Los vasos comunicantes entre economía y política son claros. Pero en el caso de la aprobación parlamentaria de la reforma laboral de 2021 (RL21)-reformita para muchos- son evidentes. Esta aprobación en el Congreso ha servido, entre otras cosas, para que Sánchez demuestre a ERC y Bildu que podría no necesitarlos el resto de la legislatura.
Aprobados los Presupuestos de 2022, es fácil prorrogarlos para el año que viene y acabar la legislatura sin problemas presupuestarios. Pero ahora con la aprobación del Decreto-Ley de la RL21 el Gobierno Sánchez ha demostrado que existe otra mayoría simple alternativa a la investidura en esta legislatura. Coyuntural y compleja, pero existe. Compuesta por Ciudadanos y los “pequeñines” parlamentarios
Ciudadanos sabe que está débil. Su supervivencia está en entredicho. Después del próximo domingo, con los resultados en las elecciones de Castilla y León, su tendencia a la desaparición por inanidad u absorción será evidente. Pero, de momento, sus diez diputados en el Congreso han sido útiles para evitar el chantaje de los nacionalistas-separatistas-independentistas-proetarras al Gobierno en la RL21. Además, de paso apoyan un acuerdo donde Garamendi, el presidente de los empresarios, ha jugado fuerte.
Ciudadanos sabe que está débil pero sus votos han sido útiles para evitar el chantaje de nacionalistas-separatistas-independientistas-proetarras.
La cúpula de la CEOE parece que ha convencido a los de Inés Arrimada para que avalen su apuesta. La CEOE con su firma a la RF21 intenta evitar que la Reformita se convierta en Reforma de verdad con los votos, ahora renuentes de ERC y Bildu. ¿Qué esperan los de Ciudadanos de este apoyo a la organización empresarial? Lo veremos cuando empiecen a dejar sus escaños vía electoral.
También aprobarán la Reformita la pléyade de pequeños partidos nacionalistas, regionales, provinciales y locales: canarios, cántabros, valencianos, turolenses, asturianos y errejonistas (que de momento son la izquierda madrileña), más un despistado del PP…. Todos, votos necesarios para complementar mayorías útiles. Cada uno sacará su tajadita de la reformita.
Así que el Gobierno ha vuelto a redescubrir la “geometría variable” parlamentaria que le puede permitir sobrevivir hasta principios de 2024.
Mientras tanto, en Moncloa estudian dos posibles escenarios:
La CEOE intenta evitar que la Reformita se convierta en Reforma de verdad
a) Que transcurra el tiempo, que lleguen los fondos de Next Generation europeos, que la inflación, que cree pasajera, disminuya y el votante se olvide de los errores de la pandemia, de su connivencia con pro-etarras e independentistas. Con todo ello se presentará a las elecciones de 2024 con la esperanza de que, sorpresivamente, alcance una nueva mayoría para gobernar o, al menos, se repita la situación de esta legislatura.
b) Que la inflación no disminuya, que el BCE tenga que subir los tipos de interés, que el déficit público español se desboque y Europa llame la atención al ejecutivo español y peligre la llegada de los fondos europeos; no crezca el PIB en la medida necesaria y la creación de trabajo se ralentice.
La duda es cual es la probabilidad de que ocurra el escenario a) o el b).
En el primer escenario Sánchez, si sigue siendo presidente del Gobierno español, habrá presidido el Consejo de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2023. Una buena imagen de Estadista europeo. Imagen útil para siguientes pasos en su personal carrera que ya piensa en un rol internacional. Eso le anima a alargar esta legislatura lo máximo posible.
En el segundo escenario se le complican las cosas a Sánchez, cara a 2023. La subida de tipos de interés puede que dispare el “servicio de la deuda pública” española por los aumentos de los tipos de interés que el BCE realice para contener la inflación. Además, se entorpece el crecimiento del PIB y la creación de puestos de trabajo al encarecerse los créditos a empresas. Empresas que han estado acostumbradas durante unos años a dinero barato y deben adaptarse.
Por tanto, en ese segundo escenario lo lógico es que Sánchez piense que las elecciones deben adelantarse a finales de 2022. Fecha en la que según todos los analistas el BCE subirá los tipos de interés si la inflación persiste.
En consecuencia, la aprobación del Decreto-Ley de la RL21 es un hito económico y, a la vez, político. Mucho más de lo que a simple vista pareciera por tratarse de un tema solamente laboral.
*** J.R. Pin Arboledas es profesor del IESE.