Según Caritas española (informe noviembre 2023) el 18,6 de las familias españolas (cerca de tres millones de personas) “están atrapados en bajo el umbral de la pobreza después de pagar gastos de vivienda y energéticos”. Sus ingresos aumentaron sólo el 0,5%, mientras sus gastos crecieron el 30%. Hasta dos millones de trabajadores con empleo no pueden salir de la pobreza. La cifra aumentó desde 2019. Fecha en Sánchez llegó al Gobierno.
Según el informe de la “Red Europea Contra la Pobreza y la Exclusión Social” (2024) en España 9,7 millones de personas estaban en riesgo de pobreza en 2023. Además, creció la pobreza infantil. En 2023 la carencia material y social severa (falta de capacidad de realizar gastos necesarios) han aumentado hasta el 9% desde el 7,7% del año anterior.
¿Cómo es posible que la tan cacareada política social del Gobierno no disminuya la pobreza?
Porque su filosofía económica está equivocada. Pone parches de subvenciones y regulaciones, en lugar de políticas que bajen la pobreza. Para bajar la pobreza hay que crear puestos de trabajo rentables que añadan valor a las organizaciones privadas y públicas. Durante el periodo de Gobierno de Sánchez el número de funcionarios ha subido en más de 500.000 personas. Muchos de ellos con contratos temporales y trabajo en precario. Además, los llamados “fijos-discontinuos”, en muchos casos, son los temporales de años pasados, que ahora se llaman de manera distinta.
Por eso, entre otras cosas, el gasto público entre 2018 y 2023, creció año a año hasta unos 80.000 millones de euros. Un dinero que se ha financiado con impuestos al sector privado, reduciendo su capacidad de inversión, creación de trabajo y gasto, y aumentando la deuda pública.
Para bajar la pobreza hay que crear puestos de trabajo rentables que añadan valor a las organizaciones privadas y públicas
Por otra parte, el Ministerio de Trabajo aumenta unilateralmente el salario mínimo interprofesional, mientras la CEOE indica que la aceleración de esas subidas reduce de la creación de trabajo ¿Cómo crece la pobreza de personas con trabajo con aumento del SMI?
Pues, por ejemplo, porque sube el número de contratos a tiempo parcial. Los indefinidos a tiempo parcial han crecido el 5,3% en 2024. Es decir que cobran menos porque “oficialmente” trabajan menos. En países con rentas por capita bajas y gran desigualdad, como España, los contratos a tiempo parcial son un índice de subempleo. En los de renta alta, como en Holanda, son signo de “calidad de vida laboral” y conciliación familiar.
La política sanchista de vivienda aumenta la desigualdad. España necesita construir 120.000 casas/año para las nuevas familias y sustituir edificios obsoletos. Desde 2019 no pasan de 80.000 las construidas anualmente. De ellas en 2022 sólo unas 10.000 adquirieron la certificación de protegidas o sociales por el Estado o las Autonomías cuando en años anteriores a 2013 eran 50.000.
Además, se retiran viviendas del mercado de alquiler por miedo a la alquilo-ocupación y la restricción de alquileres. La legislación socialista ahuyenta la inversión en vivienda popular y alquiler. La próxima ley del suelo amenaza con hacerlo más, sobre todo si Podemos impone sus ideas obsoletas y antieconómicas.
Un país con escasez de oferta de vivienda popular reduce la libertad económica de las familias, dificulta la emancipación de los jóvenes y la movilidad laboral. España se convirtió en un país de propietarios con otras políticas. Mientras que el exceso de protección de los inquilinos casi acaba con el mercado de alquiler. No hemos aprendido nada de la historia aunque tenemos excelentes empresarios y profesionales inmobiliarios. Bastaría liberalizar el mercado de vivienda para aumentar la oferta, en lugar de empeñarse en una ideología fracasada.
La legislación socialista ahuyenta la inversión en vivienda popular y alquiler
Sello ideológico que se aplica igualmente en educación. Con leyes educativas ideológicamente lastradas las personas con rentas inferiores pierden oportunidades de formación. La libertad en la educación, la ampliación de conciertos y la reforma de la LOSU, son necesarias para evitar esta desigualdad.
Con el actual sistema las familias de rentas altas tienen más oportunidades. Sus jóvenes acaparan muchos trabajos bien remunerados. Incluso los hijos de dirigentes de los partidos de este gobierno se inclinan por enseñanzas de élite, por cierto la mayor parte privadas ¿Por qué? Ellos deben contestar.
En resumen mucha propaganda pesudo-socializante y poca realidad social.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.