A falta de solo unas semanas para que España se someta al examen de la Comisión Europea del que depende el desembolso del próximo tramo de Next Generation EU, se acumulan las preocupaciones por los 'peros' que Bruselas puede poner a las reformas que condicionan las entregas de los fondos europeos.
Hay reformas sin terminar -como la del sistema de cotización a la Seguridad Social de los autónomos-, otras en marcha, pero con sorpresa -como la reforma del Ministerio Fiscal colada en la Ley Concursal- y una gran reforma, la laboral, que a los pocos meses de haber sido aprobada ya ha estado sujeta a una modificación temporal en el plan de choque contra la guerra de Ucrania.
El colofón es conocido: el recelo que ha generado en Bruselas la vuelta a la indexación al IPC de las pensiones en un año en el que la inflación media será del 6,9%, según la previsión más actual que fue publicada por Funcas la semana pasada. En números, esto puede suponer unos 11.000 millones de euros más de gasto de cara a 2023 para un país con un déficit que cerrará este año en el 5%, según la previsión oficial.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Esta situación preocupa a la CEOE, que en su último Informe de seguimiento de los fondos NGEU en España dejó por escrito que a pesar de la "buena orientación de las reformas acometidas en la última parte de 2021, en las últimas semanas se ha detectado alguna cuestión que genera inquietud y descontento en el tejido empresarial".
En un momento en el que la relación del Gobierno con los agentes sociales no atraviesa sus mejores días y en el que Antonio Garamendi se ha acercado al nuevo PP de Núñez Feijóo, en la sede de Diego de León no se ha querido hacer ruido con la modificación que se incorporó en el Real Decreto-ley 6/2022 de 29 de marzo a la reforma laboral.
Pero ese decreto, que fue convalidado después gracias al apoyo de Bildu, causó perplejidad a los empresarios al introducir "medidas complementarias de cautela adicional que se entienden precisas" para evitar despidos.
Consciente del mensaje contradictorio que se estaba lanzando con esa cláusula promovida por Yolanda Díaz y de que Bruselas está mirando con lupa todo lo que hace España en materia laboral, Nadia Calviño acotó su alcance. Pero las empresas, tomaron nota.
Tampoco ha gustado que otra de las reformas clave para el tejido empresarial en España, como es la Ley Concursal (hito 190 del Plan de Recuperación pactado con Ursula von der Leyen) se vea ahora afectada por la enmienda que ha introducido el PSOE para reformar la ley del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.
Esta es la polémica ley con la que se pretende garantizar un futuro ascenso de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, y que ha causado rechazo en la oposición. Otra oportunidad perdida para mostrar un consenso con una reforma concursal que es urgente para las empresas y clave para el éxito transformador de los programas que se van a financiar con los fondos europeos.
Yolanda Díaz, José Luis Escrivá, Alberto Núñez Feijóo, Antonio Garamendi, Pedro Sánchez, Ursula von der Leyen, María Dolores Delgado, Pablo Hernández de Cos y Nadia Calviño. EL ESPAÑOL INVERTIA
No hay que olvidar que el éxito de estos proyectos depende en buena medida de las reformas estructurales que se cumplan, como volvió a recordar la semana pasada el Banco de España.
La institución que tiene al frente a Pablo Hernández de Cos aprovechó su Informe Anual 2021 para advertir que el impacto de los fondos NGEU en el crecimiento potencial de la economía española sería del 1,9% entre 2026 y 2030 con reformas y del 1,3% sin ellas.
El tiempo apremia para esas reformas y para el examen semestral de Bruselas, aunque este lunes se adelantará algo sobre cómo ve la Comisión Europea a nuestro país con las recomendaciones que se publiquen del Semestre Europeo.
En contra del Gobierno de Pedro Sánchez juega en este momento su distanciamiento que con los agentes sociales.
El régimen de cotización de los autónomos, los planes de empleo de Escrivá o la ley de empleo son clave para acceder a los fondos
Hay varias reformas clave para el acceso a los fondos europeos que Gobierno, sindicatos y patronal van a tener que desatascar si quieren que llegue el dinero europeo. En concreto, la del régimen de cotización de los autónomos, los planes de empleo de José Luis Escrivá o la ley que reformará los servicios públicos empleo.
Bruselas quería consensos y a falta de un Parlamento capaz de alcanzarlos, se dio por bueno que el pacto entre Ejecutivo y agentes sociales sería suficiente para cumplir con las reformas que complementan los hitos (inversiones) del Plan de Recuperación. Pero ni CEOE, ni sindicatos pueden suplir al PP. Será interesante averiguar si los inversores preguntan en Davos al presidente por estas cuestiones.
ATENTOS A...
Este año, será el cuarto en el que Pedro Sánchez acudirá al foro de Davos. Este encuentro de elites empresariales y políticas siempre ha tenido presencia en la agenda del presidente del Gobierno. De hecho, poco después de llegar al poder, recibió en La Moncloa al fundador del World Economic Forum (nombre oficial del evento), Klaus Schwab, con la intención de reforzar la presencia de España en el Foro.
Pedro Sánchez con Kaus Schwab en una imagen que compartió en Twitter en 2020 en Davos.
Este año, Sánchez se reunirá allí con grandes tecnológicas, como Intel, Qualcomm o Cisco, para buscar inversión para el PERTE de semiconductores y chips. Se pondrá de manifiesto que los grandes proyectos que quiere impulsar el Gobierno pasan por involucrar a las grandes empresas. Las pequeñas tendrán que confiar en que se produzca un efecto arrastre.
