para arrebatar a CEOE parte de la representación que ostenta.
Cañete ganó las elecciones de Pimec el pasado febrero, cuando se impuso a la candidatura independentista que encabezaba Pere Barrios en un momento en el que la Cámara de Barcelona estaba sufriendo una desbandada de grandes empresas por su apoyo a la causa de Puigdemont.
Su perfil catalanista moderado y su discurso de izquierdas encajan en la estrategia de Moncloa. Y es bien conocido por Salvador Illa, con el que ha mantenido varios encuentros en los últimos años.
La política sigue su curso con implicaciones directas en la economía. Se pone el foco en los indultos, pero hay mucho más. Esto forma parte de la agenda de este Gobierno para mejorar la llamada cohesión territorial.
ATENTOS A...
La plataforma de la CEOE para informar a las empresas sobre los proyectos y novedades relacionadas con los fondos europeos cuenta ya con 21.000 usuarios y 120.000 páginas vistas a pesar de que el dinero procedente de Bruselas no llegará antes de final de año.
Con esta iniciativa, el equipo de Antonio Garamendi se ha adelantado en el ámbito informativo al que lidera en la Moncloa Manuel de la Rocha. El Gobierno también va a poner en marcha una web que recopile toda la información de Next Generation EU (NGEU). Será una plataforma con un entramado más complejo -por tratarse del sector público-, pero con el mismo fin: explicar las convocatorias del reparto de estos fondos.