Con Pedro Sánchez de vuelta en La Moncloa, este lunes empiezan a ocuparse los despachos vacíos por vacaciones de ministerios, empresas y la CEOE. Íbamos a retomar el curso con el 70% de los españoles vacunados e inmunidad de rebaño. Al final, Darias ha tenido que explicar que se ha inoculado la pauta completa al 70% de la "población diana" y en lugar de vislumbrar la 'normalidad' por ese blindaje colectivo frente al virus, andamos hablando de la tercera dosis.

La pandemia no ha acabado y tenemos restricciones light para rato por la Covid-19. Funcionarios en Bruselas hablan en privado de dos años más con la mascarilla a mano. Pero el Gobierno quiere pasar página. Lo necesita ante el desgaste por el precio de la luz y por la parte (más impopular) de la reforma de las pensiones que tiene que aprobar este semestre.

Para decirnos que lo peor ha pasado, ya han salido Nadia Calviño y José Luis Escrivá a celebrar los datos de afiliación que se publicarán el próximo 2 de septiembre y permitirán hablar de "niveles de empleo prepandemia".

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Como ocurrió con la casi olvidada recuperación en forma de V, se trata de una estrategia de comunicación más que arriesgada. No solo por los más de 286.000 trabajadores que permanecen en ERTE y los 218.000 autónomos que están en cese de actividad. También porque en el mundo empresarial hay preocupación porque los datos de empleo de los próximos meses no serán tan buenos como nos están contando.

Es más, se reconoce que existe una muy alta probabilidad de que los ERTE vuelvan a subir cuando acabe el verano. Y muchas de las empresas que llevan meses con el empleo anestesiado están valorando fórmulas para pasar de ERTE a ERE.

Además, la temporada alta -que menos en Canarias, está a punto de acabar- ha confirmado que hay un suelo en los ERTE. Como habían avanzado los economistas al Gobierno, 200.000 trabajadores podrían no volver a su trabajo anterior. No es casual que la cifra coincida con los 199.979 empleados bajo esta figura que han permanecido este verano sin ninguna actividad (las 86.850 personas restantes bajo ERTE, están en suspensión parcial).

Así que podría darse la situación de que en septiembre se retome la negociación de la prórroga de los ERTE (que vence el 30 de ese mes) mientras algunas empresas de la hostelería y el turismo vuelven a recurrir a esa figura por no tener actividad suficiente para ocupar a sus trabajadores de forma permanente.

La pregunta es ¿hasta cuándo? Antonio Garamendi, Gerardo Cuerva y Lorenzo Amor coinciden en la necesidad de extender estas ayudas, si bien en el entorno del diálogo social hay quien reconoce que podría haber llegado el momento de empezar a analizar un nuevo modelo que permita afrontar la situación de esos trabajadores que no van a recuperar su empleo.

También desde el PP, Elvira Rodríguez ya ha puesto sobre la mesa la necesidad de revisar su protección, puesto que es muy posible que se estén pagando ERTE en empresas zombis.

Con esta prórroga, el Gobierno lleva ya gastados 30.000 millones entre prestaciones y exoneraciones de las cuotas a la Seguridad Social. En compensación, se ha ahorrado mucho dinero en subsidios de desempleo y el bochorno de superar el 20% en tasa de paro.

Sin embargo, la realidad es tozuda y como ha advertido el gobernador Pablo Hernández de Cos, la economía ha sufrido cambios estructurales en el último año y medio. Esto significa que hay cosas que no volverán a ser como antes y negocios que ya forman parte del pasado.

Si se leen despacio los datos de los ERTE, en Madrid y Barcelona hay unas 101.600 personas en esta situación. Un dato que pone de manifiesto que los daños de la pandemia van mucho más allá del llamado turismo de sol y playa.

Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Carolina Darias, José Luis Escrivá, Elvira Rodríguez, Antonio Garamendi, Gerardo Cuerva y Lorenzo Amor.

Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Carolina Darias, José Luis Escrivá, Elvira Rodríguez, Antonio Garamendi, Gerardo Cuerva y Lorenzo Amor.

¿En qué proporciones volverán los viajes de negocios?, ¿Hasta qué punto los nuevos hábitos laborales permitirán recuperar la actividad pre-Covid de hosteleros y comerciantes de las zonas de oficina? ¿Realmente gastaremos todo el ahorro embalsado ante tanta incertidumbre? Por no hablar del invierno que espera al ocio si no se controlan las nuevas variantes.

Luego está -sin ser algo menor- la moral y el desánimo del empresario o del autónomo para seguir adelante. Son muchos meses de agonía y la 'normalidad' prometida para 2023 es todavía lejana.

Las consultas legales de las empresas con trabajadores bajo ERTE por Covid-19 sobre qué hacer ante cláusulas como la prohibición de despido a los seis meses han ido en aumento porque para muchos empresarios los problemas han dejado de ser coyunturales para ser estructurales.

Y ahora aflora el error que ha supuesto incorporar penalizaciones por despido a las empresas que pidieron estas ayudas temporales, puesto que ese coste es un desincentivo más a la reestructuración de quienes no tienen viabilidad.

Ahora aflora el error de incorporar penalizaciones por despido a las empresas que pidieron los ERTE porque desincentivan la reestructuración

A la inquietud por la evolución de la pandemia se suma el temor a la contrarreforma laboral que Yolanda Díaz tiene sobre la mesa. Hay preocupación por saber qué pasará con elementos clave para el desarrollo de la actividad empresarial como la subcontratación, los contratos de los trabajadores fijos discontinuos (en especial, en el turismo) o la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Incógnitas que no ayudan a sostener empleo.

Viene un otoño caliente para el diálogo social que, además, estará supervisado por Bruselas una vez que ha comenzado el desembolso de los fondos europeos. Gobierno y agentes sociales han querido aprovechar agosto para tomar aire, pero como se suele decir a la vuelta de las vacaciones, "todo lo bueno se acaba".

ATENTOS A...

Los datos publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) sobre el sueldo de los banqueros en Europa pone de manifiesto cómo España no ha sido capaz de aprovechar el brexit para captar altos ejecutivos de la banca procedentes de Reino Unido.

Pese a que los datos del organismo que preside José Manuel Campa señalan a nuestro país entre los cuatro que acogen a más banqueros con sueldos millonarios en Europa, lo cierto es que Alemania, Francia e Italia han capitalizado mejor el divorcio de los británicos para captar a los banqueros más ricos. Entre 2018 y 2019, esos tres países incrementaron el número de financieros con salarios por encima del millón de euro, mientras en España la cifra bajó cerca de un 2,4%. Alguien debería reflexionar sobre esto.